Sanar la herida social que dejó la guerra y empoderar a las mujeres, esos son los objetivos de la Alianza de Mujeres Tejedoras de Vida del Putumayo, que hoy congrega a 65 organizaciones de todo el departamento.
En 2005, al reconocer la necesidad de brindar un apoyo a la comunidad en tiempos de guerra, se fundó la Alianza Departamental de Mujeres Tejedoras de Vida del Putumayo con el objetivo de promover la defensa de los Derechos Humanos con perspectiva de género y la construcción de paz en los territorios.
Aunque en la actualidad la Red de Mujeres reúne a 65 organizaciones de mujeres en el departamento, todo comenzó con una sola persona, Fátima Muriel, quien desde hace 25 años ha buscado proporcionar ayuda a las víctimas del conflicto armado..
Muriel, presidenta y fundadora de la Alianza Departamental de Mujeres Tejedoras de Vida del Putumayo, trabajaba en un principio como supervisora de educación departamental. Ese cargo hacía que tuviera que visitar todas las comunidades de la región, lugares en los que se dedicaba a escuchar a las mujeres.
De esa forma, Muriel fue entendiendo el grave problema que había en estas zonas a causa de la violencia, aunque nadie quisiera reconocer que se estaba en guerra.
“Quería apoyar a estas mujeres, por eso lo primero que hice junto a las docentes fue realizar charlas de escucha, en vez de talleres educativos. Notábamos que de esa forma ellas se calmaban y se llenaban de esperanza”, recuerda la fundadora de la alianza.
Viendo que la situación también estaba afectando a los más jóvenes, las docentes se organizaron e intentaron hacer una denuncia a nivel nacional, ante el Ministerio de Educación, para que se tomaran medidas.
Pero no recibieron respuesta, ni tenían permiso para hablar con la guerrilla o los actores armados.
Bajo esas circunstancias, Murillo decidió impulsar a las mujeres para que se juntaran e hicieran una sola red, porque todas estaban experimentando circunstancias iguales. Buscó organizaciones de mujeres en la región, las invitó a unirse y entre todas empezaron a crear una sola voz, para poder ser escuchadas a nivel nacional e internacional.
“Nos reunimos mucho con las diferentes organizaciones y entre todas empezamos a construir los objetivos, ¿qué queríamos lograr con la alianza? ¿quiénes éramos? ¿para dónde íbamos? ¿qué buscábamos?”, recuerda Muriel.
De esta manera se construyeron los tres ejes fundamentales de la alianza:
- La defensa de los derechos humanos y la construcción de paz.
- La creación de políticas públicas para las mujeres, para dejar de ser invisibilizadas.
- Mujer, desarrollo y medioambiente, para cuidar el territorio y la parte cultural.
Bajo ellos se desarrollaron las diferentes propuestas y proyectos.
El nombre de Tejedoras de vida también se decidió en conjunto, con una lluvia de ideas. Al final, el que escogieron hace referencia al interés en tejer los lazos de las familias destruidas por la guerra y reparar el tejido social destruido por el conflicto armado.
“En el conflicto el tejido social era como un vestido muy lindo y bien hecho, que mañana amanecía sin mangas y luego no tenía boleros. Nosotras nos encargamos de tejer y unir ese cuerpo con nuestras historias, con los ríos, los árboles y toda la naturaleza”, aclara Murillo.
Una alianza por el empoderamiento de la mujer
Por medio de la alianza se han podido formular diferentes políticas públicas de género, una a nivel departamental y seis municipales.
Por su parte, con su proyecto Mujeres que transforman, la alianza ha logrado contribuir al empoderamiento social, político y económico de las mujeres en Putumayo, en diferentes campos y áreas.
Por último, en el eje de desarrollo, mujer y medioambiente crearon el proyecto Guardianas del agua, a través del cual han logrado que 150 mujeres estén en todo el territorio haciendo un mapeo hidrográfico para poder crear una agenda ambiental con visión de género.
“Cuando finalmente llegó el proceso de paz, para nosotras fue una sombrilla muy grande para nuestros proyectos y el trabajo que ya teníamos adelantado”, explica Muriel.
Para La Alianza, educar y ayudar a una mujer significa brindar apoyo a toda una familia y una comunidad, ya que consideran a las mujeres como el eje fundamental de la sociedad.
“Me parece muy importante la transformación de las mujeres que se logra hacer por medio de la alianza. Hoy son mujeres empoderadas y emprendedoras que no permiten ser maltratadas o utilizadas. Eso cambia a la sociedad, porque si una mujer tiene claro eso, toda la familia lo tendrá”, considera Muriel.
Para ayudar en la prevención de violencia de género, la alianza creó también un sistema de información con le que pueden alertar a las autoridades, Fiscalía y Contraloría, sobre lo que pasa con los casos. De igual forma, el proyecto cuenta con profesionales abogadas y psicólogas en los municipios, para que detecten casos y apoyen en todo el proceso.
“Me pone muy orgullosa tener tanta credibilidad en las instituciones a nivel nacional e internacional, porque nos buscan para presentarnos y entregarnos casos, para dialogar con nosotras”, concluye Muriel.
En este momento la alianza cuenta con 120 proyectos productivos y, gracias a un donante de Estados Unidos, están en el proceso de obtener una finca para las Tejedoras de Vida, en la cual sueñan hacer una casa ecológica demostrativa con una empresa de abono.