Tras el Paro Nacional de 2021, vecinos de Siloé y otros barrios de Cali se unieron, a pesar de sus diferencias, para construir una ruta de turismo que fomenta el comercio local.
Rosa Agudelo vive en Cali. Trabaja como periodista para el Diario Occidente, dice que tiene el privilegio de vivir en estrato cinco y que habita una zona que fue afectada fuertemente por los bloqueos en la ciudad.
En medio del Paro Nacional, recibió una llamada de su jefe. Le dijo que tenía que ir a cubrir lo que estaba pasando en Siloé. Salió de su casa y llegó a la glorieta de La Nave, uno de los puntos de concentración de manifestantes en el que estaban organizando una olla comunitaria.
Se sentó a compartir un plato de papas fritas con espagueti y allí conoció a Tito González, manifestante y líder comunitario.
“Pude ver que las personas reunidas no eran ni guerrilleros, ni vándalos. Muchos estaban allí porque la pandemia los golpeó durísimo; muchos habían hecho una carrera universitaria y otros eran estudiantes. Oí de primera mano sus historias y empecé a frecuentar el sitio con interés de escuchar más”, cuenta Rosa.
“En medio de esas visitas me llamó un empresario reconocido de Cali. Me preguntó ‘¿vos crees que sea seguro ir?’, y le dije que sí, que fuera conmigo a Siloé. Así ocurrió, él se permeó de la visión de la comunidad y se la transmitió al resto de empresarios en Compromiso Valle”, continúa Rosa.
“Si nosotros pudimos, todo el mundo puede”
Con el tiempo, las visitas de Rosa se volvieron más frecuentes. En una de ellas conocieron a Jimena Cangrejo, vecina del barrio, que se manifestó en las calles desde que el estallido social comenzó.
Jimena es líder de su comunidad y ha trabajado en distintos procesos sociales en Siloé desde hace años. Al conocerse con Rosa, pensaron en desarrollar el turismo en el sector como una forma de crear oportunidades para la comunidad.
Decidieron adaptar la quebrada Isabel Pérez, que queda en el límite más alto del barrio. Con la gestión de Compromiso Valle, el proyecto consiguió recursos de la Cruz Roja colombiana, el Consejo Noruego y el Ministerio de Cultura.
“Al principio hubo muchas tensiones. Yo, por ejemplo, no me llevaba bien con Jimena, pero nos hemos conocido caminando la Isabel Pérez y eso nos ha unido”, cuenta Rosa.
Jimena agrega que: “En el sendero hay lugares donde sí o sí teníamos que darnos la mano para poder subir y eso fue muy importante. Dándole la mano a Rosa, con quien no me llevaba bien, nos mostró que solo si nos uníamos podíamos subir la loma. Tenemos muchas diferencias, pero eso no significa que no podamos trabajar”.
“Yo amo la Isabel Pérez. Y lo digo porque en el pasado el sitio era muy feo: olía mal y era frecuentado para el consumo de drogas. Hoy es un sitio muy bonito que con esfuerzo hemos adaptado, y creo que es el ejemplo de que, si nosotros pudimos transformar el lugar a pesar de nuestras diferencias, todo el mundo puede hacerlo”, concluye Jimena.
De Siloé para todo Cali
Hoy, en esta ruta turística los visitantes pueden recorrer Siloé desde el sector de la Nave hasta el mirador de la quebrada Isabel Pérez.
El recorrido inicia bebiendo chicha, que era la bebida que tradicionalmente consumían los mineros que fundaron el barrio a mediados del siglo XX. A lo largo del barrio las personas que realizan el recorrido pueden ver esculturas de artistas locales y murales en 3D.
También es un recuento por la historia del barrio, desde sus tradiciones mineras hasta la vida cotidiana de las lavanderas que vivían allí. Hay un museo comunitario que expone en fotografías la memoria de los habitantes de Siloé y que también le apuesta a recuperar los juegos tradicionales del barrio como las canicas o las pistas de carros.
“Esta ruta se centra también en fomentar el comercio local. Los refrigerios que damos, por ejemplo, son rotativos, por lo que cada semana una persona de la comunidad tiene la oportunidad de vender sus productos para el tour”, cuenta Tito González, que trabaja como guía de la ruta.
“Dicen que la mejor fritanga de Cali se come en Siloé. Y es que además hay de todo, cada vez que subo descubro algo nuevo. Queremos que este sea un sitio para pasear en Cali de manera recurrente”, señala Rosa.
«Nosotros, los de la comuna 20, nunca hemos pertenecido a Cali. Es más, el mismo disco ‘Cali Pachanguero’ lo dice: Cali es Cali, lo demás es loma… Como si nosotros no fuéramos parte de la ciudad. Queremos que la gente nos deje pertenecer a Cali y nos pierda el miedo, queremos que vengan y vean que aquí hay mucho talento», dice Jimena.
Y Tito concluye que «a pesar de que vivimos momentos muy difíciles y perdimos la vida de compañeros durante el Paro Nacional, nosotros pedíamos oportunidades. Al final esta es una de ellas, y sé que trabajando unidos seguiremos sacando este y otros proyectos adelante”.
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