Estas cinco cascadas y pozos naturales, escondidas en el Caribe colombiano, son destinos alternativos para quienes quieren cambiar de escenario y conocer lugares distintos en la región.
A la hora de buscar reservas naturales para hacer turismo en el Caribe, una de las opciones más famosas es el Parque Nacional Natural Tayrona, ubicado en Magdalena, cerca de Santa Marta. Sin embargo, existen varios destinos en otros departamentos de Colombia que también se prestan para tardes de paseo familiar o de desconexión de las grandes ciudades. Suelen ser más accesibles en cuanto a precios y distancia, y tienen menos afluencia de gente.
1) Montes de Oca (Carraipía, La Guajira)
Aunque La Guajira sea famosa por otros destinos como Cabo de la Vela y las playas de Palomino, la reserva natural Montes de Oca es un tesoro escondido dentro del departamento que pocos conocen pese a su importante atractivo natural: según la Corporación Autónoma Regional de La Guajira (Corpoguajira), este lugar alberga 200 especies de plantas, 177 especies de aves y 13 cascadas de agua cristalina alimentadas por el Río Jordan.
Limita con la Serranía de Perijá y está ubicado en el corregimiento de Carraipía, entre los municipios de Maicao y Albania. Para llegar al lugar, desde Barranquilla, son aproximadamente siete horas por carretera. Montes de Oca es considerado por muchos un oasis rodeado por más de 14.000 kilómetros de bosque seco.
2) Los Charcones de Piojó (Atlántico)
El municipio de Piojó tiene 486 años y unos 7.000 habitantes entre el casco urbano y el rural. La zona es conocida por su Reserva Natural Los Charcones y, además, por ser el municipio con la ubicación más alta del Atlántico, a unos 533 metros sobre el nivel del mar, altura que permite amaneceres con mucha neblina y temperaturas bajas en algunas épocas del año.
Ubicados a aproximadamente 46 kilómetros de Barranquilla, rodeados de muchas bongas y bosque seco tropical, se hallan los cuatro famosos charcones de Piojó, unos pozos naturales de agua cristalina que alcanzan hasta siete metros de profundidad. Son reconocidos dentro de la región por ser parte de la primera reserva natural de sociedad civil declarada por Parque Nacionales Naturales de Colombia en Atlántico.
Según guías turísticos, la mejor temporada para asistir es entre noviembre y marzo, cuando las precipitaciones no han revuelto sedimento y el verano no ha provocado que disminuyan los niveles de agua.
3) Salto del Sereno (Sucre)
Para llegar al Salto del Sereno, quienes no tienen carro, deben llegar a la terminal de Sincelejo, desde donde se toma un bus hasta Colosó, municipio famoso por mantener edificaciones en madera ubicadas en la plaza central. Una vez en la plaza, será necesario realizar una segunda parada para solicitar el servicio de moto-taxi hasta llegar al destino. Se puede llegar a la cascada caminando, pero será necesario caminar aproximadamente dos horas.
La cascada tiene una altura de 20 metros y cae para formar un cuerpo de agua cristalina. Uno de los atractivos que más resaltan del lugar es el efecto que se forma en la piscina cuando el Sol está en el cénit y la luz pasa entre los árboles que rodean la cascada; pues, una vez dentro, da la sensación de de que el agua es luminiscente.
Su formación rocosa alrededor, además, es similar a la que se haya en otras cascadas más conocidas como la Cascada de Marinka, en Minca.
4) Chorro de San Luis (Tubará, Atlántico)
Tubará es uno de los municipios más recomendados del Atlántico para hacer ecoturismo, por la gran cantidad de bosque seco tropical que posee. San Luis así lo demuestra.
Ubicada a aproximadamente 40 minutos de Barranquilla, la piscina natural del Corral de San Luis no solo asombra por el tamaño de la formación rocosa a su alrededor, sino también por la cantidad de especies que se pueden ver en el lugar como, por ejemplo, el mono cotudo o aullador. Además, cerca a El Chorro los visitantes pueden observar tesoros arqueológicos del Atlántico como un antiguo cementerio indígena.
En la parte posterior de la cascada hay estalagmitas generadas por la solidificación de los minerales del agua que ha goteado sobre las piedras durante cientos de años.
Para llegar al Chorro de San Luis es necesario caminar alrededor de tres horas y, por lo general, campamentos aledaños a la zona suelen ofrecer rutas de senderismo, que incluyen almuerzo, refrigerio, hidratación y el acompañamiento de un guía.
5) Piscina Cerro Murillo (Cesar)
Cuando se piensa en turismo dentro de Cesar, los monumentos alusivos al vallenato y el río Guatapurí, en Valledupar, suelen ser dos de los destinos más comunes que llegan a la mente. No obstante, para los habitantes de la zona la Piscina Murillo es uno de los sitios turísticos más conocidos.
Para llegar allí es necesario salir desde Valledupar por la vía Río Seco, y conducir durante aproximadamente 12 kilómetros.
Su acceso no es tan sencillo debido a que existen fincas que se hayan en el recorrido. A ellas se les debe solicitar permiso para avanzar. Una vez se llega al lugar, los visitantes pueden admirar la piscina rodeada de grandes piedras blancas.
La tonalidad del agua es azul oscuro dada la profundidad del pozo que, además, se encuentra suspendido en una pendiente, por lo que da la impresión de estar levitando sobre el paisaje.