Proteger y preservar expresiones culturales, como la gastronomía y la danza, hacen parte de las prioridades en el tema de identidades, uno de los cinco pilares de la Agenda Antioquia 2040.
Antioquia no es solo una. Son muchas las identidades las que componen a la sociedad de este departamento. Por eso, en el marco de los Talleres Sectoriales de la Agenda 2040 (que será la hoja de ruta para Antioquia durante los próximos años) se discutió sobre cómo preservar y fortalecer las identidades culturales.
Durante dichos talleres, que se realizaron entre el 18 y 19 de mayo, sirvieron para conocer el punto de vista de distintos sectores de la sociedad antioqueña. En el caso de las identidades culturales hubo participación de la academia, de expertos en patrimonio, de artistas y hasta de conocedores de gastronomía.
A la larga, la pregunta gira entorno a cómo, en el futuro, se preservarán los saberes y las costumbres que han hecho parte de las distintas expresiones culturales en el departamento. Una preocupación que ha hecho que este tema sea, justamente, uno de los cinco pilares de la Agenda Antioquia 2040.
Marcela Trujillo, directora del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia y quien fue la moderadora del taller sobre este tema, señaló al respecto que espacios como los talleres sectoriales sirven para planear cuál será el desarrollo cultural del departamento los siguientes años. Una planificación que incluya la integración de todas las identidades y aumente la acción en los territorios con modelos de gestión cultural, precisó.
Mantener vivas las identidades
Richar Sierra, gerente indígena de la Gobernación de Antioquia, explica que la Agenda 2040 “nos permite proyectar un escenario futuro de la identidad antioqueña: cómo vamos a hacer, cómo nos mostraremos en el futuro y cuál es la diversidad que nos identificará. Además, porque hay una serie de mezclas que se van generando en la historia y eso es lo que enriquece la identidad antioqueña”.
Entre esas expresiones, continúa Sierra, se encuentran la gastronomía, las danzas y las artesanías, entre otras. A su juicio, el departamento se ha construido también a partir de su diversidad. Por eso, dice, “tenemos que avanzar en un diálogo para analizar las formas o expresiones del departamento. Antioquia es diversa. Es en eso donde queremos enfocar su fortaleza. Porque la dignidad de la población antioqueña está en todas sus expresiones”.
Por su parte, Nil Bailarín, gobernadora indígena del resguardo Jaikerazabi, ubicado en el municipio de Mutatá (en el Urabá antioqueño), está convencida de que esa discusión de las identidades tiene que incluir a las comunidades indígenas que también habitan el departamento.
“Siempre hemos sido parte de esta nación, de este territorio al cual estamos orgullosos de pertenecer”, asevera. Y, desde ese orgullo, asegura que uno de los temas que se debe considerar es cómo preservar los conocimientos que hay en la actualidad para las próximas generaciones, utilizando, por ejemplo, las nuevas tecnologías: “Que no se quede acá, sino que busquemos una manera de replicarla a los niños que vienen atrás”.
De esta manera, concluye Bailarín, “debemos entender cómo éramos antes y cómo estamos ahora. Recolectar esas informaciones sobre las identidades de nuestra Colombia es importante, porque cada uno tiene su manera de vivir, de hablar, de pensar, de vestir”.