A través del teatro, el Grupo ProActo busca despertar sensibilidades frente a lo que sucede en Arauca, al tiempo que brindan herramientas a las personas para hacerlas partícipes de la transformación del departamento.
En Arauca, cuenta Jhonatan Torres, a causa de la intensidad con la que se ha ensañado el conflicto armado, existe una gran normalización de las violencias y, en ese sentido, cierta pasividad de parte de la población con respecto a las mismas.
“A veces cuando hay un enfrentamiento en la zona rural de un municipio, las personas siguen andando como si eso que sucede en esos territorios no los afectara también”, comenta Jhonatan.
Por ese motivo, y con la intención de generar conversaciones y reflexiones alrededor de lo que sucede en el territorio, no solo en términos de violencia asociada al conflicto armado sino también violencias basadas en género, así como de diversidad sexual y derechos humanos, entre otras cosas, en 2014 creó el colectivo Grupo ProActo, en la capital de Arauca.
Jhonatan es licenciado en Ciencias Sociales, pero desde que estaba en el colegio comenzó a involucrarse en el teatro. Recuerda que cuando estaba cursando octavo grado entró a participar en un grupo de teatro escolar que abrieron ese año y estuvo allí hasta que el programa terminó.
Más tarde, sin embargo, Jhonatan continuó con la disciplina a través de otros talleres y encuentros que organizaba el profesor y junto con dos compañeros que conoció allí, fundó el el Grupo ProActo.
Hoy el colectivo está conformado por 23 personas, dentro de las cuales hay psicólogos, trabajadores sociales, ingenieros ambientales, licenciados en Ciencias Sociales y de otras profesiones, y desde el 2019 están legalmente constituidos como organización formal con personería jurídica.
Desde allí, Jhontan y su equipo buscan, en sus palabras, “transformar realidades en el departamento”.
Y agrega: “Lo que queremos es mostrar a través del teatro, pero también de otros procesos artísticos y de comunicación como la pintura, la fotografía, la música y demás, es que sí nos tenemos que preocupar por aquello que sucede en nuestro territorio. Queremos generar sensibilidades para desnaturalizar las cosas que nos afectan. No podemos ser indiferentes ante lo que sucede”.
El arte para sensibilizar y transformar
Si bien su base es el municipio de Arauca, ProActo trabaja con comunidades de todo el departamento. Así, han viajado a lugares como Tame, Puerto Rondón, Saravena y Fortul, así como a pequeñas veredas y asentamientos indígenas, “lugares donde la institucionalidad no ha llegado o lo ha hecho de manera parcial”, comenta Jhonatan.
En cada lugar que llegan realizan un diagnóstico en conjunto con la comunidad para conocer cuáles son los principales problemas que aquejan a los habitantes de ese territorio y desde las artes, principalmente el teatro pero en ocasiones también con pintura y música, entre otras cosas, abordan algunos de esos temas.
Ello con el objetivo de sensibilizar al respecto y así ponerlos sobre la mesa como un problema que aqueja a la comunidad en general y que, debido a ello, es un asunto que puede y debe resolverse entre todos, o por lo menos sobre el que deben actuar como conjunto.
“Nuestras obras y actividades terminan siempre en foros con la gente, en los que charlamos acerca de lo que acabamos de hacer e incentivamos la reflexión acerca de aquello que representamos”, indica Jhonatan.
Él comenta que con su trabajo no pretenden mostrarse como solucionadores, ni tampoco abordar todo lo que sucede con las personas en un territorio tan complejo como el departamento de Arauca. Sino que, en últimas, lo que quieren es mostrar es que sí hay herramientas y caminos para tramitar todo lo que sucede, siendo una de ellas el teatro y las artes en general.
Al mismo tiempo ProActo busca entregar a la comunidad ciertas herramientas y mecanismos, en este caso artísticos, para que se entienda parte de la transformación que quieren generar, así como incentivarla a que se involucre en ella.
Con ese modelo de trabajo han desarrollado proyectos de la mano de instituciones como la Comisión de la Verdad, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrllo, PNUD.
De acuerdo con Jhonatan, “creemos que desde del teatro podemos mover sensibilidades, generar pensamiento crítico y transmitir verdades acerca de lo que sucede en el territorio y a partir de ahí motivar a las personas a la acción, desde donde puedan y con lo que se tenga. Queremos que las comunidades sean parte activa de su desarrollo”.