15 postales de la biodiversidad colombiana en la lente del Instituto Humboldt

Estas imágenes, tomadas en el marco de la labor de investigación del Instituto, son un testimonio de la diversidad del país.

Cienaga de Zapatosa
En la imagen, tomada en 2015, aparecen las playas de amor de Chimichagua, famosas por canciones como La Piragua, de José Barros. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).

La colección comienza con la ciénaga de Zapatosa, entre los departamentos del Cesar y Magdalena. Como bien recuerda el Instituto, se trata del humedal de agua dulce más grande del país, con una extensión de 70.000 hectáreas.

Venado de paramo
Los venados, que pertenecen a la familia de los cérvidos, son los animales más fáciles de avistar en la visita a Chingaza pues, según la entidad, ya no le temen a la presencia humana. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

Así como hay ecosistemas, el Humboldt también destaca en su selección especies como este venado de páramo, que se puede encontrar, por ejemplo, en el Parque Nacional Natural Chingaza. Allí conviven con venados de cola blanca y colorados.

Morichales
La palma de moriche es fundamental para la vida en el Llano: además de atraer peces y animales silvestres que se convierten en alimento humano, proveen frutos, semillas y tallos usados en artesanías y otros productos locales. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

Esta imagen data del 2016 y da cuenta de la palma de moriche, uno de los árboles insignia de la Orinoquía, que es capaz de alcanzar hasta 25 metros de altura. Son, de acuerdo con el Humboldt, palmas en medio del agua, que crean un ecosistema de corrientes tranquilas llamada “morichal”.

Oso palmero
Las osas palmeras, u osas hormigueras gigantes, cargan a sus crías en la espalda por lo menos durante un año. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

De las cerca de 8.400 especies que habitan la cuenca del Orinoco, el Instituto destacó en su selección a esta osa palmera vista cargando a su cría en el lomo. Según señalan, esta especie es “reconocida por ser una de las mejores madres del mundo de los mamíferos”.

Cueva La Tronera
El estudio dejó como hallazgos ocho posibles nuevas especies de insectos, una nueva especie de pez ciego que habita en las cavernas y dos especies de murciélagos. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

La Cueva La Tronera, en el municipio de El Peñón, en Santander, hizo parte de la primera expedición enfocada en biodiversidad subterránea, enmarcada a su vez en el proyecto Colombia BIO. Este punto de acceso en particular se conoce como “el corazón del mundo”, por su forma.

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Hormigas Arrieras
De acuerdo con el Humboldt en el país hay por lo menos 11.760 especies de insectos registradas. De estas, 870 son hormigas. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

Estas hormigas arrieras fueron fotografiadas en Aipe, Huila, en el marco de un proyecto sobre parcelas permanentes de monitoreo en el bosque seco tropical. La vegetación que cargan, explican, va al hormiguero para cultivar el hongo del que se alimentan.

Palmas de cera
Por lo menos el 23 % de las 259 especies de palmas identificadas en Colombia son endémicas. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

La palma de cera es el árbol más representativo del país. Además de ser símbolo patrio, los ecosistemas que generan se han convertido en un potente atractivo turístico. La población más numerosa de esta se encuentra en la cuenca del río Tochecito, entre Cajamarca (Tolima) y Salento (Quindío), donde hay unos 600 000 individuos.

Currucutú común
El currucutú común se alimenta de insectos y algunos roedores. Los caza en la noche, luego de pasarse el día camuflado entre la vegetación. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

Además de onomatopeya, currucutú es el nombre de esta especie de búho habita en el centro y sur del continente americano. Este ejemplar en particular fue visto en la cuenca del río Tomo, en Vichada, durante la tercera expedición del proyecto Colombia BIO.

Vichada
En la imagen, un grupo de investigadores del Instituto Humboldt trabaja en el procesamiento de datos y muestras obtenidos en la cuenca del río Tomo. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

Si bien los amaneceres y atardeceres protagonizan con mayor frecuencia las postales de los Llanos, las noches estrelladas en el Vichada también tienen su participación en las imágenes. Esta en particular fue captada en uno de los campamentos de la expedición Colombia BIO.

Rana de cristal
Colombia es reconocida, en este momento, como el segundo país con mayor riqueza de anfibios en el mundo. Se calcula que hay 850 especies registradas. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

Vista en el río Melcocho, a la altura de Carmen de Viboral, Antioquia, esta rana de cristal de no más de 28 milímetros y pecas negras sobre el lomo y las patas es uno de esos ejemplares a cuidar. “Aunque no está catalogada como amenazada, la deforestación la está dejando sin hogar”, explican desde el Instituto.

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Árboles colorados
Los árboles colorados alcanzan alturas de hasta ocho metros y cuentan con troncos retorcidos de color rojo intenso. Sólo crecen en ecosistemas de alta montaña. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

Los árboles colorados (Polylepis quadrijuga) son una especie nativa y endémica de la cordillera Oriental en Colombia. Este bosque, ubicado en el páramo de El Consuelo, en Belén, Boyacá, es considerado por el Humboldt como “uno de los hallazgos más interesantes de la expedición” hecha en ese departamento en 2018.

Camaleón Andino
El camaleón andino es, en realidad, un lagarto escamas agrandadas y granulares que sólo habita en ecosistemas de Colombia y Ecuador. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

No es la vista aérea de un ecosistema, ni la toma microscópica de una muestra tomada por los investigadores del Instituto. Es, de hecho, la piel de un camaleón andino visto en el páramo de Ocetá. Su piel tiene células llamadas cromatóforos que le permiten cambiar de color si se siente amenazado.

Tortuga hedionda
La tortuga hedionda tiene presencia en Bolivia, Brasil, Ecuador, Guyana, Guayana Francesa, Perú, Surinam, Trinidad y Venezuela. En Colombia se le ha visto en las cuencas del Amazonas y Orinoco, pero no hay datos precisos sobre su hábitat. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

La macarenia clavigera no es la única especie interesante bajo las aguas de Caño Cristales. Además de esta planta, que le da su característico color rojizo a ese río, los científicos colombianos encontraron, en 2019, esta tortuga hedionda o galápago hediondo, uno de los reptiles de los que se tiene poca información en el país.

Caño San Silvestre
El caño San Silvestre todavía alberga comunidades que sobreviven gracias a la pesca artesanal. Estudios del Humboldt indican que los peces, sin embargo, son cada vez más escasos y pequeños. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

Al caño San Silvestre, en Barrancabermeja, Santander, se le conoce como uno de los cordones umbilicales de las ciénagas de El Llanito y San Silvestre, antes de desembocar en el río Sogamoso. En la imagen, de 2020, se ve parte de su recorrido entre los dos primeros puntos.

Ciénaga de El Llanito
La ciénaga de El Llanito hace parte la cuenca del Magdalena un territorio que, asegura el Instituto, tiene 151 subcuencas tributarias, 233 especies de peces y más de 30.000 pescadores. / FOTO: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)

La selección termina como empieza, en las ciénagas colombianas. Esta vez en la de El Llanito, de Barrancabermeja, donde los habitantes dan cuenta de la presencia de una “cultura anfibia” basada en la pesca.

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