Con el fin de "crear nuevas sensibilidades desde la experimentación sonora", Indus mezcla los sonidos ancestrales del Caribe con la música electrónica.
En su momento la famosa Cumbia moderna de Soledad, canción de Pedro ‘Ramayá’ Beltrán, revolucionó el folclor caribeño por la introducción del bajo eléctrico en la interpretación musical. También lo hizo Petrona Martínez, quien facilitó la transmisión de la cultura caribeña contando historias a través del bullerengue.
Hoy, en el Caribe surgen proyectos como Indus, que mezclan ritmos tradicionales de Colombia con pop, electrónica y ritmos africanos.
Indus debe su nombre a la constelación Indus que representa a un indígena. Esa fusión entre lo raizal y lo astral captura la esencia de cada beat que compone Óscar Alford, un músico e ingeniero de sonido barranquillero de 36 años, que comenzó tocando en bandas de punk en el colegio.
Ambos géneros, el punk y la electrónica, aunque en un primer momento parecen distintos, comparten un mismo elemento: se hacen con lo que se tiene a la mano, es decir, “prestándole atención a las experiencias de vida, las ganas y a las buenas ideas”, comenta Óscar. Para él, la música permite experimentar directamente con la sensibilidad. A partir de allí se pueden proponer todo tipo de fusiones, letras, ritmos y «explosiones sonoras cargadas de simbolismo», como es el caso de su apuesta sonora.
Al ser oriundo de la Costa Atlántica, Óscar reconoce que recibió una fuerte influencia de todos esos elementos de la cultura afrodescendiente y africana presentes en la región: los ritmos del mapalé, la cultura ‘picotera’ alrededor de la champeta y hasta los mismos bailes cantados de San Basilio de Palenque. Todos contribuyeron a que hoy él y Andrés Eduardo Mercado. su compañero percusionista samario que lo acompaña en las presentaciones en vivo, trabajen para hacer que la línea divisoria entre géneros folclóricos y alternativos sea cada vez más difusa.
“Nosotros creemos que la propuesta musical de Indus podría caber en eventos del Carnaval de Barranquilla. También de otro tipo de festivales como Colombia al Parque, donde tuvimos la oportunidad de presentarnos este año en Bogotá, una tierra fría donde la cumbia o el chandé no son tan comunes”, comenta Óscar. Para él, es necesario que su ciudad natal habilite más espacios para que artistas locales presenten su talento, así no esté relacionado con géneros más comunes como el vallenato.
Él recuerda que cuando se trasladó a Bogotá a estudiar Ingeniería de Sonido conoció a Richard Blaird, un reconocido productor musical británico que ha trabajado con ChocQuibTown, Bomba Estéreo y Sidestepper. Desde ese momento, comenzó a forjar contactos y relaciones dentro del mundo musical que más tarde desembocarían en el proyecto Indus, el cual lanzó su primer álbum homónimo (un disco de siete canciones: cuatro sencillos adicionales a tres canciones inéditas) en el transcurso del año 2020.
Una de las canciones de Indus que más acogida ha tenido es ‘Noche Oscura’, inspirada en los cantos de vaquerías de los Llanos colombianos (los cantos que hacen los campesinos para llamar a las vacas) y con una base rítmica africana. Para la voz, contaron con la participación de Hermes Romero, del municipio Paz de Ariporo (Casanare).
En el vídeo se puede apreciar el rescate de elementos tradicionales de la cultura llanera: los lagos, ganados, chigüiros y el turpial, un ave típica de la región.
“Nosotros no queremos ser una agrupación conformada por integrantes fijos. Estamos Andrés y yo en el proyecto, sí, pero parte de nuestra esencia son las colaboraciones. Queremos visibilizar otros talentos y que otras agrupaciones nos visibilicen a nosotros”, explica Óscar.
Hace poco también colaboraron en la mezcla de la canción ‘Pájaro de la mar’ con Las Alegres Ambulancias, una agrupación folclórica de San Basilio de Palenque, con un legado musical que se remonta a la época de la Colonia.
“Graciela Salgado y Dolores Salinas, de Las Alegres Ambulancias, nunca habían sido ‘remixeadas’. Nosotros lo hicimos con Palenque Records”, explica Óscar quien, además, reconoce los aportes de la cultura afrodescendiente para la consolidación de varios géneros que conocemos actualmente. Menciona el house y el ‘techno’ (subgéneros de la música electrónica) nacidos en Chicago y Detroit, respectivamente.
Por el momento, los esfuerzos de Indus están concentrados en componer su nuevo álbum. También esperan que, durante estos meses de festivales como el Ultra Fest, la música electrónica colombiana comience a ponerse en exhibición para resaltar el talento local y demostrarle al mundo porqué Colombia es conocida como ‘El país de los mil ritmos’.