En el barrio Llano Verde, el grupo Raíces de mis Ancestros quiere instruir a una nueva generación de cantaores para preservar la memoria musical del Pacífico.
Era julio de 2017 y Erlendy Cuero, lideresa comunitaria de Llano Verde en Cali, acababa de escuchar la noticia del homicidio de Bernardo Cuero, su hermano. Según cuenta, él era un líder muy conocido por varias comunidades de afrodescendientes en Cali y la noticia se recibió con mucho dolor.
A raíz de ello, Erlendy empezó a buscar cantaoras de alabaos en su barrio, mujeres que preservan las tradiciones musicales fúnebres del Pacífico, en este caso para honrar la muerte de Bernardo.
Su búsqueda dio frutos que trascendieron el momento de duelo, pues Erlendy impulsó la creación de Raíces de mis Ancestros. Este grupo musical, conformado por nueve mujeres y dos hombres, ya ha conquistado espacios como el Festival Petronio Álvarez. Además, está dejando su legado al enseñarle a niños y jóvenes sobre los cantos y alabaos tradicionales del Pacífico.
Tramitar el dolor, preservar la tradición
Erlendy nació en Buenaventura, pero el desplazamiento forzado la obligó a llegar a Cali hace 21 años. En 2013 se mudó a Llano Verde, un barrio al oriente de la capital vallecaucana cuya construcción terminó ese mismo año. El barrio fue construido con el fin de reubicar a víctimas del conflicto y reinsertados de grupos armados, entre otras poblaciones.
Debido a que la mayoría de habitantes del barrio son afrodescendientes provenientes del Pacífico, el barrio es hoy un territorio lleno de tradiciones de la región. En ese contexto fue que Erlendy conoció a las mujeres que conforman el grupo Raíces de mis Ancestros:
“Fue en reuniones sociales bebiendo canelones, bebedizos, algunas de las bebidas tradicionales del Pacífico, que me encontré con mujeres que habían vivido experiencias de mucho dolor. Algunas fueron víctimas de violencia sexual, otras del conflicto, y parte de ellas se habían refugiado en el alcohol. Lo que hice fue decirles que cantaran, porque cantando alabaos y llorando nosotros tramitamos el dolor”, cuenta Erlendy.
“Nosotros velamos nuestros muertos en casa, pues en las funerarias no nos han dejado cantar porque la gente suele pensar que estamos celebrando y no es así. Lo que ocurre es que los alabaos son uno de los rituales con los que honramos a los muertos. Y a diferencia de otros cantos del Pacífico como los arrullos que son alegres, los alabaos son tristes”, continúa la lideresa.
Con el deseo de honrar desde las tradiciones afro la muerte de Bernardo, las mujeres empezaron a reunirse con frecuencia para cantar alabaos.
Al poco tiempo, formaron el grupo musical Raíces de mis Ancestros. Hoy esta agrupación la integran Polonia Caicedo Valencia, Faustina Ramos Garces, Florinda Irene Estupiñán, Aide Balanta, Everilde Sinisterra, Saturia Waitoto, María Edith Caicedo, Sofia Arroyo y María Cruz Caicedo. Además, las acompañan Eider Arroyo en la marimba, y Vidal Caicedo, que toca el bombo.
Nuevos escenarios y una nueva generación
Este grupo musical va más allá de los alabaos, pues decidieron apostar también a otros cantos del Pacífico. Su propuesta cultural ha conquistado presentaciones en lugares como el Instituto Departamental de Bellas Artes, el Festival Musical Petronio Álvarez y en otros espacios de la ciudad de Cali.
Además, Raíces de mis Ancestros enseña desde 2018 cantos del Pacífico a jóvenes y niños para conservar la tradición, aun estando fuera de sus territorios ancestrales. En la actualidad, 15 jóvenes que tienen entre 8 y 14 años hacen parte de Golondrinas de Paz, el grupo de música y baile que han fundado en Llano Verde.
Para Erlendy ,“es muy importante que los jóvenes se interesen por seguir nuestras tradiciones. En particular, esta ha sido una experiencia muy hermosa porque los niños y niñas hablan orgullosos de sus raíces y tienen sus propias presentaciones”.