Solo con un mapa, el historiador Santiago Muñoz, ideó una herramienta pedagógica para enseñar historia colonial en los colegios de Colombia.
Una tarde de trabajo usual en la Universidad de los Andes, a la oficina del entonces profesor Santiago Muñoz, llegó Catalina Muñoz Rojas, una de sus colegas historiadoras. Necesitaba un documento del siglo XVI, que sirviera para analizar el ‘problema de la tierra en Colombia’. “Tiene que ser una fuente interesante, que cualquier estudiante, sin importar su carrera, pueda entender”, le decía la doctora Muñoz Rojas al profesor.
En ese momento la cabeza de Santiago se llenó de posibles respuestas para su colega. Sin embargo, ninguna de ellas terminaba siendo satisfactoria. “Fue un reto pues es difícil pensar en una fuente así en el siglo XVI. Terminan siendo o muy complicadas de entender o no resultan interesantes para todo el mundo”, señala el doctor Muñoz.
Es profesor egresado de la Universidad de Texas en Austin, hizo su doctorado en la Universidad de Yale y cuenta con una investigación doctoral que trata sobre la expansión del Imperio español en el Nuevo Reino de Granada, lo que es hoy la República de Colombia.
Es por eso que tiempo después de la petición de su colega, Santiago recordó un documento que había encontrado durante su investigación en Yale. “Te tengo la fuente, Catalina. Es este mapa”, le respondió.
A simple vista, el mapa parece un cuadro relativamente sencillo. Muestra una sabana, un paisaje lleno de vacas, algunos pueblos y caminos que conectan los asentamientos urbanos. A pesar de ello, “es una imagen que muestra la colonización del paisaje, que muestra la transformación del medioambiente con la llegada de los españoles a América”, explica Muñoz.
Su colega Catalina, que en ese momento coordinaba la estructuración de un curso nuevo en la universidad, obligatorio para todos los estudiantes, aceptó la idea y le pidió que grabaran un video en el que Santiago debía explicar el mapa a profundidad y por qué contaba la historia de la colonización.
“Fue impresionante. Grabé en mi oficina con un telepronter que me ayudaba a recordar lo que tenía que decir. Al día de hoy, ese video tiene aproximadamente 6.000 vistas, mientras que el libro que escribí sobre mi investigación doctoral vendió 300 ejemplares a lo largo de dos años. La diferencia es muy grande”, cuenta.
En ese momento, Muñoz tuvo una reflexión que lo llevó a fundar Paisajes Coloniales, un proyecto pedagógico que busca llevar la investigación universitaria en Historia a los colegios en Colombia.
“No podemos quedarnos metidos en la universidad haciendo artículos que leen dos personas. La brecha entre la investigación de punta de las mejores universidades del país no llega a la enseñanza en los colegios. Algunas empresas extranjeras tienen ese contenido, pero realmente no está transformando la educación en el país”, señala.
Un solo mapa con siglos de historia
Con la idea en mente, el doctor Muñoz conformó un proyecto digital que funcionara como material pedagógico en donde él no diera las explicaciones, sino que los jóvenes pudieran hacerse preguntas y aprender a través de la herramienta.
Primero conformó un equipo pedagógico y de diseño del que han hecho parte Érika Mejía, María Alejandra Orduz, Adelaida Avella y Daniela López Baracaldo. Junto a ellas, crearon una herramienta web interactiva que propone una serie de actividades y contiene información para aprender sobre el periodo colonial a través de la pintura de tierras pantanos y anegadizos del pueblo de Bogotá, el mapa que inspiró la idea.
“Este fue un mapa que se utilizó en un proceso legal en el siglo XVII por Francisco Maldonado y Mendoza, la persona que comenzaría uno de los linajes más poderosos del país hasta el día de hoy. El mapa fue usado como una prueba en un pleito por unas tierras en la Sabana de Bogotá que al final terminó ganando Maldonado”, explica Muñoz.
