Durante dos décadas, la fundación Secretos para Contar ha impulsado la educación en la "tierra de la montaña", llevando literatura y saberes a los rincones más apartados de Antioquia, y promoviendo la lectura como herramienta de transformación social y cultural.
En 2004, Tita Amaya y un grupo de investigadores de Antioquia notaron que en muchas zonas rurales del departamento apenas había acceso a libros. De esa inquietud nació la fundación que, en 20 años y con 31 títulos publicados ha transformado la vida de miles de familias campesinas. Su propuesta pedagógica combina literatura, saberes ancestrales y desarrollo comunitario.
El objetivo inicial fue llenar un vacío evidente: la ausencia de material educativo en los hogares rurales. «En muchos solo había una estampita de la Virgen o un periódico usado para empacar panela. Por eso, decidimos crear textos pertinentes, escritos con y para las comunidades», recuerda Luisa Fernanda Giraldo, integrante de la organización. Las temáticas son elegidas por los mismos beneficiarios y desarrolladas junto a expertos que integran conocimientos científicos y tradicionales. “Queremos que los libros sean herramientas para pensar, hacer y sentir, porque cuando conectas mente, manos y corazón, el aprendizaje se interioriza”, añade.
Historias y conocimientos que surgen del campo

Cada ejemplar es fruto de un proceso participativo que integra las voces y necesidades de las comunidades. «Las temáticas no las definimos desde una oficina, sino que son las familias, maestros y estudiantes quienes eligen sobre qué quieren leer y aprender», aclara Luisa. Este enfoque garantiza que los contenidos sean relevantes y conecten directamente con la realidad del campo.
El desarrollo de cada título combina distintas formas de entender el mundo. Por ejemplo, para temas como salud o plantas medicinales, se consultan médicos especialistas y comunidades indígenas, quienes aportan su conocimiento. Una vez escrito, el material se traduce a un lenguaje sencillo, adaptado al entorno. Según Tatiana Carrero, participante de las actividades: «hacemos que la lectura sea accesible y significativa para todos, sin perder la profundidad del contenido».
Además, los textos están diseñados para aprender a través de tres pilares: pensar, hacer y sentir. Este enfoque, inspirado en la pedagogía Waldorf, busca que los lectores no sólo comprendan, sino también experimenten y reflexionen sobre lo aprendido. Cada colección incluye literatura, actividades prácticas y contenidos que fomentan el desarrollo humano, conectando lo artesanal y lo emocional de la comunidad en una propuesta integral.
Puentes de conocimiento y esperanza

El equipo recorre caminos difíciles para entregar sus colecciones. Mulados, lanchas y garruchas son algunos de los transportes que utilizan para llegar a las 4.200 veredas de Antioquia. En cada visita, los libros son recibidos con entusiasmo por los niños y la población en general.
Para Tatiana, esta labor no es sólo logística. “Llevar los ejemplares es crear un momento especial. Las familias se reúnen, los niños enseñan a leer a sus abuelos y todos comparten en torno a la lectura”.
Además de haber distribuido más de 8 millones de materiales, la fundación ofrece talleres que capacitan a maestros y los guían para integrar los contenidos en sus aulas.
Historias que trascienden generaciones

El impacto de «Secretos para Contar” se refleja en testimonios como el de Carlos Gallego, quien fue beneficiario de las primeras unidades entregadas y hoy es parte del equipo financiero de una reconocida empresa colombiana. También destaca Mireya Bedoya, quien pasó de recibirlos en su infancia a dirigir el Laboratorio del Espíritu, un centro de promoción de lectura del departamento.
Carrero exalta cómo estas historias inspiran al equipo: “Es emocionante saber que muchos de nuestros promotores nacieron en la ruralidad, fueron beneficiarios del programa y hoy son quienes llevan los libros a otras familias. Es un ciclo de impacto y transformación”.
Con 519.000 familias beneficiadas en Antioquia y más de 12.000 docentes capacitados, el trabajo continuo les propone nuevos objetivos.
El futuro de Secretos

El sueño de la fundación es replicar su modelo en más regiones de Colombia. “Queremos transferir nuestra metodología para que otras entidades puedan usarla y llevar este impacto a comunidades fuera de Antioquia. Los recursos están, y nuestro contenido ya está disponible en formato digital para apoyar iniciativas en otros territorios”, asegura Giraldo.
La conectividad sigue siendo un reto en las zonas rurales, pero no una limitación. Mientras continúan produciendo ediciones físicas, exploran nuevas estrategias que complementen su impacto y sostenibilidad, como la venta de materiales educativos para financiar proyectos y programas de donación para patrocinadores individuales.
La dedicación y pasión de Secretos para Contar muestran que la educación puede ser una herramienta poderosa para cambiar realidades. Como resume Giraldo: “Servir con amor y vocación no tiene precio, y cuando haces lo que amas, el impacto siempre llega”.