Diego Londoño escribió 'Donde nacen las canciones' ante su deseo de mostrar que “la música es una, así hablemos de vallenato, de reguetón, hip hop, metal, punk, rock o chucuchucu”. El lanzamiento del libro es este sábado en Medellín.
La historia de cómo Petrona Martínez empezó cantando a la orilla del río mientras lavaba ropa y terminó ganando un Latin Grammy. El relato de Mónica y Viola, una pareja de punkeros que vive en una finca en Santa Elena (Medellín). Las luchas sociales que Lucho Bermúdez narró en sus canciones en los años 40. Esas son algunas de las historias que cuenta el periodista Diego Londoño en su libro Donde nacen las canciones.
Durante años, Diego ha tratado de entender la historia de Colombia a través de sus canciones. Ha querido comprender quiénes son los colombianos desde la música que hacen. Asimilar cuál es la raíz musical del país. Y esa búsqueda se tradujo en este libro, cuyo lanzamiento será este sábado 23 de abril a las 5 de la tarde en el Teatro Pablo Tobón, de Medellín.
No fue, dice Diego, una búsqueda que empezara “hace seis meses”, sino que es el resultado de años cubriendo la amplia, y cada vez más reconocida, escena musical colombiana. “He dado un viaje por muchos rincones de Colombia, por muchos sonidos. Y decidí hacer este libro porque lo que me mueve el corazón son los sonidos colombianos”.
Hasta la raíz
Pero además de ese interés personal, Diego también buscó, con Donde nacen las canciones, “abrir el panorama y entender que la música es una, así hablemos de vallenato, de reguetón, hip hop, metal, punk, rock, chucuchucu o cualquier género”.
Por eso, en el libro se encuentran perfiles de artistas tan variados como Joe Arroyo, Petrona Martínez, Lucho Bermúdez, Noel Petro, Patricia Teherán, Carlos Vives, Andrea Echeverri, Juanes, Estados Alterados, Elkin Ramírez, Edson Velandia, Puerto Candelaria, Alcolirykoz, Chocquibtown o El Sayayín.
Una apuesta que busca dejar atrás, como él lo llama, el ‘radicalismo musical’. Un radicalismo que, por ejemplo, se vivió en Medellín en los años ochenta y noventa cuando punkeros y metaleros se enfrentaban entre sí por sus gustos musicales.
La apuesta de Diego también es que este libro se convierta en un testigo de la música colombiana. Que sea un documento para conocer artistas que a su juicio cayeron en “un perverso olvido” como fue, en su momento, el caso de Lucho Bermúdez, uno de los compositores de música popular más importantes de Colombia durante el siglo XX.
“Yo identifiqué la necesidad de contar la historia de Lucho Bermúdez, porque es uno de los músicos más importantes en Iberoamérica, pero cuando murió, empezó a quedar en un perverso olvido. Lo que hago es identificar las historias que me llaman la atención, no solo la de él, sino las de otros artistas. Buscar qué hay para contar desde el vallenato, desde el rock and roll, entre otros, e identificar a algunos de esos personajes. Arranco en la década de los cuarenta y me voy hasta la actualidad”, explica.
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Las anécdotas
Donde nacen las canciones se divide en tres grandes capítulos: La tradición y sus cantores, El rock de mi pueblo y La calle y su ritmo, además del prólogo escrito por Andrea Echeverri, de Aterciopelados, y un bonus track con historias de personas dedicadas a la música, pero que no son músicos.
Son historias que buscan entender, por ejemplo, cómo IxRxA narró el narcotráfico en Medellín. O cómo Bajo Tierra contó lo que ocurre en las calles de la capital antioqueña “de una manera poética”. O la forma en la que Elkin Ramírez, fundador de Kraken y quien murió en 2017, “se convirtió en una leyenda”
Es “entender la vida de Petrona Martínez lavando ropa al lado del río y cantando, y cómo esos cantos se convirtieron en las noticias de su pueblo, y que de repente, esas noticias llegaron a otras ciudades en forma de canciones”, dice Diego. Y explica que busca entender a Juancho López, vocalista de Los Yetis (agrupación sobre la que Diego también escribió un libro) desde su cotidianidad como profesor de enseñanza de conducción. Y cómo ese profesor se convirtió en ‘Eladio Pérez’, una mofa nacida de Elvis Presley.
“Son perfiles con los que cuentan, de manera anecdótica, la vida de otros. Por ejemplo, de Edson Velandia hago un perfil para acercarme a su vida, con la que siempre ha sido muy hermético. Y así cuento detalles de su vida, como que lo que llevó la música a él fue Tiempo de vals de Chayanne. O cómo su sonido favorito es cuando su hija le grita ‘papá’ y el que más le molesta es ese mismo grito también”, relata Diego.
En Donde nacen las canciones también cuenta cómo Fernando Sierra, vocalista de Estados Alterados, fue apodado Elvis: “Le empiezan a decir así porque él tenía un estilo muy ‘new wave’. Y en esas llegó a un bar en Envigado que se llamaba New York New York y, desde que entró, un tipo que se llama Germán Cañellas lo vio y le dijo que se parecía a Elvis Costello”.
La última anécdota mencionada por Diego es sobre cómo La Derecha llegó a ese nombre. Resulta, dice el periodista, que la agrupación estaba presentándose en la Universidad Nacional, en Bogotá, cuando “un grupo de izquierdosos le empezó a tirar cosas a la banda”. Entonces, con rabia, y aprovechando que la banda aún no tenía nombre, Mario Duarte y los demás miembros de la banda respondieron que ellos eran La Derecha.
A la larga, se trata de que la memoria del país también se registre a través de su música, al igual que ocurre en otros países como Argentina y España. Más cuando, a su juicio, el foco del mundo está en las producciones musicales colombianas: “Hay un momento de efervescencia en la actualidad. Todo el mundo está hablando de la música colombiana, somos protagonistas”.