Deporte, música y grafiti: 5 barras populares que adelantan iniciativas sociales en Colombia

En Medellín, Cali y Bogotá, entre otras ciudades, seguidores del fútbol traducen su pasión por el deporte en proyectos que buscan transformar la realidad de sus comunidades.

Las barras populares son un fenómeno social que llegó a Colombia a principios de los años 90. Se desarrollaron en las grandes ciudades, para posteriormente extenderse a todo el país y, a diferencia de las barras organizadas tienden a tener un alcance mayor del que se cree.

Al menos así lo señala el decreto 1007 de 2012, que define a las primeras como grupos de aficionados que se organizan bajo cualquiera de las modalidades legales vigentes, con el fin de apoyar el fútbol; y a las segundas como grupos que se ubican en tribunas laterales y que tienden a fomentar manifestaciones populares y culturales específicas.

Eso, en un contexto que no deja de reconocer que existe una historia del barrismo donde la violencia es la protagonista. Un estudio de la Universidad Antonio Nariño, por ejemplo, registró que entre el 2008 y el 2024 se presentaron 250 muertes violentas por hechos relacionados con el fútbol. 

Por eso, el movimiento que también se conoce como barrismo social, adelanta numerosas iniciativas para transformar la percepción que existe sobre dichas organizaciones a través de acciones positivas para la comunidad. Iniciativas que entran, incluso, en la agenda del Gobierno Nacional a través de programas como Barrismo Social «Aguante por la vida»; y hasta de alcaldías locales en Bogotá, que lideran proyectos como el Consejo Local de Barras Futboleras de Fontibón.

Por eso, en Colombia Visible hablamos con 5 barras populares de diferentes partes del país para conocer cómo trabajan por la transformación social.

Rexixtencia Norte (Independiente Medellín)

La barra Rexixtenxia Norte, del Independiente Medellín, nació en 1998. David Ortega, integrante de la misma desde los 13 años y uno de sus actuales líderes, relata que se trata de un «amor heredado» de abuelos y padres a hijos y que ha desembocado en iniciativas como ‘Graff por la Convivencia’, que buscan transmitir esa pasión a otros grupos y generaciones.

De acuerdo con Ortega, la iniciativa busca mediar entre los barristas del ‘Rojo de la Montaña’ y los grafiteros de la ciudad, que han tenido conflictos en el pasado a raíz de la apropiación de espacios en los que unos y otros querían plasmar sus ideas. 

Se trata de “un curso de pintura y grafiti que se ha hecho de la mano con colectivos de grafiteros de la ciudad, intentando que ambas culturas tengan mejor comunicación”, explica el líder, insistiendo en la importancia de crear espacios donde se propicie el diálogo.

Además, la barra está detrás de la construcción de “una red que ha generado una economía solidaria”, en torno a diferentes proyectos como las tomas culturales  que se realizan mensualmente en diferentes barrios populares, con el fin de acercarse a la gente. 

Espacios en los que figuran otros programas del grupo como Aguante Muxical’, que de acuerdo con Ortega se enfoca en la “formación gratuita en música de cancha, percusión y vientos; donde se hacen semilleros de los que van saliendo los músicos que entrarán a la cancha a tocar en un futuro» en La Murga del Indigente, una de las expresiones musicales más reconocidas del barrismo en Colombia.

Lobo Sur (Deportivo Pereira)

La barra popular Lobo Sur lleva 25 años alentando al Deportivo Pereira. Daniel Arias, líder que pertenece a esta organización desde hace 15 años, enfatiza en que el objetivo de la misma es “cambiar el chip”, haciendo referencia al estigma que han cargado estos colectivos por años.

Para ello crearon proyectos como ‘Arte del Lobo’ que lleva muralismo y grafiti a diferentes barrios de la ciudad, dentro y fuera del estadio. Ello llevó a la creación de un corredor artístico que se encuentra en la carrera 17 con calle 85, en la comuna Olímpica, conocido como La calle del lobo, que además está aprobado y nombrado en el acuerdo No. 34 de 2024, por la Alcaldía de Pereira.

El corredor, ubicado en las inmediaciones del estadio Hernán Ramírez Villegas, se fue realizado por los integrantes de la hinchada con el fin de darle más identidad a esa vía de la ciudad, atraer turismo, revitalizar la zona y fomentar el sentido de pertenencia.

Paralelamente, la barra adelanta otros proyectos como La Navidad del Lobo, que entregó más de 3.000 regalos en la ciudad y municipios aledaños solo en 2024; y La escuela de música “donde los muchachos de la Instrumental del Lobo van llevando a las nuevas generaciones a que aprendan a tocar los instrumentos y se les da la oportunidad de que en diferentes partidos puedan hacer parte de la instrumental”, recuenta Daniel.  

