Desconocer al Vichada es no saber que ese departamento y su capital, Puerto Carreño, doctor Hernández, hoy son observadas no solo por el país y la región sino por el mundo, como una vital despensa agrícola.
Uno de los principios naturales de este proyecto editorial que hoy galopa en Caracol y W era el de no mezclar política con esta aventura periodística. En otras palabras, alejarnos de ese mundo impreciso, oscuro, desleal e invasor de algunas mujeres y hombres, no todos, que buscan gobernarnos.
Pero no pude. No lo logré, dando mal ejemplo a otros columnistas que pronto llegarán a estas páginas y a quienes sugerimos, para bien de tantos, no hablar de política. Que pereza.
Pero bastó con oír recientemente el frágil y al mismo tiempo ridículo conocimiento de Rodolfo Hernández, ex alcalde Bucaramanga y hoy candidato a la presidencia de Colombia, para romper las reglas.
Pero no hablaré mucho de él. Sería aumentar su ego desde lo bajo o lo alto, ya no sé, de lo que representa que un posible mandatario de Colombia, háganme el favor, no supiera nada de Vichada, cuál es su capital, dónde está, qué pasa por esos lados, quienes viven allí.
Hernández cree que ser grosero es una virtud. Es un hombre recurrentemente violento, siento que a propósito, con el fin de desmoronar con paradigmas y buscar nuevas maneras de hacer política. Posiblemente efectiva su actitud, sí, cuestionable, también.
Pero lo que sí no conocía era no solo su mala geografía sino su ingenuidad para querer ser presidente sin conocer, aún por internet, a Colombia.
Porque desconocer al Vichada es no saber que ese departamento y su capital, Puerto Carreño, doctor Hernández, hoy son observadas no solo por el país y la región sino por el mundo, como una vital despensa agrícola y un universo ambiental y ecológico de proporciones monumentales.
Una tierra viva que necesita, claro, más atención y un cuidado particular en temas de desarrollo, seguridad e insisto, clave, medio ambiente.
Y Colombia Visible, precisamente, lo que busca defender es ese país que avanza lejos de las grandes ciudades, que sale adelante, que da ejemplo, que se fortalece, que gana batallas y espacios y que desafortunadamente muchos colombianos, incluyéndolo a usted, no conocen.
El Vichada es una muy bella tierra con un futuro cargado de muchas posibilidades. Lo tiene todo y lo necesita todo. Y en ese sentido, desde esta orilla editorial estamos decididos a visibilizar lo bueno, lo importante que transita por esa parte de la Orinoquía, tan legendaria y tan distante, sin que esto sea una disculpa para olvidarla o, lo que es mucho peor, desconocerla.