Esta pareja creó un grupo teatral que trabaja con víctimas para contar sus historias

Para Diokaju, el teatro es una herramienta que permite resignificar y subsanar las heridas. Su trabajo con víctimas lo demuestra.

Diokaju Generación Arte Afro es una fundación artística y social bogotana que tiene entre sus integrantes a víctimas del conflicto armado, “entendiendo a estas víctimas como personas que han tenido que abandonar sus lugares de origen por diferentes razones como la violencia, temas socioeconómicos o por motivos sociales”, explica Julián Diaz, codirector del proyecto. 

Todo empezó a partir de su obra Raíz de ébano, donde participaban la suegra, la mamá y la abuela de Díaz.

La obra estaba basada en hechos reales que habían vivido las tres mujeres, oriundas de distintos lugares del Pacífico colombiano, que habían tenido que irse del territorio por diferentes motivos: la violencia, la falta de oportunidades y un matrimonio forzado. 

Raíz de ébano recogió estas historias y planteó un escenario donde estas tres mujeres se encuentran en Bogotá, narran los motivos por los que tuvieron que abandonar sus viviendas y la manera en la que lucharon en contextos completamente distintos y agresivos, a causa del racismo y el clasismo, para salir adelante.

“Al mostrar esta obra en escena y ver el impacto que tuvo, entendimos que este era el camino por el que debíamos transitar y empezamos a trabajar con personas en situación de desplazamiento y a utilizar el arte para ayudar a subsanar y resignificar ese dolor”, aclara Díaz.

Desde la perspectiva de Catalina Mosquera, codirectora de Diokaju, este trabajo con víctimas de desplazamiento forzado ha sido muy significativo y se ha abordado a través de dos métodos.

Primero, ofreciendo un espacio donde se realizan entrevistas y se escucha la vivencia de las víctimas, para crear obras de teatro como ‘Yo no quiero hablar de eso’.

Por otro lado, las víctimas también hacen parte de proceso creativos de Diokaju, donde se busca brindarles herramientas con las que puedan sanar.

“Queremos que en este espacio puedan hallar un lugar con valores ancestrales y tradiciones propias de los territorios y que, a través del arte, la danza y el teatro, ellos se sientan abrazados por una familia”, cuenta Mosquera.

teatro diokaju
La Fundación Diokaju propende por la construcción y reconstrucción social a través del arte, donde la identidad afro es un elemento dinamizador de todos los procesos. / FOTO: cortesía de DIOKAJU

El teatro como herramienta de sanación

Tanto para Díaz como para Mosquera, la pareja que creó Diokaju, el arte y el teatro son herramientas para sanar heridas.

“El arte es vital para el proceso de sanación y resiliencia de las víctimas, porque permite transformar lo que se vivió, sacarlo y entender que hay otros que también lo vivieron. Después ayuda a encontrar formas de perdonarse a uno mismo o verlo desde otro lugar”, comenta Mosquera. 

Una de las técnicas que utilizan en Diokaju para que sus integrantes vean la vida desde otra perspectiva es a través de una dinámica teatral con personajes ficticios en situaciones reales, en donde el público decide qué decisión tomará cada rol, con base a lo que están viendo. 

“Con las víctimas ponemos momentos de su vida en escena y luego ellas deciden qué hará el personaje. Es hermoso, porque ellos hacen un proceso de reflexión, de sanación y de perdón. Este tipo de teatro le permite a la víctima ver su situación con otros ojos”, considera Díaz.

Diokaju quiere que las personas que han vivido estas dinámicas de violencia encuentren entre sus tablas un lugar seguro, donde la experiencia sea transformadora y que, a pesar de no dedicarse a oficios artísticos, puedan usar este tipo de herramientas en cualquier situación. 

teatro con víctimas
Diokaju trabaja desde la idea de que todos han vivido hechos tristes y dolorosos en su vida, pero que el arte permite resignificar lo que “aparentemente no tiene otro sentido”. / FOTO: cortesía de DIOKAJU

Sanar al público con el teatro

La primera vez que Diokaju se dio cuenta del poder que tenía el arte para sanar a quien lo veía, fue a través de su obra Raíz de ébano, pero no ha sido la única oportunidad.

La fundación se ha presentado en Bogotá, Medellín, Cartagena, Bucaramanga, Cali, tienen una invitación para ir a Argentina, por la que se encuentran recaudando fondos a través de sus redes sociales, y otra posible a México.

Mosquera opina que llevar sus obras a varios teatros de Colombia es beneficioso para el país, porque estas escenas, que nacen a partir de vivencias de las víctimas, permiten que ciertas personas del público se identifiquen con lo que ven, reflexionen de otra manera sobre algo que les ocurrió o puedan comprender mejor lo que han vivido otros.

Sigue leyendo: