Con 12 años, Mariam irá en agosto a la NASA, como parte del programa She Is. Con el viaje, espera empoderar a las niñas de su comunidad a perseguir todos sus sueños.
Desde que tiene memoria, Mariam Arboleda usa los cómics para hablar de la realidad que la rodea, así como para imaginar fantásticos mundos con los que sueña.
Es por eso que crea relatos en los que retrata la vida en Puerto Tejada, en el Cauca, donde nació hace 12 años y donde disfruta ver a las iguanas bajar de los árboles del parque principal en las tardes, así como ir al centro a comer helado de fresa y chocolate con sus papás y su hermana Valerin.
Al mismo tiempo, imagina historias de niñas con la habilidad de parar el tiempo y así evitar que lleguen sus padres a la casa antes de que hayan recogido el desorden de su cuarto o la cocina.
Es, además, fanática de Tin Tin, pues dice que sus aventuras la divierten y la hacen pensar en cosas que le gustaría hacer alguna vez, como llegar a la luna.
Y aunque le falta edad para poder ejercer como astronauta, está un paso más cerca de hacerlo pues hace parte del grupo de 35 niñas que en agosto visitará el Space Center de la Nasa en Houston. Eso en el marco del programa ‘Ella es astronauta’, que creó la fundación She Is, en alianza con la Nasa y cuyo propósito es llevar a las niñas a una experiencia inmersiva durante una semana. Con ello, al final, la fundación quiere derrumbar estereotipos machistas que encasillan y limitan a las mujeres.
En general a Mariam le gustan las historias de fantasía, historias que estimulan su imaginación y la llevan a soñar con crear. Por ejemplo, fantasea con robots que se encarguen de los trabajos de cuidado que suelen recaer sobre las mujeres sin retribución alguna, para que estas puedan “ir a trabajar y cumplir sus sueños sin preocuparse por quién atiende a sus hijos” cuenta ella.
Y aunque a veces le cuesta encontrar las palabras para expresar todo lo que pasa por su cabeza y su estómago cuando recuerda en menos de un mes estará en Houston en una de las organizaciones espaciales más importante del mundo, basta con la enorme sonrisa que aparece en su cara bañada por unas trenzas que le hizo su madre, para darse cuenta que decir que está emocionada es poco: “todavía creo que estoy dormida en mi cama, soñando” dice.
Una importante inspiración para su comunidad
Mariam nació con Gastrosquisis, una condición en la que la pared abdominal no termina de formarse, dejando así una abertura por la que salen los intestinos del recién nacido, o como ella lo explica, con la sencilla y honesta claridad que tienen los niños: “mi estómago no se cerró completo, sino que nací con el estómago abierto”.
Por ello, de pequeña, cuenta su madre, Edna Micolta, “se la pasó de cirugía en cirugía, algunas más complicadas que otras. Fue difícil, pero ella fue fuerte y véala como está ahorita” dice mirándola y sonriendo, mientras ella probablemente piensa en las tardes de iguanas y helado.
Es por eso que gracias a su excepcional desempeño escolar y por haber recibido una invitación para ir a la Nasa, que Mariam se ha convertido en un referente en su comunidad donde niños y grandes la ven con gran admiración y la saludan al pasar como si fuera una celebridad.
La idea de familia extendida, tradicional de las comunidades afropacíficas, en la que los vecinos se convierten en familia, todavía está muy presente en Puerto Tejada, cosa que a Mariam le encanta de su pueblo.
“Crecer en Puerto Tejada ha sido muy bueno porque es un ambiente muy gentil, muy amable, muy sereno. La gente toda es muy querida, muy afectuosa y a mí me gusta eso porque soy muy sentimental, me gusta dar y recibir cariño, entonces saber que hay personas en toda la comunidad que te quieren, me hace sentir muy feliz”, asegura
De ahí, por ejemplo, que el día en que le notificaron que había sido seleccionada para participar en ‘Ella es astronauta’, “hasta fila hacían acá los vecinos para felicitarla. La gente la ve en la calle y le dice dizque ‘la astronauta’” cuenta, sonriente, su padre, Víctor Arboleda.
