Estas iglesias atraen anualmente a cientos de miles de visitantes, entre creyentes y turistas, ya sea por sus llamativos diseños arquitectónicos, su relevancia histórica o por los tesoros que guardan.
En Colombia, al igual que en otros países de Latinoamérica, las iglesias funcionan como cápsulas que encerraron tras sus muros gran parte de la historia colonial del continente. Son lugares que permiten conocer cuáles y cómo eran las técnicas y estilos artísticos importados por los colonizadores, junto con las creencias religiosas profesadas en la Europa de aquel entonces.
Esta es una lista de nueve iglesias dentro del territorio colombiano que debería conocer:
Catedral Santo Ecce-Homo (Valledupar)
Ubicada en Valledupar, Cesar, es la catedral moderna más grande de Colombia y una de las más grandes de Suramérica. Se comenzó a construir en 2016 y fue inaugurada en 2019, cuando la diócesis de Valledupar cumplía 50 años. Su nombre hace referencia a la imagen del Santo Ecce-Homo (patrono de los vallenatos).
La imagen del Ecce-Homo está tallada en madera y representa a un Cristo flagelado y desnudo con las manos atadas a una columna. El término Ecce-Homo viene del latín «He ahí el hombre», frase que es asociada con un pasaje de la Biblia en el que Poncio Pilato dice: «Ahí tenéis al hombre», luego de mandar a azotar a Jesucristo.
Tiene capacidad para más de 5.000 feligreses. Cuenta con diez vitrales, dos pisos y diez columnas: siete de ellas representan los sacramentos y las otras tres la santa trinidad bíblica.
Santuario San Pedro Claver (Cartagena, Bolívar)
Cartagena, ciudad conocida por sus murallas y lugares donde se concentra gran parte de la historia colonial como el Museo de la Inquisición (donde se exhiben las máquinas utilizadas por las instituciones católicas para suprimir las herejías), también cuenta con varios templos que transmiten la fe de los devotos europeos que entraron al territorio.
Uno de ellos es el Santuario San Pedro Claver, ubicado en la Plaza que lleva el mismo nombre dentro de la muralla, y que en 1995 fue declarado Monumento Nacional.
La iglesia fue construida a principios del siglo XVIII con una arquitectura de estilo jesuítico, es decir, influenciada por los grupos de jesuitas que fueron expulsados de España y enviados con ‘labores educativas’ al continente. Uno de ellos fue San Pedro Claver quien, en el pozo del interior de la iglesia, bautizaba a los esclavos que llegaban de África.
Al lado del Santuario, además, se puede hallar un Museo que también lleva el nombre del misionero. En él se exponen cuadros religiosos y esculturas talladas en madera de artistas europeos de la época.
Catedral de Sal de Zipaquirá (Zipaquirá, Cundinamarca)
Esta Catedral es única en el mundo. Fue construida bajo la tierra, al interior de la famosa mina de sal de Zipaquirá, y es considerada una de las siete maravillas de Colombia.
Su construcción data de mediados del siglo XX y está dedicada a la virgen del Rosario (patrona de los mineros). Uno de los factores que más impresionan de ella son las luces de colores que adornan las paredes y el gran tamaño de sus socavones. Se dice que en uno de ellos puede caber perfectamente un avión de pasajeros.
La Catedral de Sal está consagrada al viacrucis, es decir, en su interior se pueden encontrar las doce estaciones de la pasión de Cristo hechas con sal y mármol.
Capilla Nuestra Señora de la Candelaria de Sabaletas (Montebello, Antioquia)
Esta pequeña capilla del siglo XVII, que se encuentra ubicada en Sabaletas, un caserío del municipio de Montebello, guarda en sus muros la importante designación de haber sido la primera capilla construida en Antioquia.
Fue declarada Monumento Nacional en 1984 y está dedicada a la Virgen de la Candelaria.
Uno de sus rasgos más interesantes es que en sus paredes pueden verse figuras antropomorfas con rasgos indígenas; pues allí, antes de la llegada de los españoles, en los alrededores se asentaba la tribu indígena del cacique Quiramá.
