En un inicio, la Región Metropolitana de Bogotá y Cundinamarca (RMBC) atenderá siete temas: movilidad, servicios públicos, seguridad ciudadana, desarrollo económico, seguridad alimentaria, ordenamiento territorial y medio ambiente.
«Los siete temas que definimos para la Región Metropolitana de Bogotá y Cundinamarca tienen un sustento técnico, pero sobre todo salieron de lo que ha dicho la comunidad”. De esta manera, Patricia González Ávila, secretaria de Integración Regional de Cundinamarca, explica cómo se definieron las que serán las prioridades, al menos en un comienzo de esta nueva entidad territorial, cuya aprobación final se dio a comienzos de 2022.
Cuando habla de los temas que importan para la comunidad, señala González, se refiere a la información que se recogió desde la Gobernación de Cundinamarca en 78 audiencias que se realizaron en todo el departamento para conocer los puntos de vista de las personas. Había unos temas que resultaban “obvios”, como el de movilidad. Pero otros, como seguridad ciudadana, aparecieron a medida que se daba la discusión.
A la larga, y tras meses de análisis al respecto, además de los dos mencionados, se definieron otros cinco temas que guiarán el trabajo de la Región Metropolitana de Bogotá y Cundinamarca, al menos en un comienzo: servicios públicos, desarrollo económico, seguridad alimentaria, ordenamiento territorial y medio ambiente.
Movilidad
Carlos Felipe Pardo, fundador de sabidurAI, explica sobre movilidad que en Cundinamarca, por las dinámicas propias del departamento «hay un cambio constante de municipio y, existiendo esa movilidad más allá de la ciudad, hace necesario que se piense como un tema de región».
Según cifras oficiales, a diario se realizan 6,2 millones de viajes entre Bogotá y los 18 municipios más cercanos. Eso hace que, a juicio de Pardo, además de hablar de obras de infraestructura que faciliten esa movilidad, los municipios que harán parte de la Región Metropolitana de Bogotá y Cundinamarca, deben “ordenarse, dialogar, charlar. Es una cuestión más de gestión y operación”.
Un trabajo conjunto, que según Pardo, se debe evidenciar en asuntos concretos como la coordinación del transporte de bienes y mercancías, la reducción de la accidentalidad y el uso de la bicicleta como medio de transporte, pero también desde su uso para la recreación y el deporte.
Servicios Públicos
Con la Región Metropolitana de Bogotá y Cundinamarca, explica González, la apuesta es que temas claves se piensen de manera regional y no tanto local. Esa apuesta se ve reflejada en asuntos como el de la prestación de servicios públicos. En este aspecto se trata, sobre todo, de institucionalizar algunas discusiones para que haya mayor pragmatismo.
Lo anterior lo aterriza la secretaria al hablar de la prestación del servicio de agua. En ese sentido, explica que la capital colombiana, a través de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), le vende agua en bloque –es decir, determinados metros cúbicos de agua– a 12 municipios y, en otros dos, opera este servicio.
La meta es que si, en algún momento, un municipio que hace parte de la Región Metropolitana, por ejemplo, necesita adquirir agua, por eventualidades como crecimiento territorial o por el desarrollo de una actividad, esta entidad servirá como “un espacio formal, institucional, que no dependerá solo de la decisión que se tome desde la Alcaldía de Bogotá, sino que será un tema que trabajaremos a escala regional”.
Seguridad ciudadana
“La seguridad en toda su dimensión, ciudadana y humana, es fundamental en la Región Metropolitana, porque la criminalidad no conoce límites geográficos”, comienza Andrés Nieto, docente de la Universidad Central y experto en seguridad, para explicar por qué este tema debe hacer parte de esta entidad territorial. Así, señala que no hay criminales que solo operen en Bogotá, sino que pueden trasladarse, por ejemplo, entre esta ciudad y Soacha.
“Es fundamental que el sistema de atención en seguridad, convivencia y justicia abarque toda la región, que se puedan optimizar recursos y garantizar la cobertura”, afirma. Esa cobertura, agrega, no se trata solo de, por ejemplo, Centros de Atención Inmediata (CAI) o estaciones de Policía o patrullas, sino de otros elementos como comisarías de familia, inspecciones de Policía, casas de convivencia o justicia y casas de la mujer.
