En Kennedy, la movilidad se transforma a través del diálogo comunitario

En una ciudad donde las prisas, los trancones y la inseguridad vial marcan la rutina diaria, la localidad comienza a escribir una nueva historia. En sus calles, muchas veces con una infraestructura olvidada, hoy se escuchan más risas de niños, más timbres de bicicletas y menos bocinas.

La comunidad de Kennedy protagoniza cada etapa de «Ciudad Kennedy: activa, inclusiva e innovadora«, una iniciativa público-privada se propone replantear la movilidad en la localidad, comenzando por los diseños de las clicorrutas, las zonas peatonales y los espacios públicos, con el objetivo de ajustarlas a la vida real de quienes caminan y pedalean cada día por las calles del barrio.

Desde las primeras jornadas informativas hasta los talleres de percepción ciudadana, vecinos, estudiantes, padres de familia y cuidadores han tenido la oportunidad de expresar sus necesidades, sugerencias y preocupaciones en un diálogo constante con el Centro Local de Movilidad.

El proyecto liderado por la Secretaría Distrital de Movilidad, con apoyo de la iniciativa Bloomberg para la Ciclo-Infraestructura (BICI), busca transformar calles con alta afluencia escolar en espacios seguros y accesibles para la movilidad activa.

«Donde antes había solo carros, hoy hay niños caminando tranquilos, ciclistas con espacio y cuidadores que ya no se sienten en peligro cada vez que salen de casa», cuenta Ángela Romero, coordinadora pedagógica de una de las instituciones educativas del sector. «Es la primera vez que veo una intervención urbana realmente pensada desde las necesidades de los estudiantes».

La intervención incluye la creación de una ciclorruta bidireccional, mejoramiento del espacio peatonal, señalización adecuada y, sobre todo, un proceso de participación con la comunidad. Esto ha generado un nuevo sentido de pertenencia y apropiación del territorio.

Maritza Ramírez, madre de dos niñas y líder comunitaria, ha sido testigo del antes y el después. «Me daba miedo dejarlas ir solas al colegio. El tráfico era caótico y no había espacio seguro para ellas. Ahora incluso salimos en bici los fines de semana. Se siente diferente. Se siente nuestro», afirma.

Con 49 colegios públicos y 78 sedes, Kennedy es una de las localidades con mayor concentración de estudiantes en Bogotá. Por eso, la intervención tiene un enfoque claro hacia los entornos escolares. | Foto: Proyecto Bici

Uno de los puntos neurálgicos del proyecto está en la calle 38C sur, a la altura del Colegio INEM Francisco de Paula Santander. Allí, según mediciones realizadas en mayo de 2024, durante los inicios del proyecto, se registraron más de 5.700 peatones y el tránsito de 14.000 bicicletas en un solo día, convirtiéndola en la localidad con más usuarios de este medio de transporte en Bogotá. 

Eso, en la localidad que ha sido calificada por la Secretaría de Movilidad, como la que más infracciones de tránsito registra. Precisamente ese panorama evidencia la necesidad de adecuar la infraestructura al volumen real de personas que se mueven de forma activa por la zona.

Además de asistir a las reuniones y consultas, los habitantes pueden ayudar promoviendo el respeto por los nuevos espacios, utilizando la bicicleta de manera segura, participando en recorridos comunitarios, enseñando a los más pequeños sobre movilidad activa y reportando cualquier necesidad o mejora a través del correo del Centro Local de Movilidad.

La iniciativa también contempla acciones educativas, jornadas informativas y consultas con la comunidad, lo cual ha permitido ajustar los diseños con base en las necesidades reales de quienes usan estas calles. «Cuando nos sentamos a hablar con la Secretaría, nos escucharon. Nos preguntaron dónde nos sentíamos inseguros, qué hacía falta, qué soñábamos. Eso no pasa todos los días», comenta Johan Ruiz, estudiante de décimo grado que forma parte del programa Al Colegio en Bici, una de las principales acciones del proyecto.

Con 49 colegios públicos y 78 sedes, Kennedy es una de las localidades con mayor concentración de estudiantes en Bogotá. Por eso, la intervención tiene un enfoque claro hacia los entornos escolares. El 27 % de los ciclistas y el 28 % de los peatones en el área de influencia del proyecto son niños en edad escolar.

«La comunidad lo sabe. Y por eso, se ha organizado en comités, grupos de ciclopaseos escolares y jornadas de pedagogía vial para padres y cuidadores. La transformación no solo es física, también es cultural. Antes la gente pensaba que la bici era para el que no podía pagar bus. Ahora, muchos se animan a pedalear. Nos sentimos parte de algo grande», dice Yesid Camargo, mensajero y habitante del barrio Carvajal.

A futuro, el proyecto contempla extenderse a otras zonas de la localidad y fortalecer la red de ciclorrutas seguras. Pero por ahora, quienes caminan y pedalean por Kennedy ya sienten el cambio. | Foto: Proyecto Bici

A futuro, el proyecto contempla extenderse a otras zonas de la localidad y fortalecer la red de ciclorrutas seguras. Pero por ahora, quienes caminan y pedalean por Kennedy ya sienten el cambio.

«Es una Kennedy que se mueve, sí. Pero, sobre todo, que cuida. Que protege. Que entiende que una ciudad verdaderamente moderna no es la que tiene más carros, sino la que pone a su gente en el centro», concluye Yesid.

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