Educambio busca mejorar la calidad académica de las comunidades vulnerables y brindarles un mejor acceso a material educativo y de lectura.
“Para muchas comunidades las bibliotecas y los colegios son como refugios”, comenta Lucas Bravo, fundador y director de Educambio, empresa social que desde hace 6 años busca ayudar a jóvenes de escasos recursos a tener una educación de calidad y transformar su realidad a través de la lectura.
Educambio nació luego de una vivencia que le permitió a Bravo evidenciar que la desigualdad en Colombia es aún más grande de lo que la comunidad se imagina.
“Tuve que ver cómo un niño estaba escribiendo en los bordes de un papel periódico y eso me permitió reflexionar sobre la falta de útiles escolares que tienen las comunidades más vulnerables. Aunque hay gente que se esfuerza en los territorios por salir adelante, no cuenta ni siquiera con un cuaderno para poder estudiar”, comenta.
Decidido a mejorar esa realidad fundó Educambio, empresa con la que hasta el momento ha logrado entregar más de 33.000 útiles, entre cuadernos y kits escolares; 245 becas escolares para que niños y niñas de la comuna 20 puedan tener acceso a educación bilingüe de calidad y 31 bibliotecas en el Pacífico colombiano y en el caribe, incluyendo San Andrés.
“Cuando empezamos a recibir y llevar cuadernos a las comunidades vulnerables, ellos comenzaron a preguntarnos si también recibíamos libros. En ese punto decidimos aprovechar el mismo modelo de economía circular, para entregar bibliotecas”, cuenta Bravo.
Dichas bibliotecas se donan a espacios en zonas rurales donde no hay acceso a libros y la mayor fuente de información suelen ser los profesores que, la mayoría de las veces, son solamente bachilleres.
Se instalan en las casas de lideresas o líderes sociales, ya que son quienes gestan los procesos culturales y académicos en los territorios, y también porque los colegios oficiales en la mayoría de los casos permanecen cerrados de 3 a 6 meses al año, por diferentes motivos.
Por eso, si las bibliotecas se encuentran en casas culturales o de líderes o lideresas comunitarias, los habitantes tendrán completo acceso al lugar, en cualquier momento del año.
“Al principio solo entregábamos la biblioteca a la comunidad, pero entendimos que la mejor forma de hacerlo es construyendo las bibliotecas con la comunidad, escuchando qué es lo que ellos quieren encontrar en ese espacio y qué nombre desean ponerle, porque esto crea todo un sentido de pertenencia”, explica Bravo.
Por ejemplo, según cuenta María Antonia González, directora de impacto social de Educambio, la última biblioteca que entregaron recibió el nombre de Wale’kerü, palabra en wayuu que hace referencia a la primera mujer que enseñó a los niños guajiros todo sobre su cultura.
O la biblioteca Sautwona, una palabra africana que significa “te veo y eres importante para mí”, ubicada en Buenaventura, en el barrio de los palafitos. En este espacio se ha construido un club de lectura que hace talleres y le enseña a leer a los niños y niñas que son hijos de mujeres víctimas de violencia sexual.
Alrededor de las bibliotecas se han empezado a crear los clubes de lectura, espacios culturales y para el director de Educambio, esto es importante porque permite cambiar los ciclos sociales en los territorios, porque los niños y niñas tenían acceso a una información diferente a la que habían tenido sus padres y pueden ver que hay un mundo más allá de su territorio.
Por ejemplo, Venus Pandales, de la comunidad de Arusi en el Golfo de Tribugá, se enamoró de la lectura gracias a su padre Rufo Pandales y al libro de La Cenicienta. Esta pasión le permitió estudiar y convertirse en la primera mujer profesional de Arusi, con el título de psicóloga.
El año pasado Educambio entregó 14 bibliotecas en diferentes zonas del país y en lo que falta del presente año todavía tienen programada la entrega de siete bibliotecas más.
Cómo ayudar a Educambio
En www.educambio.org se pueden encontrar todos los programas que están implementando. También se pueden comprar cuadernos escolares, con diseños autóctonos, o papelería corporativa ecológica, con los que la empresa logra financiar sus proyectos.
Los interesados también pueden aportar a Educambio con tiempo, recursos, conocimientos o como voluntarios en todo el proceso de catalogación, organización y entrega de los libros.