Con su escuela, el profesor Jhon Mina ha hecho que el boxeo se convierta en una herramienta para combatir la violencia juvenil. Estas son las historias de tres jóvenes que se han coronado campeones del deporte “y de sus vidas”, como dice su mentor.
En la comuna 15 y justo en el límite oriental de la ciudad de Cali se encuentra el barrio Llano Verde. Su construcción terminó en 2013 con el propósito de reubicar familias y personas que fueron víctimas del conflicto y también reinsertados de grupos armados, entre otras poblaciones.
Aunque Llano Verde es un experimento de paz y reconciliación, durante los últimos años ha sido también un espacio marcado por la presencia de grupos delincuenciales, integrados en su mayoría por jóvenes.
En este contexto, Jhon Mina, un boxeador de 39 años, nacido en Buenaventura, lidera a un equipo de talentos que, al igual que él, encontraron en el boxeo una forma de convertirse en campeones, “no solo del deporte, sino de la vida”, cuenta.
Mina, como lo conoce la mayoría de la comunidad en Llano Verde, creó la fundación No me rendiré con el propósito de evitar que la delincuencia, la violencia y la falta de oportunidades le arrebataran la vida a los jóvenes del barrio.
“El boxeo me salvó la vida. Mientras mis amigos se unieron a grupos armados y muchos de ellos hoy están muertos, el boxeo me hizo tomar otro camino. Cuando llegué a Cali quise que otras personas pudieran construir su vida alejados de la violencia a través del deporte”, dijo el profesor Mina.
Hoy, hay 110 jóvenes en No me rendiré. Aproximadamente 60 de ellos practican boxeo y 30 lo hacen de forma competitiva. La fundación también tiene un grupo de baile y un lugar dedicado a hacer tareas, que son los espacios en los que participan los demás
Kelly Benitez, Jhoan Aguirre y Santiago Garcés Ibargüen son tres jóvenes que se han destacado dentro del grupo de talentos que entrenan en la Fundación. Estas son sus historias.
Kelly Benitez
Tiene 16 años, es de Cali y ha vivido en Llano Verde desde que era una niña. Esta joven combina sus labores de estudio con el cuidado de su sobrina de tres años, en las tardes.
“Llegué al boxeo porque siempre pasaba por el Parque del Samán, que es donde ahora entrenamos con el resto del equipo, y veía a la gente boxear. Decidí intentarlo y entré a la fundación pero al principio no me lo tomaba muy en serio”, recuerda Kelly.
“Durante la cuarentena dejamos de entrenar porque estábamos encerrados. Cuando pudimos regresar a entrenar decidí tomarme en serio el boxeo”, agrega. En la actualidad, Kelly Benitez es campeona nacional en la categoría Junior. Coronó su título en septiembre de 2021 en Santa Marta y en octubre llegó a ser subcampeona del Nacional Juvenil celebrado en Barranquilla.
Teniendo un gran talento para el boxeo, esta joven dice que sueña con competir en otro país. Sin embargo, para ella el boxeo no ha sido solo un deporte en el que destaca, sino una experiencia transformadora, sobre todo con su familia.
Antes de llegar a la Fundación No me rendiré, Kelly tenía una relación difícil con su mamá. Peleaban seguido y su comunicación era complicada. Cuando decidió boxear, a su mamá no le agradaba la idea de que saliera tanto porque le parecía peligroso.
Según la joven, su relación era compleja porque ella “era grosera y salía mucho”, algo que a su mamá no le agradaba.
“Al principio yo no entendía lo que quería y decía mi mamá, pero hoy a ella le da tranquilidad que yo esté entrenando con el profe Mina y los demás en lugar de salir a la calle a hacer otras cosas, dice Kelly
“El boxeo me permitió entenderme mejor con mi mamá, y desahogarme en el ring y con los sacos de boxeo en lugar de andar buscando peleas con ella”, agrega.
Jhoan Aguirre
Es un joven boxeador de 17 años, y al igual que Kelly llegó a la Fundación No me rendiré porque le despertó curiosidad ver los entrenamientos por las tardes en el Parque el Samán.
Antes de llegar a la fundación, Jhoan era un muchacho problemático: era impulsivo y buscaba peleas con la gente de sus barrios, “por cualquier cosa”, dice. La relación con su familia tampoco era ideal. Peleaba seguido con sus hermanos y sus papás lo regañaban con frecuencia.
Sin embargo, Jhoan asegura que ha crecido como persona desde que entró al boxeo: cambió su actitud frente a sus padres y ahora su tiempo libre lo pasa peleando en el ring y no en las calles.
Hoy es en un boxeador sobresaliente. Ganó la medalla de bronce en el torneo departamental de Buenaventura en 2019 y se coronó campeón departamental en Cali en septiembre de 2021.
Santiago Garcés
Un boxeador de talla nacional que nunca ha perdido una pelea. Ese es Santiago Garcés, un joven de 19 años que se perfila como uno de los más grandes talentos de Llano Verde.
Tiene dos hijos y trabaja medio tiempo como entrenador en un gimnasio para mantenerse a él y responder por ellos. En el boxeo encontró una forma de desahogarse a través de los puños, algo que se ha convertido en una filosofía en No me rendiré.
En la fundación realizan una actividad llamada El saco de las emociones, que consiste en expresar y sacar emociones con dos sacos de boxeo, uno rojo y uno amarillo.
El saco rojo lo utilizan para sacar todas las emociones negativas a través de puños. Lo golpean hasta que sientan que sacaron los sentimientos que les dejaron malas experiencias que han vivido en esos días.
Por su parte, el saco amarillo está para expresar gratitud y emociones positivas. A diferencia del rojo, a este nunca lo golpean, sino que le expresan cariño a través de abrazos.
Y aunque para los jóvenes de No me rendiré el boxeo se ha convertido en una herramienta terapéutica, para Santiago Garcés ha sido particularmente útil: “Yo no soy tanto de expresarme y de hablar sobre lo que siento. Para mí es más fácil golpear el saco rojo y sacar lo malo”.
Santiago hoy está forjando su camino como un gran boxeador. Se coronó campeón departamental del Valle del Cauca en 2019 y dentro de poco tiempo hará su debut como boxeador profesional.
Su sueño es ser campeón mundial en boxeo y poder competir en torneos como los Juegos Olímpicos. Y aunque el resto de responsabilidades que tiene implican un reto para ser un brillante boxeador profesional, entrena duro todos los días para conseguirlo.
Estos tres jóvenes son una muestra del talento de Llano Verde.
Con el tiempo, la escuela que han creado los muchachos bajo el liderazgo del profesor Jhon Mina se ha convertido en algo mucho más grande que un club deportivo. Es un espacio de transformación personal, en el que jóvenes de Cali crecen y se convierten en ejemplos a seguir dentro de sus comunidades.