Zunielmis pax es el nombre de la especie descubierta en el río Bita, no muy lejos de Puerto Carreño. Es, además, la primera de un nuevo género.
Desde que era adolescente y vivía en Santa Marta, a Cristian Granados le gustaban el campo, la selva y en general la intemperie. Disfrutaba, y todavía lo hace, de hacer largas caminatas por la Sierra Nevada, tomando cualquier camino o trocha que se encontrara.
Eso, explica, despertó en él una pasión por la biología, carrera que estudió en el pregrado, en la Universidad del Magdalena. Lo hizo, además, con un enfoque en recursos hídricos.
Se graduó en el 2008 y al año siguiente comenzó su maestría en la Universidad del Zulia, en Maracaibo, Venezuela, de la que se graduó en el 2014, con el título de Magíster en Ciencias Biológicas con mención en Ecobiología Acuática.
Está cursando su tercer año del doctorado en Ciencias Naturales para el Desarrollo, en Costa Rica, y desde el 2019 trabaja como investigador de la Universidad de La Guajira, desde donde ha participado como experto invitado en diversas expediciones realizadas por el Instituto Humboldt.
Hace unas semanas, Cristian vivió uno de los momentos más importantes de su trayectoria científica: en un trabajo conjunto con la investigadora experta en Colombia en macroinvertebrados Marcela González Córdoba y la argentina Verónica Manzo, descubrió una nueva especie y un nuevo género de insecto acuático.
El Zunielmis pax
Ese fue el nombre que recibió esa nueva especie, que encontraron en el río Bita, en el departamento del Vichada, no muy lejos de la capital, Puerto Carreño.
Este descubrimiento es particularmente interesante e importante porque que, además de documentar una nueva especie de insecto, se descubrió un nuevo género: “En la clasificación taxonómica existen varias categorías: antes de la especie viene el género, antes del género vienen las familias y antes de las familias vienen los órdenes”, explica Cristian.
Así, zunielmis hace referencia al género, que pertenece a la familia elmidae y, a su vez, al orden de los coleópteros, conocidos tradicionalmente como cucarrones. Pax, por su parte, es el nombre de la especie en particular.
“Es muy raro que se hable de un nuevo género, porque las características morfológicas de los organismos tienen que ser completamente novedosas frente a lo que ya está reportado, entonces es más difícil encontrar géneros que detallar las especies”, comenta Cristian.
Él agrega que, con el nombre que le dieron a su descubrimiento, quisieron hacer un homenaje a María del Carmen Zúñiga, reconocida investigadora de macroinvertebrados y quien “ha sido la madre científica de nosotros”.
‘Zuni’ hace referencia al apellido de la investigadora en cuya clase, cuenta Cristián, terminó de consolidar su interés por los ecosistema acuáticos al darse cuenta de “la diversidad de formas, colores, de mundos que hay escondido en los ríos”.
Adicionalmente, decidieron ponerle Pax a la especie haciendo referencia a la paz que permitió realizar las expediciones en lugares que antes estuvieron bloqueadas por el conflicto armado.
La importancia del insecto
Aunque el descubrimiento es todavía muy reciente y, en ese sentido, es difícil determinar con exactitud el papel específico que tiene el zunielmis pax en el medioambiente, Cristian dice que, entre otras cosas, es parte importante las cadenas alimenticias de los ecosistemas de los ríos.
De acuerdo con el científico, este insecto “es muy especial porque vive asociado a las esponjas de agua dulce que crecen en los bosques aledaños al río Bita, que se inundan en época de lluvia porque el río aumenta de 7 a 10 metros. Las esponjas se convierten en microhábitats de muchas especies, siendo el zunielmis una de ellas, que funciona de alimento de peces, aves, murciélago y otros insectos».
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