A sus 18 años, Verito Asprilla, debuta con su álbum Mundo Lila, donde el hip hop y el ‘sabor’ del Pacífico, se juntan para expresar un mensaje desde Tumaco.
Lo que comenzó para Verito Asprilla en las calles de Tumaco, junto con un grupo de amigos reunidos para improvisar letras de rap, se convirtió con el tiempo en una sensación viral en la ciudad. Hoy, con su talento para la música, transmite mensajes de empoderamiento femenino, sueños de éxito y todo el sabor del Pacífico colombiano.
A sus 18 años, Verónica Asprilla Ledesma, mejor conocida como Verito Asprilla, debuta en la escena urbana de la música colombiana y pacífica con Mundo lila, un álbum donde el trap, el dancehall y el reggaetón se mezclan en tres canciones.
Pa que bailen, por ejemplo, es una canción con coro en jeringonza, el tradicional trabalenguas del Pacífico colombiano; Letras millonarias habla sobre la búsqueda del éxito como artista y No soy tu princesa es una fuerte crítica al machismo.
Una artista que no pierde los nervios
Verito cuenta que desde pequeña le gusta la música. Su padre es del Chocó y su madre, de quien heredó una parte de su gusto musical, es tumaqueña. Recuerda que desde los 10 años canta, pero que disfrutaba de hacerlo solo con sus amigos más cercanos.
“Si alguien que no era de mi núcleo me moría del miedo. En presentaciones del colegio el miedo me invadía y es un miedo que me acompaña hasta el día de hoy, pero las ganas de lograr mi sueño son más grandes que los nervios. Y es que los nervios no deben perderse, porque con la música vives, sientes y transmites eso a tu público”, cuenta ella.
Mientras crecía, Verito se enamoró de la música ‘underground’, como la describe ella. Uno de los géneros que siempre le llamó la atención fue el rap conciencia, que hasta el día de hoy influencia su propuesta.
“Me refugié en música así para sentirme más fuerte y más grande en el colegio, porque con la carita que tenía me veía muy débil”, comenta.
Su madre también la influenció, pues los gustos musicales de Verito se mezclaron con el gusto que tenía su mamá por Ricardo Arjona, a quien escuchaba todos los días cuando hacían oficio. Además, su madre fue una de las personas que la inspiraron a llevar siempre a las mujeres en alto, tanto en sus letras y el escenario, como en la vida.
“Mi mamá es la que se ha matado por nosotros. Nos ha dado su juventud, su fuerza, su tiempo. Ha dejado de hacer muchas cosas por nosotros y por eso la resalto a ella, a las madres y a todas las jóvenes que buscan salir adelante”, dice Verito.
De la viralidad a la producción profesional
Verito comenzó su carrera en 2020 en medio de las primeras cuarentenas de la pandemia de covid-19. Sus amigos estaban haciendo su propia versión improvisada de la canción Llegará de Mike Towers. A su vez la animaron a hacer la suya, decidió escribirla, la grabó y “a las 3:00 a. m. Verito era famosa en todo Tumaco. Estaba en todas las redes sociales, e incluso me pidieron sonar en una emisora de República Dominicana”, señala.
Hoy, su carrera continúa de la mano de Discos Pacífico, el laboratorio creativo que impulsa a los músicos de la región, en el marco del proyecto Territorios de Oportunidad financiado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
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El lila, el color que representa las luchas de las mujeres por la igualdad plena, es su color favorito desde pequeña. Y lo mezcló con esa idea en la que cree profundamente de que los sueños se cumplen y de no querer perder a su niña interna. “Cree mi propio ‘Mundo Lila’”, cuenta.
Sus letras siempre buscan tener un mensaje reivindicatorio, además de hacer buena música. “Me fluye”, dice ella al hablar del rol que les da a las mujeres en su música. Además, el Pacífico y sus costumbres están presentes tanto en los ritmos como en los mensajes.
«Quiero que la gente mire para acá y vean que más que violencia, hay talento”, concluye.