Más allá del Amazonas o el Magdalena, Colombia tiene una inmensa diversidad hídrica que se refleja en sus pequeños y grandes ríos. Estos cinco son un reflejo de la riqueza que aún desconocen muchas personas en el país.
“Los ríos son las venas de la tierra que transportan el agua dulce para alimentar los bosques y dar vida”, dice Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha.
Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), Colombia es el sexto país con mayores reservas de agua dulce en el mundo. En gran parte, esto se debe a la cantidad de ríos que existen en el territorio nacional.
En el país existen diferentes tipos de ríos y cada uno de ellos tiene una serie de funciones e importancia distintas para el medioambiente.
Fernando Trujillo explica que “están los ríos de origen andino, que se caracterizan por tener aguas blancas o de color lechoso, o el río Amazonas, el Caquetá o el Meta, que arrastran sedimentos y son muy productivos. Los ríos que nacen en la selva y los Llanos se caracterizan por su color negro, producto de los taninos de las plantas y, aunque son menos productivos, tienen una mayor riqueza en las especies que los habitan. También están los ríos de aguas claras, que se originan en los macizos del Escudo Guayanés, en los que prácticamente hay muy poca vida”.
Y además de su importancia ambiental, los ríos han jugado un papel muy importante en la historia de las sociedades humanas. Para muchas comunidades indígenas en América, los ríos cargan significados, historias e incluso se consideran seres vivos y sintientes, al igual que los humanos. Para los exploradores, naturalistas, cronistas y colonos de siglos pasados, los ríos fueron los lugares por donde realizaron sus viajes.
Estos cinco ríos de Colombia no son los más famosos, los que más aparecen en medios y, en algunos casos, tampoco los más estudiados por la ciencia. Sin embargo, según Fernando, se destacan por su importancia ambiental en diferentes aspectos.
Río Apaporis
En Cerro Plateado, un área del municipio del Carmen del Atrato en Chocó, nace el río Apaporis. Fernando Trujillo cuenta que “el Apaporis es uno de los ríos más bellos que tiene el país. Allí está Jirijirimo, un sitio sagrado para las comunidades indígenas del Amazonas”.
El científico agrega que “otro nacimiento del río está en el río Tunia, en el Parque Nacional Natural Chiribiquete. Es un río de aguas negras que he tenido la fortuna de conocer, y allí encuentras especies muy particulares como jaguares y babillas, una de ellas es una subespecie endémica del Apaporis”.
El río, además, hace parte del área protegida del Parque Nacional Apaporis, que actualmente se encuentra cerrada al público.
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Río Bita
En la Altillanura de la Orinoquía, en el municipio La Primavera, del departamento del Vichada, nace el río Bita. “Es otro de los sitios Ramsar de esta lista. Tiene unos 710 kilómetros de longitud y atraviesa casi todo el departamento del Vichada. En los alrededores habitan jaguares, tapires, nutrias y hay más de 1.400 especies de plantas y 254 especies de peces”, señala el director científico de Omacha.
Además, en el Bita pueden verse morichales, bosques de galería en los que viven dantas, venados y distintos felinos. También se encuentran peces como el pez pavón, uno de los animales insignia del Vichada; rayas; esponjas de agua dulce y tortugas como la charapa. La fauna y flora del río han hecho que se le conozca como “el río de la vida”, según el Instituto Humboldt.
Río Guayabero
Es uno de los ríos que hacen parte de la cuenca hidrográfica del Orinoco, que, “aunque es pequeño, tiene una importancia inmensa para la región de la Serranía de la Macarena”, señala Fernando.
Este río nace en la Cordillera Oriental de los Andes, particularmente en Parque Nacional Cordillera de los Picachos. Y aunque no hay datos que den cuenta del 100% de la biodiversidad del río, en 2018, un estudio liderado por el Instituto Humboldt señaló que hay alrededor de 242 especies de peces, 39 de anfibios, 68 especies de reptiles y 737 especies de aves en la región del Guayabero Medio y otras áreas de La Macarena.
El científico, que recientemente hizo un recorrido por el Guayabero, cuenta que hoy hay varios proyectos de turismo comunitario en las zonas del río Guayabero y el río Duda.
Río Guaviare
“El río Guaviare es una transicional entre los ríos Orinoco y Amazonas. En él, hay grandes humedales, algunos, como los que se encuentran en el Complejo de Humedales de la Estrella Fluvial Inírida, han sido decretados como sitios Ramsar, lo cual implica que tienen una gran importancia medioambiental en términos internacionales”, explica Fernando.
El Guaviare es un río largo, que nace en la Cordillera Oriental y recorre aproximadamente 1.500 kilómetros de la Orinoquía colombiana hasta San Fernando de Atabapo, en Venezuela.
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Río Atrato
Probablemente muchos han oído hablar del Río Atrato debido a que la Corte Constitucional lo declaró sujeto de derechos en 2016, convirtiéndolo en el primer río del país en recibir esta categoría. Sin embargo, “no conocemos mucho aún del río Atrato. Hay pocas fotografías de muchos lugares y relativamente pocos estudios por parte de la ciencia”, cuenta Fernando Trujillo.
Este río nace en el Cerro del Plateado, dentro del municipio de El Carmen de Atrato, en la cordillera Occidental. El Atrato recorre una gran parte del Chocó, y marca la frontera departamental entre el Chocó y Antioquia.
Además, el Atrato es considerado el tercer río más navegable del país, después de los ríos Magdalena y Cauca, pues por él pasan entre 4.200 y 4.900 metros cúbicos de agua por segundo.