Fieltro agujado: así se crean esculturas con lana

Desde Tenjo, Laura Muñoz hace uso de la lana con una técnica poco conocida que se convirtió en la base de su emprendimiento.

No se trata de un tejido. En el fieltro agujado, las fibras de la lana se van uniendo por punzadas y el material se va largando, amasando o recogiendo. “Se crean nudos que se entremezclan y esculpen este tipo de pequeñas formaciones. Las uñas de las agujas enmarañan las fibras de adentro hacia afuera de las bolas o pedazos de lana y se hacen unos nudos que se compactan creando formas maravillosas” cuenta Laura Muñoz cuando le pedimos que nos explique su oficio. 

Artesanías de Cundinamarca

Convertir el caos en artesanía  

El fieltro agujado compacta y moldea la lana cardada (proceso especial de la fibra para que quede lisa y pueda ser cogida por la aguja) con una serie de agujas que tienen unas ‘uñas’ especiales o dientes que van pinchando la fibra hasta convertirla en pequeños nudos de lana, que uno a uno de forma discontinua se va enredando hasta convertirla en una pieza.  

Desde jaguares, que demoran de dos a tres horas para su creación, hasta piezas de mascotas o siervos de 25 centímetros, que tardan ocho o más, Laura Muñoz recrea con el fieltro animales significativos de la fauna colombiana. Entre sus exhibiciones se encuentran, copetones, osos de anteojos y barranqueros coronados.  

Artesanías de Cundinamarca

Debido al alcance del Internet, Laura conoció de estas nuevas comunidades de artesanos y comerciantes que buscan recrear a través de la lana artesanías tradicionales de su cultura. 

En lugares tan distintos como Estados Unidos y Japón, se encuentran exponentes de la técnica como, por ejemplo, el escultor Kiyoshi Mino. “Las esculturas en fieltro agujado son algo único que en muy pocos contextos logra verse como una artesanía, pero es una técnica que requiere de mucho esfuerzo y estudio. Uno tiene que imaginar que está jugando con plastilina porque estamos creando esculturas con material textil”, describe Laura.  

Para ella el fieltro es un lugar seguro en el que desborda su imaginación: “Es muy difícil hacer una pieza igual a otra, esa creación única se refleja en la alegría de las personas que la reciben. Cada figura la hago con el corazón, y es mi huella en el mundo, literalmente es mi firma como artesana, porque es una técnica muy personal”.