Una lista de los mejores lugares para conocer la salsa caleña, que este año se convirtió en Patrimonio Cultural Inmaterial del país.
Se dice que Cali es la capital mundial de la salsa y con ímpetu los caleños hacen respetar ese dicho en la pisa de baile o poniendo en el tocadiscos los mejores clásicos de este género musical.
Esta mezcla de ritmos afrocaribeños surgió en Nueva York en los años 60, pero creció en la ciudad desde mediados del siglo XX con la migración de ritmos cubanos que cruzaron el caribe hasta llegar al Valle del Cauca.
Es por eso que a través de la redacción de Colombia Visible hicimos un listado de lugares icónicos de la salsa que tiene que visitar cuando pase por Cali.
1. Museo de la Salsa en el barrio Obrero
Ubicado en el reconocido Barrio Obrero, en la Carrera 11B #24-44, se encuentra el icónico Museo de la Salsa, que alberga la memoria histórica del movimiento salsero de toda la ciudad.
Por el museo han pasado más de 200 músicos nacionales y extranjeros, entre las que se encuentran figuras de la salsa como Andy Montañez y Gilberto Santarrosa.
En las paredes de los pasillos se pueden apreciar más de 800 fotografías, que retratan la evolución de la salsa en Cali. Estas fueron tomas por Carlos Molina, fundador del museo.
En el lugar también se pueden encontrar discos, instrumentos, souvenirs y hasta corbatas.
Entre los objetos de su colección que obtuvieron más recientemente se encuentra el vestido de Celia Cruz, donado por Omar Pardillo, quien fue representante de la artista.
Este Museo de la Salsa es el más antiguo de Latinoamérica y se estima que también del mundo, dado que cuenta con una historia de 53 años narrando lo que ha sido el movimiento salsero en la capital valluna y en general.
Actualmente Carlos Molina Jr., hijo del ‘fotógrafo de la salsa’, es el director del museo, el cual abre de lunes a sábado de 2:00 a 7:00 p.m. y los domingos de 1:00 a 4:00 p.m.
2. La Topa Tolondra en la calle 5a
La Topa Tolondra abrió sus puertas en 2011, inicialmente como un pequeño bar. Desde entonces y, con el tiempo, se fue consolidando entre los amantes de la salsa como uno de los lugares ideales para la rumba caleña.
El nombre de la salsoteca, ‘topa tolondra’, lo escogieron los fundadores con base en un dicho que tenían los abuelos, con el que se referían a “algo que se hace a las carreras”, ya que el lugar también surgió de forma improvisad, con una mesa, y una nevera.
Enmarcado por la mítica calle 5, sobre la que canta el Grupo Niche en su canción Cali Ají, La Topa Tolondra reúne a largo del año a nacionales y extranjeros alrededor del baile.
En La Topa, como también se le conoce, suenan ritmos afrolatinos como el bugalú, la pachanga, el bolero, entre muchos otros.
También cuentan con una librería musical con artistas como Los Hermanos Lebrón, Ángel Canales, la Sonora Ponceña, Frankie Dante y la Flamboyan.
3. Mala Maña
Mala Maña Salsa Bar, ubicada en un sótano de la carrera 4 # 9-59, a pocos metros de la Plaza de Caycedo, se ha convertido en otro de los templos de la salsa en Cali.
Este sitio, tal como lo indica su fundador, ha buscado recuperar el centro de Cali a son de guaguancó, bugalú,
pachanga y son montuno, para convertirlo nuevamente en un espacio cultural .
4. La calle del sabor
Cada viernes y sábado en la noche el son del güiro y las palmas se hace sentir en la carrera 3ra con calle 10, en pleno centro de Cali, donde se realiza una verbena popular en la llamada ‘Calle del Sabor’.
Desde hace más de cinco años más de 300 personas llegan al sitio a bailar y tocar instrumentos musicales.
Aunque todo surgió como una idea de amigos en la calle novena, entre carreras 3 y 4, con el pasar de las semanas se corrió a la calle 10 y se convirtió en una esquina que resalta el sabor caleño.
5. El Chorrito Antillano
En el barrio Obrero de Cali, en la Calle 23 #9-1, se encuentra la viejoteca de El Chorrito Antillano, espacio que abre los viernes, sábados, domingos y lunes, y cuenta con asistentes frecuentes que, de tanto ir, ya se conocen entre ellos.
