Además de la formación y asesoría, en 44 resguardos indígenas del departamento se han entregado 365 ralladores de yuca que ayudarán a optimizar la productividad y los ingresos de las comunidades
En cuatro municipios del departamento se desplegó un proyecto que busca impactar la calidad de vida de las comunidades indígenas de Vichada. Se trata de la entrega de 365 ralladores de yuca y, además, una serie de capacitaciones sobre el manejo de los equipos y conocimientos técnicos alrededor de la comercialización de los productos.
Carolina Tavares, secretaria encargada de Asuntos Indígenas y Desarrollo Social de Vichada, comenta que la introducción de estas máquinas a la comunidad no afectará ni las técnicas ni las costumbres de los pueblos, en los que todo suele hacerse mayoritariamente con métodos más artesanales:
“Su cultura no se afecta. Lo que hicimos fue tecnificar el proceso para que aumente su volumen de producción”, comenta el secretario, quien espera que estas herramientas ayuden a alcanzar una mayor soberanía alimentaria que se traducirá, en ese orden, a una disminución de los índices de desnutrición en el departamento.
Uno de los alimentos para el que más se utilizará la ralladora es la yuca brava, infaltable en la dieta nutricional de estas comunidades, pues con ese tipo de yuca se prepara el tradicional casabe, la farinha y el mañoco.
Tavares menciona que este proyecto se viene gestando desde el presente año, sin embargo, la idea de crear una estrategia que contribuyera con impulsar los emprendimientos de las mujeres indígenas en Vichada se formuló desde el plan de desarrollo de la actual administración, bajo el lema “Trabajo para todo Vichada”.
El objetivo, según esperan, es que estas comunidades puedan obtener recursos económicos para mejorar la alimentación de cada uno de sus núcleos familiares. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística –DANE– en 2019, en Vichada el 58.2% de su población se reconocía como indígena, cifra que demuestra la importancia de priorizar programas sociales hacia este grupo poblacional.
Algunos de los resguardos beneficiados fueron Caño Mesetas, Dagua y Murciélago, Piaroa de Cachicamo, Caño Bachaco, Caño Hormiga, Caño Guaripa, Guacamayas Maipore y Kanalitojo, en la capital vichadense.
Tavares explica que el proyecto, además, brindará asistencia técnica alrededor del uso de las ralladoras, estrategias para vincularse de manera más eficaz al mercado y, además, un apoyo sobre cómo emprender.
Todo con el fin de garantizar la seguridad alimentaria de las comunidades, que ahora podrán producir y ganar más.