Durante cinco años, 20 voluntarias han servido como ‘abrazadoras’ de cerca de 30 bebés recién nacidos, que se encuentran en cuidados intensivos en el Hospital Materno Infantil de Bogotá.
El nombre es diciente. Y, aunque pueda parece más una exageración, es bastante literal. Abrazos que dan vida es una iniciativa creada por la Fundación Doctora Clown, hace cinco años, con una intención: brindar bienestar a los recién nacidos del Hospital Materno Infantil en Bogotá que no tienen, por distintas razones, la posibilidad de un contacto directo con sus madres.
El objetivo del proyecto es “brindar soporte emocional a neonatos en condiciones especiales como síndrome de abstinencia neonatal, dificultades fisiológicas o poco acompañamiento de sus padres”. Y surgió luego de que Luz Adriana Neira, fundadora y directora de la Fundación Doctora Clown, se dio cuenta de una realidad.
“Veíamos en el hospital a bebés que no recibían la estimulación del abrazo, que eran poco expresivos, que necesitaban respiradores. Por eso creamos Abrazos que dan vida, para acunarlos y borrarles esa huella de no deseo o de maltrato”, explica.
De hecho, en el mundo las madres canguro son reconocidas, por organizaciones como Unicef, como una estrategia para garantizar el bienestar de los recién nacidos que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Abrazos que salvan
“Las mujeres que abrazan”, explica Luz Adriana, “están preparadas, mental y afectivamente, para regalar su amor y su pecho”. Por eso, las voluntarias pasan por un proceso de selección, que incluye un filtro psicológico y diez clases de una hora cada una en la que reciben las indicaciones para este trabajo.
Por bebé están de uno a tres meses, idealmente, a diario, aunque también hay casos en los que es posible que sea día por medio. “Cuando no necesita respirador, cuando come por sí solo y no esté en peligro, se entrega al niño”, señala Luz Adriana. Y aclara que la mayoría de los bebés abrazados por las madres canguro de la Fundación Clown fueron abandonados al momento de nacer.
De acuerdo con la fundadora de Doctora Clown, cuando un niño o niña nace sin un vínculo afectivo, eso afecta su vida y su crecimiento: no respiran por sí solos, están bajos de peso y no reaccionan a estímulos. «El abrazo le devuelve esas ganas de vivir”, dice Luz Adriana.
“Madres Canguro es una metodología innovadora para el tratamiento y manejo ambulatorio de niños prematuros y de bajo peso al nacer. El calor, la lactancia materna exclusiva y la posición canguro, son los principios básicos de la metodología. Pero, por encima de todo, es la relación amorosa y estrecha que se establece”, explica el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) sobre la metodología que se utiliza en hospitales de todo el mundo, desde la década de los setenta.
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Así funciona
Desde 2017, la Fundación Clown lleva adelante este proyecto y ha atendido a cerca de 30 bebés. Podrían haber sido más. Sin embargo, por la pandemia de covid-19 y por las restricciones (que en los hospitales fueron aún más estrictas), Abrazos que dan vida dejó de funcionar entre marzo de 2020 y septiembre de 2021.
Sin embargo, llevar a cabo este programa es una necesidad. De acuerdo con un informe de 2013, del Ministerio de Salud, “cinco millones de niños mueren cada año en el mundo durante el período neonatal y 25 % de estas muertes están relacionadas con la prematurez y/o el bajo peso al nacer”.
Y agrega que el método de madres canguro permite una “utilización más racional y económica” de los recursos disponibles para el cuidado de los niños. Además, asegura que la eficacia y seguridad de la metodología se ha comprobado en investigaciones realizadas en Colombia “en las últimas décadas”.
Luz Adriana explica ese trabajo así: “El bebé escucha el latido de mi corazón. Estoy hablándole, cantándole, lo siente en mi voz, en mi piel, en mis cuidados. Ese niño recupera sus ganas de vivir y empieza a luchar solito. Nos hacen llorar las abrazadoras por lo rápido que se le quitan los respiradores a los bebés y reciben la comida. Activa el sistema inmunológico, el cardiaco y el respiratorio para que vivan”.
Las abrazadoras, concluye Luz Adriana, “saben que, con su tiempo y su amor, pueden ponerlo al servicio de bebés, que llegaron a este planeta por algo. Son el canal que ayuda a que ese niño reciba, en ese momento de fragilidad, todas las condiciones para tener una vida normal”.