El influencer que quiere dar visibilidad a los campesinos en redes sociales

A través de Instagram y Facebook el boyacense Diego Andrés Guerrero visibiliza y dignifica el trabajo de los campesinos.

En un mundo donde las personas están concentradas en contar sus propias vidas en redes sociales, Diego Andrés Guerrero, trabajador social y director del proyecto Soy campesino, decidió abrir un perfil donde se le pudiera dar voz a quienes él considera “las personas invisibles de Colombia”: los campesinos.

Oriundo de Boyacá, Guerrero ha crecido con la convicción de que “la mayoría de colombianos somos hijos o nietos de algún campesino”, lo que hace que la sociedad esté más familiarizada con el campo de lo que realmente cree. 

No obstante, a través de su trabajo ha podido ver que ser campesino no es una labor admirada o vista con respeto por muchos.

“La mayoría de colombianos no dignifican la labor de los campesinos. Por un lado, los ciudadanos preferimos comprar las mandarinas o las naranjas que traen de otro país y que venden los grandes centros comerciales, en vez de las que producimos acá”, dice Guerrero. 

Por eso a través de sus redes sociales han buscado cambiar la mentalidad y la cultura de consumo de los colombianos, para impulsarlos a comprar más productos locales o tener preferencia por ellos.

“Por otro, las políticas nacionales que se han creado en los últimos años han aumentado la importación de alimentos que nosotros producimos en masa. Por ejemplo, ¿nosotros cómo vamos a importar papa de la Unión Europea cuando aquí somos potencia en la producción de papa?”, opina Guerrero.

Por eso, Guerrero es consciente que, sin importar cuánto impacto empiecen a generar en las personas, al mostrar en sus redes la realidad del campo, de la vida de los campesinos y de las cosechas, la verdad es que el país no cambiará si las políticas nacionales no lo hacen.

Para Guerrero, el apoyo a los campesinos, desde lo político, debe ir más allá de los subsidios. Por ejemplo, ofreciendo a los campesinos descuentos para ingresar a las universidades. / FOTO: tomada del Instagram de Soy Campesino

“Si hay un cambio en las políticas nacionales se podrá proteger el campesino. Si no, estamos condenados a que de aquí a 20 años ya no haya quien labre la tierra, porque todos los jóvenes están migrando a las ciudades y la pasada generación ya se está quedando corta”, explica él, quien gracias a sus estudios en trabajo social pudo tener un acercamiento más profundo con la realidad de los campesinos y descubrió que los adultos mayores se estaban quedando solos labrando el campo.

Esto ocurre, según aclara Guerrero, porque la mayoría de jóvenes, en especial los que son pequeños productores o los que tienen minifundios, no sienten que sea rentable el trabajo como agricultor, así que prefieren migrar a la ciudad donde pueden ganar el mínimo.

“Por la guerra que hay entre Rusia y Ucrania los insumos para trabajar la tierra están demasiado caros, triplicaron su valor. Pero a veces no es sólo culpa de los insumos, también puede ser por el clima, ya que en ocasiones los jóvenes no están capacitados para protegerse de, por ejemplo, un cambio climático o algún efecto climático en sus cultivos. Por si fuera poco, casi no hay apoyos gubernamentales reales, más allá de un subsidio, que impulse el joven a hacer un emprendedor en el campo”, analiza Guerrero. 

Para mejorar las condiciones de los jóvenes en el campo el instagramer propone un cambio de mentalidad, valorar verdaderamente el trabajo de los campesinos y apoyarlos, por ejemplo, comprando la mermelada que jóvenes campesinos hacen con las moras de sus huertas, “así les damos una oportunidad para que sigan trabajando en sus fincas”.

“Creo que es un deber de todos empezar a proteger la labor del campesino, visibilizar y apoyar su trabajo. Hay muchas cosas que podemos hacer para lograrlo y la idea es que por medio de ello impulsemos a los jóvenes a que se queden en sus fincas, porque si no ¿quién va a cultivar la tierra los próximos años?”, se pregunta Guerrero.

Darles un verdadero espacio a los campesinos

El principal objetivo de Diego Andrés Guerrero es promover y visibilizar los productos de los cultivos y las artesanías de los campesinos. / FOTO: Tomada del Instagram de Soy Campesino

Guerrero notó que, en Boyacá, en medio de las campañas, la mayoría de políticos “usan la ruana para aprovecharse del campesino y cuando pasa la elección nunca más los vuelven a visitar”.

