Nicolás Vélez: el joven prodigio del para-taekwondo nacional

Con 20 años, ha ganado oros a nivel nacional e internacional y es el número uno en su categoría en Colombia.

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Nicolás Vélez en el Open Internacional de para-taekwondo Santiago (Chile), en 2018, donde ganó medalla de plata. / FOTO: Pedro Bedoya

Aunque Nicolás Vélez es un apasionado por el deporte en general y practica también fútbol y natación, el taekwondo es lo que más lo apasiona. En ese deporte ha participado en varios eventos de competencia regional y nacional, como en el Open Internacional de Para-Taekwondo de Chile, un evento mundial en el que compitió en 2018 y ganó la medalla de plata.

Cuenta él que fue su abuelo, Javier, cuya memoria guarda con especial cariño en su corazón, quien lo introdujo en el mundo de los deportes y a quien le heredó la pasión por lo deportivo, y por la vida misma. Recuerda las tardes en las que luego de salir a montar en bicicleta iban juntos a comer helado en la ciudad.  

“Su abuelo era su ídolo”, menciona Lucy, su madre. Y Nicolás agrega: “Era muy buena persona, siempre se reía, comíamos helado y salíamos por ahí. Era muy buen abuelo”.

Y aunque murió hace ya algunos años, Nicolás dice que lo recuerda en todos sus entrenamientos y competencias, en las que, si bien “termino cansadito, me siento feliz, en armonía, paz y calidad”.  

Hoy Nicolás, junto a un compañero, es el único cinturón negro en Para-Taekwondo que hay en Antioquia, ha ganado múltiples medallas de bronce, plata y oro en diversas competencias a nivel mundial en países como México, Croacia y Argentina, y en el 2018 fue distinguido por la Alcaldía de Envigado como el Deportista Revelación del año por las múltiples victorias que obtuvo.  

El recorrido

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Nicolás Vélez, junto a su entrenador, Pedro Bedoya, el día en que recibió su diploma por parte de la Kukkiwon, que lo avala como cinturón negro. / FOTO: Ana Vélez

Fue gracias a la Corporación Crear Unidos, una institución de formación para el trabajo para personas con discapacidad cognitiva, que, hace ya seis años, Nicolás llegó al deporte. Como una de sus asignaciones escogió el taekwondo.  

Allí, Pedro Bedoya, encargado de dictar la clase y actual entrenador de Nicolás, vio en él un talento especial y un año después lo invitó a iniciar entrenamientos más enfocados en competencia.   

Hoy lleva cinco años entrenando y, cuenta Pedro, “el taekwondo ya hace parte de su vida al igual que hace parte de la mía. No hay día que pase sin que Nicolás me comparta videos de taekwondo por Instagram”. 

Nicolás compite en la técnica de Poomsae. Se trata de una modalidad del taekwondo que no es de combate, sino que consiste en simular ataques y defensas contra uno o múltiples enemigos, ejecutados en un orden particular.  

“Aquí lo difícil es mantener el control del cuerpo, pues se exige que los movimientos se hagan con potencia y control”, dice Pedro. 

Para ello, Nicolás entrena tres veces a la semana con Pedro, en el grupo de selección de para-taekwondo Envigado, además, entrena una vez a la semana con el grupo de Crear Unidos, y ocasionalmente entrena otras dos veces por semana en las noches, y sábado y domingo en la tarde. 

Ha sido esa consistencia y disciplina, sumado a un talento innato, que lo llevó, desde el mismo año en que Pedro lo invitó a entrenar de manera más formal, a competir en su primer campeonato departamental, organizado por la Liga Antioqueña de Taekwondo.  

Desde entonces ha asistido a competencias a nivel local, departamental y nacional, en donde, en ocasiones, ha sido el único deportista en su categoría por la falta de promoción.  