Esa integración regional, a juicio de Nieto, permitirá “cinco cosas fundamentales”: la creación de espacios de concertación (a través de consejos de seguridad regionales), coordinación para las inversiones, optimización y unificación de la tecnología, generación de estrategias de prevención y atención, y garantizar la seguridad a las personas que se desplazan entre municipios.
Desarrollo económico
Al hablar del desarrollo económico, la secretaria Patricia González señala que debe haber una estrategia para que este sea una realidad. En ese sentido, asegura que, hasta el momento, en Cundinamarca, la región más productiva del país, ese desarrollo se ha dado “de manera espontánea”. Y eso es, justamente, lo que la existencia de la Región Metropolitana.
“Hemos crecido, pero eso ha sido por inercia. Entonces tenemos la región para no actuar así, sino con decisiones tomadas conscientemente. Que decidamos qué es lo importante para los municipios, porque aquí lo importante es que todos estén en igualdad de condiciones entre ellos y con Bogotá”, asegura.
Esa toma de decisiones consciente llega a temas, hablando de desarrollo económico, como el turismo. Con la Región Metropolitana una de las metas en este aspecto, por ejemplo, es el desarrollo de rutas que estén asociadas al patrimonio cultural, arquitectónico o arqueológico de los municipios cundimarqueses.
Seguridad alimentaria
Actualmente, Cundinamarca abastece el 45 % de la comida que se consume en Bogotá y, a su vez, Bogotá es el principal comprador de los alimentos de los municipios de Cundinamarca. Esa relación de doble vía es la que convierte a la seguridad alimentaria en uno de los ejes de la conformación de la Región Metropolitana.
César Carrillo, gerente de la Agencia de Comercialización e Innovación para el Desarrollo de Cundinamarca, señala que en cuanto a seguridad alimentaria, a Bogotá “le debe interesar dónde se siembra, cómo se siembra, cómo llega, cuáles son los intermediarios”, mientras que al departamento le debe interesar porque “su economía depende de que le paguen bien a los campesinos”.
Carrillo resalta que, a pesar de que la Región Metropolitana apenas está en camino a funcionar, en cuanto a la seguridad alimentaria recientemente se ha dado una coordinación entre Bogotá y Cundinamarca, a través del llamado Convenio de Choachí, que ha permitido que “se solucionen inconsistencias en los sistemas de abastecimiento, como los intermediarios que agregan costo a los alimentos, pero no valor”.
Ordenamiento territorial
La coordinación de la que parte la Región Metropolitana, señala la secretaria de Integración Regional de Cundinamarca, parte, entre otras, de que los temas que se trabajen sean desde una escala que vaya más allá de cada municipio, y que se fijen unas directrices que guíen las tomas de decisiones.
Una forma de entenderlo es con la construcción de vías que vayan de un municipio a otro, para que exista una coordinación entre ambas entidades territoriales para el desarrollo de este tipo de obras. “Necesitamos ordenar el territorio conjunto. Entonces la región dará unos lineamientos para que lo tengan en cuenta los municipios”, explica González.
En ese sentido, y porque la autonomía es uno de los principios de la Región, el objetivo es que dichas directrices no sean impuestas, sino que se discutan en el Consejo Regional –en el que tendrán asiento la Gobernación de Cundinamarca y las alcaldías de todos los municipios de la Región, incluyendo a Bogotá– con la intención de que, así, surja un plan estratégico al respecto.
Medio ambiente
La protección del medio ambiente es un tema que se ha posicionado en la agenda pública en los últimos años, y la Región Metropolitana de Bogotá y Cundinamarca no está exenta de preocuparse por este tema. Sobre todo, teniendo en cuenta que en este departamento hay cuatro páramos: Sumapaz, Chingaza, Rabanal-Río Bogotá y Guerrero.
En temas como la protección de este ecosistema, único en el mundo, González asegura que se requiere de una mirada completa y que reúna esfuerzos. También ocurre, por ejemplo, con la descontaminación del río Bogotá: “no la puede asumir un solo municipio, porque hay 47 que están en la cuenca”.
Se requiere, entonces, de una visión regional que considere que se está en “un territorio común” y, que, a pesar del respeto por la autonomía de cada municipio, se entienda que se está en una estructura ecológica que debe ser atendida desde una escala regional.