Eso lo molestó demasiado, porque sintió que nadie se preocupaba verdaderamente por ayudarlos. Fue por eso que decidió crear el proyecto Soy campesino en redes sociales y cambiar, aunque fuera un poco, la condición de la gente que labra el campo en el país. 

“Inicialmente lo hacíamos por medio de fotografías en las que promocionábamos la vida del campesino, su cultura, sus alimentos y en alguna ocasión les ayudábamos a vender sus cosechas. Poco a poco fuimos avanzando, empezamos a realizar entrevistas y campañas, siempre en la búsqueda de concientizar a las personas y cambiar su mentalidad sobre los campesinos, para que empezaran a consumir más productos del agro colombiano como la papa de Boyacá o la piña de Santander y así”, cuenta el instagramer.

A lo largo de estos dos años mostrando la verdadera vida del campesino y las dificultades que esta acarrea, Guerrero siente que las personas ya empiezan a percibir a los campesinos como gente valiente y héroes que labran el campo para que los alimentos lleguen a nuestra mesa.

“De los campesinos he podido aprender la berraquera. A pesar de que muchas veces las cosas no se les dan como debería ser, ellos siguen trabajando y produciendo, aunque a veces signifique trabajar a pérdida. Aman lo suyo pese a todas las circunstancias. El campesino realmente nos enseña a ser resilientes y echados para adelante”, opina él.

Guerrero ha podido ver que muchos campesinos sufren para sostener a sus familias, darles educación a sus hijos y mantener sus fincas. Por eso, su sueño es que ellos puedan obtener las recompensas por todo lo que han trabajado. / FOTO: tomada del Instagram de Soy Campesino

Por eso a Guerrero le emociona “ponerse la 10” para ayudar a la gente del campo y seguir generando un impacto positivo en las familias y personas que viven en las zonas rurales.

“Lo que yo hago básicamente es incluir el trabajo social en las redes sociales. Esto no me lo enseñaron en mi carrera, pero sí aprendí sobre la sensibilidad humana y sobre cómo poder generar proyectos para las personas. Por eso me veo como un trabajador social en redes sociales”, considera él.

Hace poco por la labor que realiza con su equipo el Congreso nacionales les otorgó el agrado de Caballero, “el cual se la dan a muy pocas personas en el país, siendo yo el primer trabajador social en recibir esta condecoración a nivel nacional”, dice. 

“Este reconocimiento fue muy bonito, porque en este trabajo casi nunca ganamos dinero al apoyar a los campesinos. La gran mayoría de nuestras labores son sin ánimo de lucro, porque lo que buscamos es que la gente los vea, los conozca, los contacte directamente y les compre sin intermediarios. Además, este grado demuestra que desde todos lados podemos hacer trabajo social, ayudar a la gente e impulsar el cambio, que eso es lo más importante”, comenta.

Ayudas inesperadas

La tercera edición de la ‘papatón’ se vivió en noviembre en Bogotá, en compañía de decenas de campesinos. / FOTO: tomada del Instagram de Soy campesino

Desde Soy campesino intentan realizar campañas para llevar a los campesinos y sus productos a la ciudad de Bogotá. Por ejemplo, las últimas tres ‘papatones’, que han sido convocadas por este instagramer, han permitido que campesinos de Ventaquemada, Boyacá, y otras regiones vendan sus productos en diferentes puntos de la capital colombiana. 

Así mismo lo han hecho en Santander con piñeros, haciendo ‘piñatones’ y están haciendo los últimos ajustes para realizar en enero una ‘mandarinatón’ en Bogotá, “en donde la gente va a poder comprar una canastilla de mandarina a muy bajo costo, sin que el campesino pierda”, explica.

Pero Guerrero también ha podido ayudar a campesinos sin que ellos se deban mover de su tierra. Tal fue el caso de los cultivadores de guanábanas de Lebrija, Santander, quienes se comunicaron con él porque no lograban vender su cosecha a un precio justo y esta iba a terminar dañándose.

“Fuimos a grabar sus cultivos de guanábana, para ayudarles a vender su cosecha, subimos el video y a los 15 días se volvió muy viral por todas las redes sociales. La gente compró en un día toda la cosecha de guanábana que tenían”, recuerda Guerrero.

Además, diferentes familias campesinas aprovecharon el momento, tomaron la foto que Guerrero tenía de perfil en la página de Facebook y salieron a la carretera con sus guanábanas para venderlas, con muy buenos resultados. 

Historias hay por montón, cada vida es diferente, pero lo que yo siempre trato de hacer en los vídeos y las publicaciones es que los campesinos sean los protagonistas de las campañas, para así visibilizar de alguna forma lo que cada uno está viviendo”, explica.

Sigue leyendo: