María Fernanda González es doctora en física cuántica y fundadora de Fregata Space, una plataforma para monitorear la contaminación del aire y del agua alrededor del planeta que ya tiene proyectos en seis países.
González explica que, de toda el agua que hay en el planeta, solo el 1 %, o incluso menos, es agua disponible para beber. “De ese 1 %, al menos la mitad está contaminada, por eso es muy importante entender cuáles son los contaminantes, monitorearlos y poder así generar remediaciones”.
A nivel de aire, agrega, “más del 90 % de las personas en el mundo están respirando aire contaminado”.
Por eso, dice, el esfuerzo que realiza Fregata Space es fundamental. A grandes rasgos, consiste en la observación de la Tierra integrando múltiples imágenes satelitales de diversas organizaciones como la Nasa, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Japonesa de Exploración Satelital, entre otras, con algoritmos diseñados por el equipo de Fregata, para descubrir el grado y el tipo de contaminación de cuerpos de agua y aire en cualquier parte del mundo, en 20 segundos.
Actualmente, Fregata Space tiene proyectos en seis países, incluyendo Colombia, y en poco menos de tres años de existencia han logrado impactar 1.600 km2 de océanos contaminados, así como 547 km2 de playas. Además, producen 2.415 Gb de datos al día, monitoreando áreas de 1663 km2 a la semana en 117 países.
«Lo que queremos» dice González «es que la gente tome agua limpia y respire aire puro”.
En Colombia tienen dos proyectos andando. Uno en Cundinamarca, donde están investigando la correlación entre los contaminantes del aire y las enfermedades respiratorias a partir de datos obtenidos tanto a nivel terrestre como a nivel satelital.
Y otro con el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de Colombia (Invemar) para realizar monitoreos en la Bahía de Santa Marta y crear con ello un índice de calidad del agua que optimice los sistemas de monitoreo actuales reduciendo el tiempo necesario para generar datos.
Además, “vamos a contrastar los datos que tienen ellos de la contaminación con los monitoreos que nosotros sacamos por satélites. Con eso no toca gastar dinero en la toma de muestras químicas, que es muy costoso, y podemos entender la contaminación del agua y del aire con un 85 o 90 % de precisión”, indica la científica.
Las siguientes imágenes muestran cómo Fregata Space usa las imágenes satelitales, en combinación con algoritmos creados por ellos, para monitorear la salida de plástico de ríos hacia el mar, en este caso, en República Dominicana. El color amarillo es plástico.
Científica desde niña
María Fernanda creció en un hogar de científicos. Su mamá es enfermera y su papá es ingeniero electrónico, por lo que, cuenta, le fascinan las Matemáticas. Recuerda que a causa de esa pasión, en la biblioteca de la casa de Bogotá en la que nació y creció, había una infinidad de libros acerca de diversos temas a los que ella acudía para pasar el rato, de la misma manera en que los niños y los jóvenes acuden a sus teléfonos móviles hoy en día.
“Yo sentía que podía entender cualquier libro, y me gustaba mucho, porque en realidad yo leía cualquier cosa y entendía”, explica María Fernanda.
Sin embargo, llegó un día en que de la biblioteca de su papá cogió un libro titulado ‘Cristalografía’, la disciplina que estudia la física del estado sólido de los cristales.
No recuerda cuántos años tenía cuando lo vio, pero era pequeña y al no entender, “yo dije: ‘no puede ser que yo no entienda esto’, y comencé a buscar cuál era el área del mundo de la que necesitaba aprender para entender ese libro”.
El tiempo la fue llevando hacia la Ciencia y en particular la Física, disciplina por la cual desarrolló una intensa y, de a ratos, incomprendida pasión. Cuenta que en el colegio tuvo varios problemas con sus maestros, porque “me gustaba mucho y era muy inquieta, y eso a veces los profesores lo interpretan mal, entonces no me fue bien con ellos”.
Sabía que la Física le apasionaba, pero a causa de esa desafortunada y frustrante relación, nunca terminó de entenderla. Fue eso, sin embargo, lo que terminó de motivarla para entrar, años después, al programa de Física de la Universidad de Los Andes.
“Yo dije: ‘Tengo que estudiar Física porque quiero entenderla’, porque en realidad yo no entendía nada y por eso quise entrar”, cuenta.
Hoy María Fernanda tiene una maestría en Métodos Numéricos de la Universidad Politécnica de Cataluña y un doctorado en Física Cuántica de la Universidad de Barcelona, ciudad donde hoy vive.
Conocimiento científico al servicio del planeta
Pero la Física no fue su única pasión mientras crecía. María Fernanda cuenta que cuando era niña fue Scout y a las recurrentes caminatas por montañas, a respirar aire fresco y al constante contacto con árboles y plantas les atribuye la fascinación por la naturaleza que, en últimas, la llevó a aplicar sus conocimientos en Física y Tecnología para su salvaguarda.
