El último descubrimiento del herbario de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas es la Blakea cubarralencis, una especie que sólo ha sido registrada en los bosques húmedos del llano colombiano. Así lo lograron.
El Herbario Gilberto Emilio Mahecha Vega lleva más de 50 años haciendo recolección, clasificación y sistematización de plantas en Colombia. En ese periodo han descubierto y publicado 14 especies endémicas y un género totalmente nuevo para la ciencia botánica, siendo la Blakea cubarralensis el más reciente descubrimiento, realizado en el año 2024.
El proyecto nace a finales de los años 40 con la creación del programa Técnico Forestal, hoy Ingeniería Forestal, por parte del Colegio Distrital, que también cambió su nombre a Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
“El Herbario se fue formando con las prácticas de campo que se realizaban, se fue trayendo material botánico. En esa época no estaba lo que tenemos hoy en día, pero sí se empezó a hacer las colectas. Fue hasta el año 2002 que se institucionalizó el proyecto como una unidad académica de la Universidad, esto gracias al profesor Gilberto Mahecha, de quién lleva el nombre el Herbario, y el profesor Enrique Acero” recuerda Lyndon Carvajal, docente y director del lugar.
La Blakea cubarralensis, del género Blakea, es una de las últimas especies endémicas descubiertas por parte de los investigadores del herbario. Fue recolectada en la vereda El Vergel Alto, del municipio de Cubarral, departamento del Meta.
La muestra se transportó en papel periódico, preservada en alcohol, a la ciudad de Bogotá para realizar el correcto análisis de las características que la determinarían como una especie nueva, y así presentar un artículo que evaluaron diferentes expertos internacionales con el fin de avalar lo descubierto por Carvajal y un grupo de estudiantes de la institución.
Hoy, es una de las 8.162 especies que hacen parte de la colección del Herbario, compuesta por 50.793 ejemplares, divididos en 272 familias y 2.109 géneros. Como muchas de las especies encontradas en Cubarral, esta planta pertenece a la familia Melastomataceae; otros casos son la Miconia ampla Triana, conocida como Tuno, o la Aciotis acuminifolia comúnmente llamada Cañagria.
Esta, sin embargo, se distingue de sus primas en «sus bractéolas florales, que son más grandes que los lóbulos del cáliz, con ápice acumulado y la presencia de tres nervios» especifica el experto, caracteristicas como estas aportan singularidad a cada especie almacenada en el herbario.
Con la investigación arbórea como su eje, pues almacenan más de 8.400 muestras de árboles, que equivalen al 30% de la fauna arbórea del país, el proyecto se ha posicionado como una autoridad a la hora de hablar de bosques en Colombia, esto los ha llevado a colaborar con diferentes entidades públicas y privadas como la CAR y Cormacarena, entre otras.
Carvajal comenta que “todo el material se encuentra en la página del Herbario y cualquier persona en el mundo puede consultar, se puede acceder por familias botánicas, por nombres comunes, géneros, departamentos, municipios, colectores; es decir, hay bastantes formas de consultar y eso nos ha hecho visibles a nivel mundial, porque al año tenemos más de 10 mil consultas de diferentes países”.
Paralelamente este laboratorio botánico ha publicado 17 catálogos regionales, donde se clasifica la flora de un territorio, “estos libros se llevan a los municipios, se dan a los concejos y a las Juntas de Acción Comunal” agrega el docente. Y así como Cubarral ya cuenta con su catálogo, municipios como La Macarena y Mapiripán en el Meta, además de Soacha, en Cundinamarca, también cuentan con el suyo.
De acuerdo con el experto, es una base de datos importante, teniendo en cuenta las complejidades actuales alrededor de las tareas de recolección y clasificación de nuevas especies, debido a la deforestación y deterioro del suelo, ya que para hacerlo correctamente se debe obtener la muestra en su etapa productiva, es decir con sus flores y frutos; muchas veces es difícil encontrar un espécimen que cumpla con estas condiciones, convirtiendo al proceso de búsqueda en tarea de meses, incluso años.
“Que la gente sepa lo que tiene ahí, es una forma de que valore lo que tiene, ¿saben? A veces la gente ve el bosque como un obstáculo, un problema, porque no es un área productiva para ellos. Pero a través de esto, hay quienes ya valoran los bienes y servicios que ofrecen los bosques, la diversidad que hay ahí, todo el entorno como un sistema muy complejo.” reflexiona Lyndon Carvajal sobre el cuidado de los ecosistemas y la labor del Herbario.