Desde 2015, la Escuela de Comunicación Indígena de la Amazonía produce cortometrajes que sirven para que los pueblos indígenas cuenten su propia historia.
Ka+ Jana Uai significa ‘La voz de nuestra imagen’ y es el nombre de la Escuela de Comunicación Indígena de la Amazonía. Esta empezó en 2015 y se ha convertido en un puente entre las comunidades indígenas del Amazonas no solo para preservar su conocimiento y tradiciones, sino también para llevarlos al mundo occidental.
No tiene una sede fija: por la geografía del Amazonas y por la idea con la que Nelly Kuiru la creó, la escuela es itinerante. Ese constante movimiento ha permitido que, a la fecha, haya 108 estudiantes regados por el departamento: 36 en Leticia, 28 en Tarapacá (municipio fronterizo con Perú y Brasil), 22 en Puerto Nariño y 22 en La Chorrera, todos de distintas comunidades indígenas.
Este trabajo es fruto de un recorrido que se remonta a 2001. A principios de los 2000, Nelly empezó a acompañar varias mesas de trabajo de las comunidades indígenas, incluyendo la del pueblo Murui (al que pertenece Nelly), y se dio cuenta de una necesidad: comunicar lo que allí se discutía, las historias que se contaban o, en otras palabras, la vida que transcurre.
“Conformamos entonces un primer grupo de comunicadores, que también se llamó Ka+ Jana Uai. Iniciamos acompañando las mesas de trabajo de las organizaciones, pero nos dimos cuenta de que hacía falta formar, sensibilizar en el tema (de la comunicación) y así nació la escuela, donde empezamos a educar a los jóvenes”, cuenta Nelly.
Sin embargo, no se trata solo de enseñar a utilizar una cámara o de instruir en cómo grabar el sonido o en cómo se edita. Claro, es parte fundamental del proceso, pero no es el primer paso. “Lo primero que analizamos es nuestra comunicación propia, que la persona se reivindique como indígena, que valore su cultura, sus conocimientos ancestrales y su lengua”, indica Nelly.
El trabajo en la escuela
Nelly cuenta que “fui una niña indígena que creció en la selva, sin televisión y en donde escasamente llegaba la radio, donde el mundo se escuchaba lejano”. Sin embargo, explica que siempre tuvo un interés por comunicar a su pueblo y esa preocupación la ha transmitido a Ka+ Jana Uai. Por eso, luego de que reivindiquen sus raíces, se habla en la escuela de “cómo se da la comunicación dentro de los pueblos indígenas”.
Luego sigue un proceso de formación de los jóvenes como líderes, porque, como lo resume Nelly, “si no se es un buen líder, no se puede comunicar”. En este punto empieza la formación técnica de quienes hacen parte de la escuela.
Pero hay un reto en todo esto. En el Amazonas, explica Nelly, hay 26 pueblos indígenas, cada uno con su cosmogonía, su cosmología y su lengua. Para ella, esto “es bastante complejo, pero es una complejidad enriquecedora; porque, como comunicadores, hemos aprendido a compartir conocimiento. Hay similitudes y también temas diferenciales y con todo eso creamos nuestro contenido”.
Otro desafío de la escuela tiene que ver con uno de sus principios fundadores: la itinerancia. Hay zonas del territorio que son de difícil acceso, aun así “llegamos navegando o por trocha”, cuenta con orgullo. Y en este punto menciona la experiencia de la escuela en Tarapacá.
Para hablar de este municipio, que queda sobre el río Putumayo, primero se refiere a su ubicación como el punto de encuentro de tres países (Colombia, Brasil y Perú). Adicionalmente, “casi no hay conectividad ni telefonía móvil, pero sí están presentes todos los actores armados al margen de la ley. Es un lugar zozobrante, olvidado”. Por eso, para llegar hasta allí, lo tuvieron que hacer “de la mano de las autoridades tradicionales indígenas para no tener problemas”.
No obstante, nada de esto ha frenado su trabajo. En seis años de existencia, en la escuela se han realizado 15 cortometrajes, de los cuales dos se han transmitido por televisión nacional, así como una serie de 3 capítulos, llamada El buen vivir, que se transmitió por el Canal 13. En junio de este año, además, publicaron su primer cortometraje animado: El origen de la planta de la coca, narrado en la lengua Murui.
La importancia de comunicar
Para Nelly, todo este trabajo se centra en la necesidad de “darles voz a las organizaciones indígenas. Siempre se habla como si los indígenas fuéramos gente que vive en taparrabos en medio de la selva, pero la situación no es así. Como en toda sociedad, hay problemas sociales, ambientales y de nuestros territorios. Ka+ Jana Uai es la búsqueda de contar nuestra verdad”.
Así, por ejemplo, cuenta que en octubre de este año realizaron con niños indígenas de Puerto Nariño un corto llamado El origen del pueblo Ticuna, que trata sobre sus deidades. De esta manera, la escuela se convierte también en una forma en que “niños y jóvenes de diferentes pueblos se pueden juntar y compartir conocimiento”.
Un compartir que sirve para lo que Nelly sueña, que sea un proceso sostenible de manera autónoma, sin la necesidad de que ella siempre esté presente: “Que no sea yo la que esté todo el día, sino que ellos se apropien del tema de comunicación desde sus territorios. Solo de esa manera tiene continuidad, porque si no serían trabajos asistencialistas que no fortalecen a los pueblos”.
Para ella uno de los retos que continúan enfrentando, “es el reconocimiento al derecho de la comunicación, que sea equitativa. Porque ha pasado que muchas instituciones creen que esto no puede ser parte del fortalecimiento y que no sirve para resguardar el acervo cultural de los pueblos indígenas”.
Sin embargo, eso no la frena en sus aspiraciones para que la escuela se siga consolidando en el sur del país, y cumpla su misión de salvaguardar el conocimiento de los pueblos que allí habitan. El objetivo de Nelly es ambicioso: “Queremos conformar la primera academia de medios de comunicación indígena en la Selva Amazónica, no solo del Amazonas, donde todos los jóvenes puedan aprender de comunicación escrita, medios audiovisuales, cinematografía y radio”.