“La naturaleza me encanta, es algo increíble. Me encanta sentir que uno no es nada al lado de ella y que es muy poderosa”, cuenta.
Esa pasión, además, la llevó a vivir a Cartagena después de graduarse de Los Andes y antes de irse a Barcelona a estudiar su maestría y, después, su doctorado.
A ‘La Herorica’ llegó luego de una búsqueda para encontrar el campo de la Física en el que pudiera integrar también su interés por la naturaleza. Así dio con la Oceanografía Física, que estudia y formula modelos matemáticos para explicar y predecir, dentro de lo posible, el impacto de diversos fenómenos sobre la naturaleza.
“Por ejemplo, hay un derrame de petróleo en la bahía de Cartagena, entonces un modelo oceanográfico te permite hacer una predicción, teniendo en cuenta la fuerza del viento y de las olas, para poder decir: tal lugar va a estar contaminado en una hora”, indica.
El único lugar donde existía esa carrera, era en la escuela de cadetes de la Armada Nacional, en Cartagena.
“Yo llamé al capitán que estaba encargado y le dije que quería estudiar allá Oceanografía, pero el capitán me dijo que no, que eso era solo para militares”. No contenta con la respuesta, y con la apasionada terquedad que de niña la llevó a querer entender cada uno de los libros que leía, lo interrumpió y le dijo que hicieran un trato.
Viajó a Cartagena y él le dijo que si le enseñaba Física a los cadetes con el método que había aprendido en Los Andes, él la dejaría tomar clases de Oceanografía a cambio, y así fue: “Yo trabajaba con los cadetes y él me dejaba ir a clase”.
Pero, más allá de integrar su pasión por la Ciencia y la naturaleza, su paso por la Armada hizo que se despertara un interés por aplicar su conocimiento científico en el mundo real. Interés que se convirtió en necesidad cuando llegó la pandemia del covid-19.
Luego de fundar su primer emprendimiento tecnológico, InnoQuant, en 2010, con el que creó diversos modelos matemáticos para solucionar problemas de negocios de grandes corporaciones a través del Big Data y el Machine Learning, y después también de dedicarse por algunos años a la consultoría en esos temas, en 2015 María Fernanda creó una nueva plataforma tecnológica.
Se trataba de una herramienta que permitía entender el comportamiento de los usuarios de aplicaciones móviles en ciudades inteligentes y así comprender sus intereses para generar una variedad de recomendaciones.
Cuando llegó el covid-19, adaptó esa tecnología para identificar puntos en donde se estuvieran aglomerando personas, convirtiéndose en focos de contagio. Presentó su proyecto, con el que ganó un premio entre 8.000 empresas europeas, al Gobierno colombiano y a empresas privadas, con un alcance de casi 40 millones de personas, pero nadie la escuchó.
Fue allí, entonces, que tomo la decisión de fundar su propia organización para tener incidencia real, “poder integrar todo lo que había aprendido a nivel científico y a nivel de negocio para aplicarlo en problemas reales, problemas de la tierra”, cuenta María Fernanda. Así, en el 2020, nació Fregata Space.
"La sostenibilidad no le importa a nadie, por más de que digan que sí"
Y aunque con su organización María Fernanda y su equipo han logrado impactar miles de kilómetros cuadrados de océanos contaminados, cuenta que interesar a los gobiernos para generar soluciones a nivel de naciones es un caso perdido.
«¿Tú qué crees que dice la gente cuando uno les revela la contaminación?: ‘Uy no, yo no quiero ver eso, que pase el siguiente’. Colombia está terriblemente contaminada por todas partes, agua, aire, estamos fatal. La sostenibilidad no le importa a nadie, por más de que digan que sí. Por eso hemos tenido que encontrar modelos de negocio diferentes”. ”.
En ese sentido, se han acercado a grandes empresas y corporaciones que, no tanto por su interés por cuidar el planeta, sino por los beneficios fiscales y tributarios que pueden recibir por generar procesos de remediación ambiental, se han interesado por su producto.
Por ejémplo, además de trabajar en una alianza semiprivada con Invemar, Fregata Space está buscando consolidar otras alianzas privadas con grandes compañías generadoras de contaminación y a las que les conviene generar rehabilitaciones ambientales, como Ecopetrol.
De la misma manera, y con la intención de profundizar lo más posible su impacto, en alrededor de dos meses Fregata Space lanzará una aplicación móvil que permitirá a cada persona generar datos e información de la contaminación de cuerpos de agua y aire, cosa que “nos permite ver microproblemas que no podemos ver en el satélite y de esa manera complementar los datos que tenemos”.
Con eso, además, espera también consolidar una especie de plataforma de denuncia que permita recoger todavía más información y evidencia del gran problema que hay a nivel nacional y mundial en términos de contaminación.
Según María Fernanda, “habrá un momento en que los Gobiernos no puedan seguir ignorando toda la cantidad de evidencia que hay y tendrán que actuar”.