El día más concurrido en El Chorrito Antillano son los ‘lunes de zapatero’, una tradición que comenzó hace años gracias a los zapateros que, los días lunes (su día de descanso) iban al Chorrito Antillano a relajarse al ritmo de las melodías de Willie Colón, el Grupo Niche, Guayacán Orquesta, La Sonora Matancera y más.
Los bailarines que llegan a El Chorrito Antillano son tan expertos en su labor, que es igualmente agradable ir y quedarse sentado, para ver bailar a los asistentes.
6. Zaperoco
En 1993 un trío de amigos amantes de la salsa decidió inaugurar en la esquina de la Av. 5 Nte. #16-46 una salsoteca llamada Zaperoco.
Años después y por motivos personales, los amigos decidieron ceder el lugar a la familia Levy Cote, que desde entonces se ha encargado de convertir a Zaperoco en un templo de la salsa, un bastión de lo viejo y lo moderno.
Este espacio también se ha procurado convertirse en una plataforma para las nuevas bandas de salsa Cali, por lo que en su tarima han llegado a tener a grupos como Herencia de Timbiquí en sus inicios y Son 21.
En su agenda de eventos resaltan los jueves de Descargas Zaperoco, creada por los dueños junto a Umberto Valverde, cliente fiel del lugar. En estas se realizan grandes reuniones de músicos, con directores rotativos, entre ellos los músicos José Aguirre, Carlos Gálvez o Juanito.
7. La Casa Latina
El padre de Gary Domínguez, actual director del La Casa Latina, siempre fue un gran coleccionista de discos de salsa.
Este gusto fue heredado por su hijo, quien a lo largo de los años continúo con la búsqueda de discos insólitos de la salsa y fue aumentando de a pocos una colección que hoy se encuentra expuesta en las paredes de La Casa Latina.
Aunque el lugar está posicionado como un museo familiar, su público principal son los melómanos.
Tanto así que desde hace más de veinte años el lugar ha sido uno de los principales actores en el Encuentro de Melómanos y Coleccionistas que se vive anualmente en la Feria de Cali.
La Casa Latina ubicada en la calle 7 #27-38, está pensada como un espacio donde se viene a disfrutar de la música desde la escucha y no necesariamente bailando.
Entre los asistentes hablan sobre quién es el cantante de la pieza, qué tal son los solos, cuáles son los compositores, para que las demás personas (salseros o no) puedan acercarse a la historia de cada canción.
8. La Nelly Teka
La viejoteca La Nelly Teka, ubicada en el barrio Obrero en la carrera 10 #20-69, lleva varias décadas buscando que la salsa de antaño no muera.
En sus parlantes siempre suenan boleros de Bienvenido Granda, uno de los más queridos del lugar, o las canciones poco conocidas del Grupo Niche, La Sonora Ponceña, La Sonora Matancera y El Gran Combo.
También se pueden escuchar pasodobles, canciones de Daniel Santos, pachanga, charanga, guaguancó, entre otros sonidos típicos de la vieja guardia.
La música es tocada en tornamesa, con discos de pasta de larga duración a 33 revoluciones, con aguja de diamante y dos discómanos a bordo.
La pared del lugar está llena de fotos y afiches de salseros, boleristas y uno que otro de alguna legendaria banda de rock.
Lo más sorprendente del lugar, además de los diestros bailarines que llegan allá, es que la dueña, Nelly, nunca en la vida ha bailado ni se ha tomado un trago.
No obstante, es ella quien le ha dado identidad a la salsa caleña desde 1985, cuando montó su primer negocio en un cuarto de la casa de su hermana con una grabadora.
9. Siboney de la vieja guardia
Entre las décadas de los 70 y los 80, diferentes salsotecas de Cali elaboraron una agenda para escuchar la salsa de Nueva York.
El lunes era de Honka Monka, el martes de Siboney, el miércoles de Melodías del Caribe y el jueves de Village Gam.
De aquellos cuatro lugares emblemáticos de la ciudad, Siboney es el único que sigue en pie.
Fundado en 1981 por Darío Muñoz en la Avenida 3ª norte, la salsoteca fue trasladada a Menga y por último al Parque de Alameda, donde se encuentra actualmente, haciendo que la zona sea considerada como un punto clave para los salseros.
Siboney ha conservado con los años el carácter de la gran discoteca y ha convertido la salsa de Pacheco, Willie Rosario, la Mulense, la Perfecta y de los grandes solistas, en símbolos de un pasado que encuentra, en los días martes, un lugar para resistirse a desaparecer.