Barón Rojo Sur (América de Cali)

El 21 de diciembre de 1997, en el partido de vuelta de la final del Campeonato Nacional que disputaba el América de Cali frente al Atlético Bucaramanga, en la gradería oriental del Pascual Guerrero, se incendió una bandera barrista (trapo) que enunciaba Barón Rojo, nombre que se quedaría para darle vida a la barra, cuenta Alexander Serna, lider de la misma, mejor conocido como ‘Tabla’.

Desde entonces, el colectivo se ha organizado alrededor de una serie de proyectos como la creación de tres comedores comunitarios. Se trata de una iniciativa que surge después del estallido social que vivió el país en el 2021, como una forma de ofrecer responder a la coyuntura nacional. Los comedores se mantienen con el apoyo de la Arquidiócesis de Cali, que dona alimentos cada diez días. 

Los comedores están ubicados en el barrio Las Acacias, donde se sirven 100 porciones diarias; el barrio Los Chorros, donde se ofrecen 50 porciones diarias y en el barrio Mariano Ramos, donde se facilitan 50 porciones diarias. Además, la barra cuenta con una huerta donde se cultivan varios de los alimentos que entregan. De acuerdo con ‘Tabla’, les cobran a los comensales un valor 2.000 pesos, «pero si la persona no tiene, lo regalamos; y si tiene 1.000, se lo damos igual”, añade.

Serna, quien lleva 25 años en la barra, enfatiza en los demás proyectos que adelantan en diferentes frentes de la ciudad, como; «cine foro para los niñosel festival de cometas, donde les llevamos los implementos y se las enseñamos a armar. Sin contar las fechas especiales, celebramos Halloween y Navidad en barrio Las Acacias, este diciembre entregamos más de 3.000 regalos”, comenta reflexionando en que “la acción social hoy más importante en nuestra barra es sacar buenas personas acá”.

Revolución Vinotinto Sur (Tolima)

En el año 2000, en las aulas de la Universidad del Tolima, nace Revolución Vinotinto Sur como la barra popular del Club Deportes Tolima, recuerda Jeisson Páez, comunicador social que ha hecho parte de la barra desde sus inicios.

Uno de los proyectos estelares es Vive las 8 , que se esmeró en recuperar un terreno abandonado en el barrio Jardín de la comuna 8 de Ibagué, “fue mi tesis de grado, inició en medio de la pandemia; se recupero lo que es hoy el bioparque, que era un lugar de expendio de drogas. Yo llegué allí con una persona a limpiar esa zona y resultamos creando un proyecto”, comenta Páez.

Vive la 8 da lugar a un espacio en el que hoy se trabaja por la comunidad, donde se realizan diferentes actividades como «el Festival de Ska, Un regalo por la 8, en diciembre; y el Festival de los vientos en agosto, donde llevamos a los niños a elevar cometa», comenta Jeison sobre lo logrado.

Hay otras actividades que adelanta la barra, buscando brindar recreación a niños y adultos, como “la noche de Halloween, el regreso a clases que hacemos ahorita en enero, el día de la madre que también celebramos”, agrega.

La Guardia Albi-Roja Sur (Independiente Santa Fe)

Un 12 de enero de 1997 se funda La Guardia Albi Roja Sur, la primera barra popular de Independiente Santa Fe, narra Diego González, ingeniero mecánico de profesión y lider fundador de la misma.

La Guardia, señala, adelanta diferentes proyectos como “el club deportivo, que tiene tres sedes: en Engativá, Ciudad Bolívar y Kennedy,  donde atendemos a cerca de 200 niños de diferentes edades, la mayoría de ellos en condición de vulnerabilidad”.

El club deportivo es administrado por los integrantes de la barra, que han estudiado para ejercer como deportólogos, directores técnicos y entrenadores. Para Diego, el club es hoy una plataforma profesional para aquellos que apenas están comenzando con sus carreras.

Por otra parte está el comité femenino de la barra que, de acuerdo con el lider, tiene un papel fundamental. Inicialmente, la idea de que mujeres tuvieran un rol activo dentro de la organización fue recibida con resistencia; sin embargo,  en la actualidad, no sólo son parte integral de la misma, sino que a menudo son quienes impulsan y coordinan muchas de las iniciativas sociales que se terminan ejecutando, reflexiona González.

De esa manera, la Guardia Albi Roja Sur rompe con estereotipos y crea un espacio donde hombres y mujeres trabajan juntos por un objetivo común. Además de proyectos sociales como la recolección de alimentos y útiles escolares, también implementa servicios asistenciales para atender las necesidades urgentes que lleguen a detectar, a veces, incluso, en el orden nacional.

Siga leyendo: