Diez artesanías de la región Andina que no pueden faltar en su hogar

Recorra la región Andina a bordo de esta ruta que reúne las técnicas artesanales más destacadas de cada uno de sus 10 departamentos. Desde las famosas 'gallinitas de cerámica' de Julia Castillo, en Cundinamarca, hasta los coloridos accesorios en chaquira de Risaralda.

Las vajillas de cerámica del Carmen de Viboral, en Antioquia

El Carmen de Viboral es reconocido en toda Colombia por sus coloridas vajillas pintadas a mano. / FOTO: Artesanías de Colombia

Aunque los artesanos que fabrican los famosos platos, pocillos y jarrones en cerámica del Carmen de Viboral utilizan un material bastante difundido en todo el país (la cerámica), tras más de cien años de tradición, han logrado plasmarle su propia identidad con diseños floreados que se reconocen en toda Colombia. 

Las decoraciones se hacen a mano con colores extraídos de pigmentos. Algunas de las figuras más comunes son carmelina, cartago, hortensia azul y los girasoles. Su valor cultural es tal que la industria de la loza de El Carmen de Viboral es Patrimonio Inmaterial de la Nación desde 2020. El municipio cuenta con gran cantidad de talleres con una amplia oferta para las personas interesadas en aprender este oficio. 

Las ruanas de lana de Nobsa, en Boyacá

El municipio de Nobsa es reconocido como la capital mundial de la ruana. / FOTO: Artesanías de Colombia

Nobsa es un municipio reconocido en toda Colombia por sus ruanas de lana. Sus técnicas de elaboración fueron heredadas de los indígenas muiscas, especialistas en tejidos, quienes comenzaron a fabricarlas para protegerse del frío de los Andes colombianos. 

La tradición es tan fuerte que en 2002 se institucionalizó el Día Internacional de la Ruana, una celebración en la que, durante casi tres días, todo gira alrededor de esta prenda ancestral. Nobsa también es famoso por la elaboración de campanas. 

Los sombreros aguadeños de Caldas

La producción de los sombreros aguadeños puede tardar hasta 20 días. / FOTO: Artesanías de Colombia

Se les conocen como ‘sombreros aguadeños’ porque son fabricados en Aguadas, Caldas, uno de los 17 Pueblos Patrimonio de Colombia. Se elaboran con la fibra que se extrae de la palma de iraca o toquilla, que luego se cocina y se pone al sol para, posteriormente, pasarse por vapores de azufre y conseguir, así, su característico tono blanco. 

Desde 2001 este sombrero pasó a ser producto de denominación de origen de Colombia, y con los años se ha convertido en símbolo de la identidad paisa. Se dice que fue adoptado por el municipio luego de la llegada del ecuatoriano Juan Crisóstomo Flórez, quien al enterarse que en esta región crecía una planta ideal para replicarlo, desarmó el que había traído de Panamá y les enseñó a los aguadeños cómo tejer con las fibras.

Las 'gallinitas' de arcilla de Guaduas, Cundinamarca

Las 'gallinitas hueveras' de Guaduas, tienen un alto valor dentro del patrimonio cultural de Cundinamarca. / FOTO: Artesanías de Colombia

En 1974, Julia Castillo creó el Taller Artesanal Cerámicas de Julia en Guaduas, Cundinamarca. Luego de cuatro décadas de trabajo, este municipio —declarado Pueblo Patrimonio de Colombia en 2010—, es un referente a nivel internacional en la elaboración de las famosas ‘gallinitas de arcilla’, una pieza que se expone en las salas del Museo de Antioquia, el Museo de Cartagena y que, incluso, llegó a exponerse en la Feria de Milán (Italia), una de las más importantes de la Unión Europea.

Gracias a estas piezas, Guaduas se ha convertido en destino turístico de alfarería en arcilla. De hecho, el taller hoy cuenta con una jornada inmersiva para que los visitantes también aprendan a elaborarlas.

Los utensilios con fibras de plátano en San Agustín, Huila

Se dice que la tradición de tejer con fibras de plátano comenzó a mediados de los años 80 en San Agustín, Huila. / FOTO: Artesanías de Colombia

Los artesanos de San Agustín, Huila, aprendieron a desfibrar la corteza del tallo que envuelve al plátano y a convertirlo en fibras con las que elaboran desde canastos y mochilas hasta sombreros y manteles. 

Estos productos suelen ser muy apatecidos por los compradores por la suavidad de su textura. Su versatilidad es muy parecida a la del fique, por lo cual se presta para elaborar las mismas piezas y también para pintarla con tintes naturales. Las personas dedicadas a este oficio utilizan las técnicas de telar de marco y crochet. Además, esta material prima es muy llamativa por su factor sostenible y los beneficios que trae en la reducción de residuos orgánicos que van a la basura. 

Artículos en cuero en Norte de Santander

En Cúcuta y ciudades aledañas existe gran cantidad de talleres donde las personas pueden adquirir los artículos. / FOTO: Artesanías de Colombia

La talla en madera, la alfarería, la tejeduría y la marroquinería son las principales actividades dentro de la población artesana nortesantandereana. La marroquinería es el corte, costura, doblado y pegado del cuero, materia prima con la que elaboran desde sillas hasta carteras. 

Los diez municipios más conocidos por su vocación artesana son: Cúcuta, Los Patios, Villa del Rosario, Pamplona, Cácota, Mutiscua, Santiago, El Zulia, Ocaña, La Playa de Belén, Ábrego y Salazar

Artesanías en madera y guadua, en Quindío

En Quindío, los artesanos fabrican elementos decorativos y utilitarios con guadua. / FOTO: Artesanías de Colombia

La carpintería y ebanistería son dos de los oficios más tradicionales dentro de la población artesana de Quindío, sobre todo en municipios como Armenia, Calarcá, Circasia, Córdoba y Quimbaya. La mayoría de artesanos utiliza como materia prima la guadua, caracterizada por su resistencia y su bajo costo.

La creatividad ha impulsado a los artesanos quindianos a llevar sus manos más allá de los moldes. En Circasia, por ejemplo, desde hace años implementaron una técnica de enchapado con hoja caulinar sobre los moldes de guadua. Es decir, el material terminó sirviendo, incluso, como lienzo para crear cuadros.

Accesorios en chaquira, en Risaralda

Pereira es una de las ciudades epicentro de la producción de artesanías en chaquira. / FOTO: Artesanías de Colombia

Las artesanías en chaquira de Risaralda son una de las más apetecidas a nivel nacional e internacional por su gran variedad diseños y colores llamativos. Cuenta por cuenta, estas piezas de bisutería son totalmente hechas a mano y suelen ser fabricadas, en mayor medida, por pueblos indígenas del centro-oeste de Colombia, sobre todo la comunidad embera chamí.

Los collares son los accesorios más conocidos, pero también se pueden encontrar manillas, llaveros y aretes. 

Utensilios y papel de fique en Santander

Los productos con fique son muy fáciles de conseguir en los locales de artesanías del departamento. / FOTO: Artesanías de Colombia

El fique es una materia prima tan famosa en Santander que no solo se utiliza para tejer canastos y accesorios, sino también para producir papel artesanal, sobre todo en la zona de Barichara. 

La producción de esta fibra se concentra mayoritariamente en los municipios de San Joaquín, Onzaga, Curití, San Gil y Aratoca. Este material representa una fuente de ingreso tanto para los artesanos como para los campesinos que cultivan la planta. El oficio fue una herencia de los indígenas guane. 

Los cestos de mimbre de Ibagué, Tolima

Además del mimbre, el Tolima también fabrican artesanías en yaré, chipalo o calceta de plátano. / FOTO: Artesanías de Colombia

Los artesanos ibaguereños destacan en la producción de cestería en mimbre. Según Artesanías de Colombia, en este departamento aprendieron a trabajar con el material a comienzos del siglo XX, cuando la comunidad religiosa de Los Selesianos trajo la planta de Italia y la dejó plantada en una escuela agropecuaria de Ibagué.

El municipio tuvo su tope de producción a partir de los años 40. Los artesanos se especializaron en dos ramas: cestería y mueblería. Para darle mayor resistencia a los productos también suelen utilizar otros materiales como el yaré, el chipalo, la cañabrava y la madera.