Claudia Alejandra Medina es una de las personas que más conoce sobre escarabajos en el país. Actualmente, trabaja con el Instituto Humboldt para evaluar cómo los escarabajos pueden disminuir el impacto de la ganadería en los ecosistemas colombianos.
Es un animal de 1,5 centímetros, no más grande que la falange de un dedo meñique. Pero su tamaño no es un freno para el impacto positivo que tiene en la conservación de los distintos ecosistemas que hay en el país. Se tratan de los escarabajos que tienen distintos apodos: coprófagos, estercoleros, peloteros, carroñeros, biorrecicladores.
Estos animales se alimentan y se reproducen en la boñiga de las vacas. Para hacerlo, entierran bajo el suelo el excremento de estos animales que pastan por todo el país. No es una exageración. De acuerdo con el Instituto Humboldt, de las 114 millones de hectáreas que hay en Colombia (cifras del Instituto Geográfico Agustín Codazzi), la décima parte, 14 millones de hectáreas, son utilizadas para ganadería.
Y esta actividad, que representa el 1,4 % del Producto Interno Bruto (PIB) colombiano, impacta fuertemente en el ambiente. De acuerdo con Naciones Unidas, “el sector ganadero genera más gases de efecto invernadero, alrededor de 18 % más medido en su equivalente en dióxido de carbono (CO2), que el sector del transporte”.
Por eso, se hace necesario encontrar alternativas para disminuir su impacto, teniendo en cuenta que sigue siendo, como contraparte, un elemento clave para la supervivencia de los humanos. Y los escarabajos podrían ser una de las respuestas para lograrlo.
En una investigación, el Instituto Humboldt estudió “la correlación positiva que existe entre la diversidad de escarabajos y una mayor productividad ganadera, incrementando así la sostenibilidad ambiental”. Con una ventaja: estos animales están presentes en todos los pisos térmicos del país. Y aunque, actualmente, no hay un modelo comercial para la cría de escarabajos, también hay investigaciones al respecto.
Colombia Visible dialogó con Claudia Alejandra Medina Uribe, entomóloga del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt y quien es una de las autoras del citado estudio, sobre el impacto de los escarabajos coprófagos para contrarrestar las emisiones de efecto invernadero que causa la ganadería.
También se refirió a la importancia del cuidado del suelo, sobre el que aseguró que “se necesita que no se use tanta fertilización química y si los cultivos dependen de fertilización, que esta se haga orgánica» para ayudar a la conservación y supervivencia de los escarabajos.
¿Cómo los escarabajos pueden ayudar a que haya una ganadería más sostenible del país?
Los escarabajos coprófagos, son biorrecicladores por excelencia, al usar la boñiga de las vacas para su alimentación y reproducción. Con este modo de vida, hacen aportes importantes a la salud del suelo. Hacen galerías y entierran el excremento a diferentes profundidades. En este proceso airean el suelo, mejoran la permeabilidad, incorporan nutrientes y materia orgánica, y ayudan al flujo de nutrientes entre la parte externa e interna de la pastura.
¿En qué lugares los escarabajos se utilizan para controlar el impacto de la ganadería?
Los escarabajos hacen parte de la diversidad de los paisajes ganaderos. En sitios donde estos no han sido tan afectados por las drogas veterinarias, se ha visto cómo mantienen una mejor salud del suelo.
En fincas ganaderas donde se han dejado porciones de bosque nativo, y áreas de conservación, así como un uso racional de insumos químicos, se nota una mejor diversidad y poblaciones importantes de estos insectos, en contraste con fincas con malos manejos ambientales, donde la presencia de estos escarabajos es nula.
¿Qué características deben tener los ecosistemas para que se puedan usar los escarabajos coprófagos?
Los escarabajos coprófagos se presentan naturalmente en Colombia en todos los pisos térmicos, asociados a paisajes ganaderos que son manejados con arreglos silvopastoriles o agroforestales, en potreros con árboles dispersos y cercas vivas, áreas de bosques cercanas a las pasturas y sitios de reconversión o restauración ecológica, además, favorecen la presencia de especies de escarabajos.
¿Cómo actúan los escarabajos coprófagos para lograr que la ganadería sea sostenible en el país?
Los escarabajos se pueden considerar unos excelentes indicadores de ganadería ecológica o amigable con el medioambiente. La presencia y alta diversidad de escarabajos reflejan una ganadería bien manejada y con buenas prácticas ambientales.
Se evidencia en aspectos como: buen manejo del pastoreo y de la rotación del ganado en las pasturas, el reemplazo de químicos nocivos al suelo por el uso de métodos alternativos de fertilización, el reemplazo del uso de ivermectina u otras purgas nocivas a la fauna del suelo, así como paisajes ganaderos mixtos, con plantas forrajeras y bosques.
¿Existen metas respecto al uso de escarabajos coprófagos como una alternativa para la sostenibilidad de la ganadería?
La meta es que los productores se den cuenta de la importancia de mantener el equilibrio ecológico en la producción ganadera y que el mal manejo de esta actividad, tiene consecuencias futuras sobre la salud de todo el ecosistema, pero sobre todo el suelo. Mantener buenas prácticas ayuda a la presencia de estos escarabajos, que a su vez ayudan a la sostenibilidad de la actividad ganadera.
A largo plazo, ¿qué riesgos existen si no hay un cambio en la forma en la que se hace ganadería en Colombia?
La ganadería ocupa un área importante en Colombia, se extendió, sobre todo, en la zona andina reemplanzado bosques nativos, y su expansión amenaza la creciente perdida de bosques en la Amazonia.
Además de ser responsable de la deforestación, si esta actividad no se hace de forma diferente, produce un deterioro muy fuerte del suelo por el abuso de fertilización química y el uso de pesticidas, que terminan contaminando las fuentes de agua y disminuyendo la diversidad de fauna, rompiendo así el equilibrio de los ecosistemas.