Con educación sexual integral, esta organización enfrenta el embarazo adolescente

La Fundación Híbridas lleva educación sexual integral a los barrios vulnerables de Santa Marta. Su pedagogía se basa en el diálogo, los juegos y la lúdica.

Mileidy Jiménez tiene 28 años recién cumplidos, nació en Aracataca y es lideresa social de la ciudad de Santa Marta. Durante toda su vida ha estado interesada e involucrada, entre otras cosas, en temas de empoderamiento femenino y derechos sexuales y reproductivos. 

Es psicóloga de profesión y hace alrededor de tres años comenzó la Fundación Híbridas.

“Híbridas nace por la necesidad de generar espacios seguros para niñas, adolescentes y jóvenes de la ciudad en los que se traten temas como la educación sexual integral, la menstruación y demás”, cuenta

Y es que, asegura Mileidy y lo confirma el último Informe de Calidad de Santa Marta Cómo Vamos, “de la región Caribe, Santa Marta es la segunda ciudad con mayor tasa de embarazo adolescente”. 

Según el informe, para el 2020 se presentaron 1.773 embarazos de niñas y jóvenes entre 10 y 19 años, lo que corresponde al 19 % del total de gravidez de la ciudad. 

Adicionalmente, 51 de esos embarazos se dieron entre niñas de entre 10 y 14 años. En ese sentido, la Fundación Hibridas surgió con el objetivo de hacerle frente a esas estadísticas, a través de la pedagogía. 

Educación sexual integral

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Con espacios de dialogo y escucha, Híbridas aborda temas de salud sexual y reproductiva con niñas desde los 13 hasta los 18 años. / FOTO: Fundación Híbridas

Entre otros proyectos, la Fundación Híbridas estableció una alianza con la Insititución Educativa Distrital de La Paz, en el barrio samario que lleva el mismo nombre. 

“Es una comunidad que queda apartada del centro de Santa Marta y que ha sido muy vulnerada. Tiene más dificultades para el acceso de agua que otros lugares de la ciudad y está aislada de muchas de sus dinámicas”, indica Mileidy. 

Allí, comenzó a dictarles talleres a niñas y adolescentes entre los 13 y los 18 años, estudiantes y a mujeres externas a la institución. 

Para comenzar, Mileidy realizó un sondeo de salón en salón en el que 178 niñas manifestaron interés en la posibilidad de recibir talleres y actividades relacionadas al tema. Se lo propuso al rector, quien estuvo de acuerdo.

Así, todos los sábados y de manera extracurricular, Mileidy realiza actividades pedagógicas que, a través del juego y la lúdica, ofrecen a las niñas espacios seguros para dialogar acerca de su sexualidad. 

De acuerdo con ella, “por la edad de las niñas no puedo ser tan catedrática, pero de todas maneras las mujeres formamos y creamos de formas diferentes: hacemos círculos de confianza en los que, a través de la palabra, abordamos diferentes temas”. 

Además, a partir aportes y lecturas científicas, que presentan a las niñas de manera simplificada sin dejar de ser claros y explícitos, se discuten y se derrumban mitos acerca de la sexualidad.

“De repente hay una chica que dice, ‘si yo tengo una relación sexual y luego doy tres brincos y me tomo una Coca-Cola, ya no quedo embarazada’”, explica Mileidy.

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Adicionalmente, al hablar del componente integral de la educación sexual, Mileidy se refiere a que esta no puede quedarse solamente en el ámbito corporal y biológico, sino que debe abordar la salud mental y la gestión de emociones. 

Así, cometa, muchas veces las niñas no saben cómo decir que no, no saben acerca del consentimiento, de cómo llevar relaciones sexo-afectivas de manera sana y responsable, no conocen la responsabilidad afectiva.

Por ello, en las sesiones semanales, también se abordan esos temas. “Ellas comienzan a asumir un proceso de autonomía sobre sí mismas y sobre las decisiones que toman en sus vidas, así como sobre cuál es su rol dentro de las dinámicas sociopolíticas actuales”, dice Mileidy. 

El impacto

En ese sentido, agrega Mileidy, las sesiones en el colegio se han convertido en espacios en donde las niñas sienten que su palabra, ideas, intereses y necesidades tienen validez y son fundamentales. 

Tanto así que varias de las asistentes llevan a otras compañeras externas al colegio, quienes se han interesado por lo que allí sucede cada sábado.

De la misma manera, las niñas y las jóvenes replican lo aprendido en el barrio. Gracias a esto, también han surgido espacios de diálogo a nivel comunitario en los que, entre otras cosas, se generan espacios de prevención de violencias basadas en género.

Entonces, dice Mileydi, el proyecto, que este año espera llegue a otras instituciones educativas de la ciudad, más allá de ser un espacio para enseñar acerca de sexualidad, “es uno para que las niñas se reconozcan a sí mismas en las comunidades de las que hacen parte y, en ese sentido, para su desarrollo como personas”. 

El proyecto invita a participar a todas las personas que puedan estar interesadas, por lo que puede contactar a la Fundación a través de su página de instagram o al correo hibridas.org@gmail.com

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