La gobernación de Caldas ha liderado alrededor de 400 mejoramientos de viviendas en todo el departamento con el fin de aumentar la seguridad y el bienestar de su población.
María Margarita Arias Berrio tiene 66 años y está ubicada en el barrio San Isidro, en el municipio de Anserma, Caldas. Es una de las tantas beneficiarias de una estrategia de la gobernación llamada la ‘Revolución de la vivienda’, enfoca en solventar las necesidades de vivienda del departamento ya sea a través de mejoras al espacio o entrega de casas nuevas.
La estrategia maneja diferentes frentes. Uno de ellos está enfocado en el mejoramiento de las condiciones de habitabilidad. Es decir, intervenir espacios de casas ya existentes que no cuentan con condiciones óptimas para habitar. Tal es el caso de María Arias, quien fue escogida para recibir un mejoramiento de su cocina en diciembre de 2022.
Además de empañetarle las paredes, se le instaló un mesón y un nuevo lavaplatos. Dice que, desde hace años, su cocina no recibía ningún arreglo, pues en su familia todos eran agricultores y destinaban los ingresos a la alimentación y el pago de servicios: “Me quedó muy cómoda. Me gusta porque ahora puedo limpiar y preparar mejor los alimentos”, comenta la mujer.
El programa ‘Revolución de la Vivienda’ fue puesto en marcha por la actual administración del gobernador Luis Carlos Velásquez con el objetivo de dignificar las formas de hábitat de los caldenses. Estos mejoramientos, para el programa, aumentan la seguridad y el bienestar de los beneficiarios, ubicados en todos los municipios de Caldas.
“Hemos contratado 758 mejoramientos donde hay recursos de la nación y nuestros, de los cuales ya hemos entregado 399. A parte de eso, también hemos contratado, con el apoyo de los alcaldes, 648 mejoramientos adicionales. Es decir, esperamos este año legar a una cifra de 1.479 en total”, explica Javier Torres, actual secretario de vivienda.
Durante los cuatro días que tardó la remodelación de su cocina, María solo podía pensar que aquello era “una gran bendición”, pues para ella resulta complicado destinar parte de sus ingresos a necesidades como esta.
Algunos de los vecinos del Barrio San Isidro también recibieron ayuda de la gobernación para intervenir sus casas. Ofrecen cambio de fachadas, instalación de aparatos sanitarios, cambio de lavaderos, construcción de habitaciones adicionales cuando la familia es numerosa, reemplazo de techos y pisos, entre otros.
“Luego de que la persona se acerca a los canales que tenemos disponibles los entes estatales para la postulación, se proceden a hacer las visitas domiciliarias para comprobar que las familias cumplen con los requisitos de los mejoramientos. Después se incluyen en la lista de intervención de cada municipio”, explica Javier, quien aclara que las familias ubicadas en zonas de alto riesgo no reciben mejoramiento, pero son vinculadas a programas de reubicación.
La gobernación de Caldas manifiesta que este tipo de proyectos son fundamentales para mejorar la calidad de vida de su población, pues el departamento, según cifras de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), presenta un déficit de vivienda en aproximadamente 54 mil hogares, encontrándose el 62% de los casos en zonas rurales.
Según el secretario, esta iniciativa surge porque era muy común encontrarse con familias que por ya contar con un título de propiedad no podían postularse a la entrega de nueva infraestructura. Sin embargo, aunque fuesen propietarios, las condiciones de habitabilidad eran muy precarias. “No es solo tener el techo, sino que dentro de él haya condiciones dignas para vivir”, concluye el secretario