Y ese es precisamente el primer punto del que habla la herramienta: para qué se crea un mapa. Porque además de haber sido un insumo en un proceso legal, el mapa muestra una visión del territorio como un lugar infértil, una concepción de la Sabana propia de los españoles que no era compartida por los habitantes Muiscas que sembraban maíz y otros cultivos en camellones que utilizaban el agua de las sabanas inundables.
El segundo punto de análisis que propone la herramienta es la presencia de pueblos en el mapa. “Los pueblos para ‘indios’ fueron un proyecto colonial que veía a los muiscas como seres exóticos e inferiores. Lo que buscaban los españoles es que los ‘indios’ pudieran vivir en unas cuadrillas ordenadas, aunque excluidos de los españoles, con el fin de convertirlos al catolicismo”, cuenta Muñoz.
El profesor explica que estos pueblos dan cuenta de las transformaciones coloniales pues antes de que los españoles llegaran, los muiscas vivían en cuadrillas que, entre otras cosas, algunos investigadores sugieren que son las famosas balsas que suelen encontrarse y están en museos y colecciones arqueológicas.
El tercer punto de análisis son los animales y los pastos presentes en la pintura. Muñoz explica que “en América no había ni vacas ni cerdos. Fue debido al intercambio colombino que llegaron esos animales. Además, los camellones muiscas se transformaron en vastos pastizales. La llegada de los españoles transformó radicalmente el paisaje”.
Por último, el mapa muestra un “paisaje dividido”, es decir, delimitado por la propiedad privada. “Esta es la época en la que surgen los resguardos que en principio fueron una propiedad del rey que le asigna derechos a una comunidad indígena. El dilema básico era ‘cuánta tierra necesita un indio para sobrevivir’, mientras que los españoles casi no tenían límites hacia cuánta tierra podían poseer. Este es un mapa que muestra claramente la violencia de la colonización. Es un mapa que muestra que los habitantes indígenas perdieron aproximadamente el 95 % de las tierras disponibles y muestra la transformación violenta del paisaje”, concluye Muñoz.
Una historia que está viva
Este proyecto, aunque gestionado de manera independiente, ha contado con el apoyo de la Fundación Histórica Neogranadina, la Biblioteca Nacional de Colombia, la Universidad de los Andes, la Universidad de Connecticut y próximamente del Grupo de Energía de Bogotá.
Actualmente el equipo de Paisajes Coloniales se encuentra creando guías pedagógicas con el fin de que más personas sepan utilizan la herramienta digital. En un principio, estas estaban siendo diseñadas para que los profesores de colegios pudieran enseñar utilizando la herramienta.
“Sin embargo, con el tiempo nos dimos cuenta que esas guías exigían competencias que en muchos casos podían ser muy complejas. Por ejemplo, pedían ‘explicar el problema de la tierra en Colombia’, antes de utilizar la herramienta. Eso es realmente muy difícil y desincentiva a que las personas la utilicen”, señala Daniela López Baracaldo, coordinadora pedagógica de Paisajes Coloniales.
Debido a ello, ahora diseñan guías específicamente para los estudiantes, con el fin de que sean ellos quienes tengan las herramientas para investigar y navegar la herramienta digital sin instrucciones especializadas.
Además, Paisajes Coloniales planea lanzar material didáctico físico para los colegios que se encuentran en zonas sin acceso a internet, sobre todo, en aquellos lugares que están ligados a este documento histórico.
“Una de las cosas más importantes a destacar es la pertinencia que tiene la herramienta para los niños y niñas de las veredas y municipios que aparecen en ella. Queremos que vean el mapa y se den cuenta que allí está su casa, que reflexionen sobre las razones detrás del nombre de su vereda, que si viven en lugares como Sopó se den cuenta que su hogar existe desde mucho tiempo. Queremos que también sea un aporte a la consciencia que se tiene sobre el territorio”, explica Daniela López.
*Si quiere visitar la herramienta digital de Paisajes Coloniales, haga clic aquí.