Santuario Nuestra Señora del Carmen (Bogotá, Cundinamarca)
Este templo surge como una petición el expresidente Rafael Núñez a Juan Bosco para que, a través del papa León XIII, enviara una delegación de religiosos a la ciudad con el objetivo de fundar escuelas de artes y oficios.
La petición dio frutos y, en 1890, los Salesianos llegaron a Bogotá donde, tiempo después, comenzaron la reconstrucción de un monasterio abandonado que hoy es el Colegio Saleciano Leon XIII, edificación contigua a la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, ubicada en el tradicional barrio La Candelaria.
Los arquitectos encargados de su diseño mezclaron los estilos gótico florentino, árabe y bizantino. La construcción tardó diez años y el éxito de la combinación de técnicas se puede evidenciar en la originalidad de la obra a nivel nacional.
Detalles como su llamativa fachada de líneas horizontales, las formas heptagonales de sus ventanas y sus vitrales de santos en colores la convierten en un templo inconfundible.
Ermita Jesús de Nazareno (Popayán, Cauca)
Construida en el Centro Histórico de la capital caucana hacia principios del siglo XVII, es la iglesia más antigua de Popayán y también el primer cementerio, el cual funcionó en ese mismo lugar desde 1786 hasta 1845.
En el interior se puede encontrar, además de una imagen de su patrono Jesús de Nazareno traída de Italia, diferentes obras de artistas de la Escuela Quiteña.
La Calle de la Ermita, que pasa justo al frente, es el único detalle de la ciudad que aún conserva el estilo empedrado de las construcciones de la época.
Santuario de Las Lajas (Ipiales, Nariño)
Construido entre 1916 y 1949, el santuario es considerado uno de los más bellos del mundo pues, además de ser iglesia, se destaca por el mirador que proporciona a los visitantes al estar ubicado a 2.900 metros de altura sobre el cañón del río Guáitara.
También conocido como ‘El milagro de Dios sobre el abismo’, el templo se distingue por su estilo neogótico, sus vitrales de colores, las múltiples agujas que sobresalen de su techo y lo llamativo que resulta conexión entre sus tres naves y lado del cañón a través de un puente.
La naturaleza que lo rodea, el comercio a su alrededor y el teleférico que facilita la llegada al lugar también hacen parte de los atractivos incluidos en la visita.
Catedral Nuestra Señora de la Pobreza (Pereira, Risaralda)
Aunque por fuera pueda parecer sencilla pese a su tamaño, el interior de esta catedral cautiva por los acabados de su techo conformado por más de 13.000 palos de madera.
Una de las curiosidades históricas a resaltar fue el hallazgo de esqueletos humanos a principios de los años 2000, cuando se trabajaba para reparar los daños que un terremoto le provocó a la catedral en 1999.
En sectores aledaños también se encontraron fosas colectivas, lo cual supone que ese mismo lugar, durante la época colonial o incluso antes, era utilizado como cementerio o foco ceremonial.
Catedral Basílica Metropolitana Nuestra Señora del Rosario de Manizales (Manizales, Caldas)
Manizales, la Ciudad de las Puertas Abiertas, ostenta el título de tener en su territorio la catedral más alta de Colombia con el quinto mirador más alto del mundo.
Fue inaugurada en 1939 y su diseño estuvo a cargo del Julien Polti, arquitecto jefe de los monumentos históricos de París.
Cuenta con diferentes detalles que la hacen especial entre todas: por ejemplo, el Café Tazzioli (un establecimiento de consumo dentro de la iglesia) y la escalera helicoide de 395 escalones, que supone un reto para los visitantes.
Otro de sus atractivos principales es el Corredor Polaco, nombre se remonta a 1939 cuando, según los historiadores, cuando estaban finalizando de la torre, llegaron noticias de que los alemanes y polacos habían utilizado un corredor para movilizarse durante la Segunda Guerra Mundial. La ciudadanía, al ver a los obreros pasar por el corredor de la Catedral Nuestra Señora del Rosario, le apodaron de la misma forma.
La arquitectura principal es de estilo gótico, pero posee arcos de estilo bizantinos y otros detalles en estilo romano. Es reconocida por sus llamativos Vitrales y por sus puertas de bronce.