Aun así, en septiembre de 2018 asistió al Abierto de Para-Taekwondo en Chile, donde se enfrentó al campeón mundial del deporte en su categoría, el hondureño Guillermo Erazo. En esa ocasión, Erazo lo derrotó y Nicolás se quedó así con el segundo puesto y la medalla de plata.  

Al año siguiente asistió a otros eventos nacionales donde obtuvo medallas de oro y, más tarde, en el 2020 y 2021 formó parte de eventos en México, Croacia y Argentina que se transmitieron de manera virtual a causa de la pandemia. Allí obtuvo medallas de bronce, en México y Croacia, y de plata, en Argentina

Actualmente, Nicolás es el número uno en su categoría a nivel nacional, “porque es uno de los deportistas más avanzados y aún no hay mucha promoción del para-taekwondo en Colombia. Entonces cuando se enfrenta contra alguien de otro departamento, el nivel de Nicolás es muy superior, porque los demás llevan poco tiempo”, comenta Pedro.  

Independencia, autonomía y disciplina

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A través del taekwondo, Nicolás ha podido fortalecer aspectos de su vida diaria como la autonomía y la disciplina. / FOTO: Pedro Bedoya

Pero mucho más que tratarse de la práctica de un deporte, el taekwondo ha tenido profundos impactos sobre su vida.  

Por un lado, dicen Ana y Lucy, su hermana y su madre respectivamente, que le ha servido para descargar y controlar sus emociones y estar más tranquilo. Además, ambas dicen que ha generado en él un sentido de disciplina sin precedentes, con lo que también coincide Pedro. Eso sí, sin abandonar la alegría que lo caracteriza:  

“Durante las competencias y los entrenamientos él suele preguntar sobre técnicas, se preocupa por sus propios movimientos y me consulta para saber si lo está haciendo bien. También nos reímos y molestamos mucho: él no me puede ver dormir en un bus o en el avión, porque inmediatamente me toma fotos dormido”, cuenta Pedro.  

Además, y con particular importancia, su entrenador recalca el sentido de autonomía y confianza en sí mismo que el deporte, así como los viajes asociados a él, han generado en Nicolás.  

Usualmente, dice Pedro, a las personas con alguna discapacidad cognitiva los llaman ‘seres especiales’ o ‘angelitos’, entre otros términos que no hacen sino profundizar un sentido de dependencia, incapacidad y falta de autonomía que termina por perjudicarlos, pues les impide hacerse a la idea del desarrollo de un proyecto de vida propio.  

En ese sentido, Pedro sostiene que, con los viajes, por ejemplo, Nicolás ha podido desarrollar su autonomía y por extensión un gran empoderamiento. Esto, debido a que no está con su familia, sino con su entrenador, y en un entorno en el que se reconoce, así como las personas con las que convive, como el deportista de alto rendimiento que es.  

Eso mismo dice su hermana: «Cuando va a sus competencias se siente muy independiente, nunca lo acompañamos a ninguna, porque no le gusta. Prefiere ir con el entrenador, y que sea su plan, su viaje, su competencia y sentir que puede ser independiente y que no necesita a alguien que esté detrás».

Además, el taekwondo es, como lo son en general las artes marciales de oriente, una disciplina que tiene un profundo trasfondo filosófico. Específicamente, y según la Universidad de Los Andes, el de este deporte se basa en cinco principios fundamentales: cortesía, integridad, perseverancia, autocontrol y espíritu indomable.  

Son dichos principios, precisamente, los que Pedro se ha encargado de cultivar en Nicolás a través del deporte: “Yo le recalco que un cinturón negro de taekwondo debe ser una persona humilde, que le ayuda a los demás, que es respetuoso con sus compañeros de estudio, de trabajo y con sus familiares. Esa es la responsabilidad que él debió adquirir al momento de elegir ser un cinturón negro”.  

Con todo eso, Nicolás espera participar este año en los Virtus Americas Games, que se llevaran a cabo del 18 al 23 de septiembre en Sao Paulo, Brasil, y son organizados por la Federación Internacional de Atletas con Discapacidad Intelectual.  

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