Y agrega, junto a su esposa, que “estos programas no solo benefician en la parte estudiantil, sino en la parte emocional y física de los jóvenes y ayudan a que tengan otra mentalidad, los rescatan de la violencia, de la drogadicción y esas cosas. Por eso creemos que el ejemplo de nuestra hija es muy importante para los jóvenes acá y en el país en general”.
En ese sentido, cuenta Víctor, sobre todos los jóvenes que continúan llegando a su casa a felicitar a Mariam y a pedirle ayuda con sus tareas y quehaceres escolares, aprovecha para recalcarles la importancia del estudio: “les digo que ellos también pueden alcanzar sus metas, que sean constantes, que estudien, que se quieran a ellos mismos. Hay que ser empoderado y actuar. Todos podemos si le metemos ganas”.
Con eso coincide Mariam, quien dice que fue gracias a su pasión por el estudio y su trabajo duro en el colegio que “se me abrió esta puerta para ir a la Nasa”.
Y dice, también, que estudiando se convertirá en una de las mejores médicas pediatras del mundo para así ayudar a todos los niños del país que lo necesiten y motivar a aquellos que hayan nacido con alguna discapacidad o condición inusual, como ella. “Para que no se sientan acomplejados, porque nosotros también tenemos talentos y capacidades para seguir adelante con nuestros sueños pese a nuestras limitaciones, presiones o inseguridades».
Y así espera, entonces, devolver todo el cariño que ella alguna vez recibió de parte del personal médico que la atendió durante sus difíciles primeros años de vida.
"Tenemos derecho de elegir y hacer lo que nos guste"
Para Mariam, en las mujeres y niñas recaen presiones y responsabilidades injustas que terminan por limitar su capacidad de soñar y actuar. “En el tiempo de antes, a las mujeres no se les permitía hacer casi nada, ni derecho a votar tenían y aunque eso ha ido cambiando, todavía hoy hay muchas cosas que no nos dejan hacer”.
Y agrega: “yo creo que las mujeres deben cumplir su sueño de llegar a la luna, tenemos el derecho de elegir lo que nos guste y tenemos la capacidad de hacer lo que nos guste, para llegar mucho más lejos de lo que ellos creen”.
De esa natural irreverencia antimachista, entre otras cosas, se ha desprendido en Mariam una incansable voluntad investigativa que la ha llevado a ver en la biblioteca municipal un refugio personal al que acude con frecuencia en su tiempo libre: «hay muchos libros que son muy interesantes y es un lugar muy tranquilo, no hay personas que te distraigan de tu lectura, puedes leer lo que quieras y si no terminas puedes traerte el libro para tu casa”.
Ahora está leyendo un libro acerca de la travesía de Ulises, con el que se ha empezado a interesar por la mitología griega, al punto de que ya conoce, casi a la perfección, algunos de sus más famosos relatos: “leí sobre la guerra de Troya, una historia de cómo los troyanos y los aqueos se enfrentaron y los aqueos hicieron un caballo de madera super grande con el que engañaron a los troyanos y así, ganaron la guerra”.
Esa misma curiosidad que siente al encontrar un nuevo libro o tema que explorar, es la que siente en estos días previos a su viaje a la Nasa, sobre todo por sus compañeras: “quiero saber cómo son, qué les gusta, conocer de sus ciudades, de sus departamentos”, y aunque espera, poder aprender muchas cosas a su lado, también confiesa que quiere “recochar con ellas”, otra de sus actividades favoritas.
Todo ello le servirá de inspiración para hacer el cómic más grande hasta ahora, que quiere compartir con su comunidad para seguir motivando a niñas y niños a que “sí pueden alcanzar sus metas y sus sueños».