Desde la pérdida de autonomía de los municipios hasta cómo le financiará, Colombia Visible le explica lo que debe saber sobre la Región Metropolitana de Bogotá y Cundinamarca.
2022 comenzó con la noticia de que la Región Metropolitana de Bogotá y Cundinamarca sería una realidad. Fueron décadas de discusión, puesto que, a pesar de que desde la Constitución de 1991 se contemplaba, no se había concretado por distintos motivos, como la falta de voluntad política.
Sin embargo, ya está en marcha, con sus discusiones respectivas en la Asamblea de Cundinamarca y en el Concejo de Bogotá, para que comience a funcionar. Ese inicio será alrededor de siete temas pilares: movilidad, servicios públicos, seguridad ciudadana, desarrollo económico, seguridad alimentaria, ordenamiento territorial y medio ambiente.
La idea es que todos los municipios que se sumen –hasta el momento 40, además de Bogotá, han manifestado interés– trabajen de manera conjunta en proyectos que competan a estos temas.
No obstante, y a pesar de que es una realidad, aún hay mitos que generan dudas. Por eso, Colombia Visible dialogó con Patricia González Ávila, secretaria de Integración Regional de Cundinamarca, y Alex Araque Solano, director de la Maestría en Economía Urbana de la Universidad Sergio Arboleda, para conocer la verdad sobre estos mitos.
“No hubo participación para crear la Región Metropolitana”
Sobre esta afirmación, González relata los hechos que permitieron que la Región Metropolitana fuera una realidad que, a la vez, confirma que se trató de un esfuerzo que reunió a distintos sectores políticos y sociales para que se convirtiera en una realidad.
La historia comienza en 2020 cuando los representantes a la Cámara por Cundinamarca y por Bogotá, de manera conjunta, impulsaron el acto legislativo 02 del 22 de julio de 2020, la reforma constitucional que permitió la creación de la Región Metropolitana.
La aprobación de esa reforma llevó a la formulación de proyecto de ley que definiera cómo funcionará la Región, que se convirtió en ley tras la aprobación en plenaria del Senado en diciembre de 2021, con el voto a favor de 64 parlamentarios.
Pero al tiempo que se daba la discusión en el Legislativo, durante 2020 y 2021 se realizaron 78 audiencias públicas en todo el departamento para socializar la propuesta. “Los siete temas tienen un sustento técnico, pero, sobre todo, salieron de lo que dijo la comunidad las audiencias. Nos decían ‘cómo no van a contemplar el medio ambiente o el ordenamiento territorial’”, explica González.
La Región Metropolitana también será debatida no solo en la Asamblea de Cundinamarca y en el Concejo de Bogotá, sino que los concejos de los municipios que manifiesten su interés por hacer parte podrán aprobar, o negar, la propuesta.
“Los municipios perderán autonomía”
En línea con lo anterior, el hecho de que la decisión de ingresar dependa de cada municipio, garantiza que estos tengan autonomía. “Depende de cada uno, a diferencia de otras áreas metropolitanas en el mundo, donde la misma ley que la crea, dice cuáles son los municipios que harán parte”.
Uno de los mitos que más ha rodeado la creación de la Región Metropolitana es que los municipios que la conformen perderán autonomía. Al respecto, Araque asegura que “esto es como un matrimonio: cuando uno se casa, hay que ceder cosas para ganar otras. Lo importante acá es el alcance”.
En ese sentido, el también docente universitario da un ejemplo con uno de los temas claves de la Región Metropolitana: “En términos de servicios públicos, cada municipio puede proveer acueducto, pero conectar a un individuo adicional es más costoso que conectar a un individuo a la red del acueducto de Bogotá. Se deben pensar los beneficios entorno a tener cercano el músculo financiero” de la capital.
Adicional a esto, González explica que, gracias a lo planteado en el acto legislativo que creó la Región Metropolitana, todas las decisiones se deben tomar por consenso, y todos los municipios tienen voz y voto. Además, “los municipios siguen decidiendo sobre temas como educación, salud, vías y uso del suelo. Más que quitar autonomía, es asignar unas competencias a escala regional”.
Por último, sobre las dudas de si, con la Región Metropolitana podría significar que Bogotá se “anexione” municipios a su alrededor, como por ejemplo Soacha, ambos coinciden en que esto no será así. E, incluso, Araque va un paso más allá y asegura que esta entidad regional ayudará a evitar que esto pase, por tratarse de un mecanismo que exige concertación y coordinación.
“No está clara la financiación de la Región Metropolitana”
“En términos de financiamiento hay que tener una discusión con todos los alcaldes porque es urgente construir esta región”, asevera Araque. En ese sentido, señala que para un municipio puede ser complejo “financiar obras de intervención que van más allá de su territorio, pero sí nos podemos unir entre todos”.
La secretaria de Integración Regional de Cundinamarca asevera, en ese sentido, que “podremos hacer proyectos regionales que beneficien a varios municipios y la totalidad de los recursos no saldrá necesariamente solo de esos municipios, sino que lo hará de la Región. El municipio, eventualmente, tendrá que aportar unos recursos, pero es más una suma de esfuerzos”.
Además, la ley ya definió cómo será dicha financiación para garantizar que se trate de una entidad administrativa con autonomía presupuestal y financiera. Entre esas fuentes para su funcionamiento se encuentran los recursos que defina el Gobierno Nacional a través del presupuesto general, el Sistema General de Regalías, los recursos que den los municipios y la recaudación de impuestos, entre otros.
“Lo que hemos dicho desde Cundinamarca es que la Región Metropolitana no les puede significar una carga a los municipios, sino, todo lo contrario, un beneficio. Buscamos que la región sirva para hacer inversiones”, concluye González.