La Trocha de la Memoria es un recorrido creado por la Asociación Juvenil de Comadres y Compadres Constructores de Paz (Red Compaz). Desde 2017, buscan contar a los visitantes al municipio caqueteño lo que ocurrió allí desde su mirada.
“Queremos aportar un poco más a la construcción de un territorio que ha sido estigmatizado, que ha sido violentado”. De esa forma, Haminton Montoya, integrante de la Asociación Juvenil de Comadres y Compadres Constructores de Paz (Red Compaz), resume el trabajo que esta organización realiza con la Trocha de la Memoria: Caminando por la historia de San Vicente del Caguán (Caquetá).
Desde Florencia, donde estudia derecho en la Universidad de la Amazonía, Haminton cuenta que la Trocha de la Memoria surgió en 2017 como una propuesta de la recién conformada Red Compaz, que se creó cuando se juntaron varias agrupaciones de jóvenes del municipio. Pero ya había un antecedente: en 2014, varios grupos juveniles crearon otro recorrido, uno que no era por todo San Vicente del Caguán, como ahora, sino por Ciudad Bolívar, una de sus comunas.
Se trataba específicamente de Ciudad Bolívar porque, como cuenta Haminton, está conformada por nueve barrios fundados por guerrilleros cuando el municipio fue declarado (junto con otros cuatro: Uribe, Macarena, Vistahermosa y Mesetas, todos en Meta) como zona de despeje durante el fallido proceso de paz entre el Gobierno y las Farc, entre 1998 y 2002.
Luego de que se acabara esa negociación con la ahora exguerrilla, dice el joven líder, San Vicente (y en particular Ciudad Bolívar) se convirtió blanco de estigmas. Para transformarlos, crearon La Ruta de El Tesoro. La intención con ese primer recorrido era “mostrarles a las personas que allá vive gente común, que trabaja, vive gente que lucha por sus sueños”, explica Haminton. Un deseo que se mantiene latente.
El recorrido
Varios jóvenes de San Vicente del Caguán, a partir de 2017, se formaron como guías turísticos en el Sena, gracias a becas que les otorgaron. Haminton fue uno de ellos. Y, conectados con el interés por cambiar la imagen de su municipio, crearon la Trocha de la Memoria.
El recorrido, que es operado por los 33 jóvenes que integran la Red Compaz, dura alrededor de dos horas y también cuenta con apoyo de Caguán Expeditions (un operador turístico creado por exintegrantes de las Farc). Este comienza en un mirador para que los visitantes entiendan la importancia de donde están parados y comprendan la forma en la que se constituyó ese municipio, marcado por los conflictos desde finales del siglo XIX, como dice Haminton.
Posteriormente, caminan hasta el Parque de los Fundadores, donde son los jóvenes quienes cuentan, desde su perspectiva, lo que pasó cuando el municipio fue zona de distensión y cuando el entonces presidente, Andrés Pastrana, ordenó al Ejército la retoma de dicho territorio luego de dar por terminados los diálogos con la guerrilla.
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“Trabajamos con dos generaciones: los que eran jóvenes durante la distensión y los que nos hicimos jóvenes durante la retoma. El hecho central es contar qué era ser joven en medio de la zona de despeje y qué significó crecer en un proceso de retoma. De allí sacamos este proceso de memoria”, cuenta Haminton. Así como del informe de la Comisión de la Verdad ‘Lxs Nadie: memorias juveniles del conflicto armado en San Vicente del Caguán 1998 – 2013′, presentado en marzo de 2021.
Luego de ese recuento, el recorrido sigue hacia Hippies Café Bar, en la Casa Cultural Manigua, un espacio de encuentro creado por la Red Compaz. La Trocha de la Memoria termina en el puente colgante Camilo Torres sobre el río Caguán.
Que la violencia no sea normal
La decisión de que los visitantes al municipio conozcan la historia desde sus habitantes, asegura Haminton, es por el impacto que tuvo el conflicto armado en San Vicente del Caguán. “Es una huella que tiene que ver con estigmatización, vulneración, de violencias estatales y de otros actores”. Pero también es una mirada hacia adentro. De cómo la violencia se ha convertido en parte de la vida cotidiana y de cómo esto se debe evitar.
“Normalizamos esas situaciones, esos procesos de violencia. Normalizamos que cada ocho días estallara una granada en una esquina, o que hubiera un atentado, o que en alguna vereda mataran a Fulano y dijéramos ‘por algo fue’ y ya y ahí quedó, nadie dijo nada”, reflexiona Haminton.
Y sobre la Trocha de la Memoria agrega que “lo que pretende contar es cómo se formó San Vicente del Caguán a partir de dinámicas de conflicto. Todo lo que significó la zona de despeje y el proceso de retoma después de la zona de distención. Y cómo llegamos nosotros, como organización social, a hacer todo ese compilado de esa historia y poner eso en función de la construcción de territorio y la construcción de paz”.
Hasta el momento, alrededor de 1.000 personas han hecho el recorrido, bien sea como turistas o como parte de organizaciones sociales o académicas que llegan al municipio con la intención de comprender lo ocurrido en San Vicente del Caguán. Y Haminton insiste en que, como organización, están en proceso de crecimiento y de fortalecerse para que el impacto de su iniciativa sea mayor.
Sobre la necesidad de hacer memoria, el joven concluye que “es fundamental, porque la historia en este país ha sido contada por algunos desde su posición privilegiada, pero los nadie no hemos tenido la posibilidad de contarnos. Es importante que podamos hablar sobre nuestra historia, visibilizarla, mostrar lo que sucedió acá en el Cagúan”.