El conservacionista e ilustrador irlandés Miles McCullan, autor de la Guía de Aves de Colombia, le contó a Colombia Visible cuáles son las especies que más lo han fascinado desde su llegada al país, hace más de una década.
El escritor, naturista e ilustrador Miles McMullan es autor de varias de las guías más completas sobre las especies de aves en el país. Además, su obra más importante Guía de Campo de las Aves de Colombia estuvo dentro de los libros que más ejemplares vendió durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) en 2018.
La calidad de su trabajo es reconocida por la comunidad pajarera de todo el mundo, pues ha logrado dibujar (luego de salidas de campo continuas durante casi dos años) 1.984 especies de aves en Colombia, un país que se le reveló como el destino ideal para el aviturismo.
El autor de 13 guías pajareras, quien también ha desarrollado ilustraciones sobre las aves de Ecuador e Islas Galápagos con la editorial McCullan Birding, le contó a Colombia Visible cuáles son las aves colombianas que más han despertado su curiosidad e inspirado su trabajo.
1) Colibrí barbudito (oxypogon guerinii)
El colibrí barbudito tiene tres especies endémicas en Colombia; pero el más famoso es el barbudito del Nevado del Ruíz, en Tolima. En la época de lluvia se le puede observar en los frailejones para aprovechar el néctar y las larvas que allí se producen.
Una de las características que lo hacen más especial es que solo se puede ver en dos o tres páramos y volcanes en el centro del país. McMullan manifiesta que le gusta, porque «es de los pocos colibríes cuyo color no es verde, sino tonalidades más oscuras como café y negro».
Su tamaño promedio es 11,8cm de longitud. Su mayor atractivo radica en la cresta que sobresale de su cabeza y en su barba de colores.
2) Tángara multicolor (chlorochrysa nitidissima)
La tángara multicolor es un ave endémica de Colombia y se puede avistar, especialmente, en el valle del río Cauca y del río Magdalena, aunque también puede llegar a aparecer en las vertientes del Pacífico.
Miles lo considera hermoso, porque «es uno de los pájaros más coloridos de Colombia, con alrededor de ocho colores». Los colores de la hembra, como también pasa en muchas especies de ave, suelen ser más opacos que en el macho
3) Compás (semnornis ramphastinus)
También conocido como tucán cabezón, el ilustrador inglés explica que el compás se puede encontrar con más facilidad en la vía antigua de Cali a Buenaventura, en los bosques húmedos.
Es endémica de las vertientes del Pacifico de Ecuador y Colombia y, normalmente, vive en grupo reducidos con un comportamiento territorial muy marcado. Esta ave se distingue, también, por sus múltiples colores y por su pico robusto.
4) Cotorra aliazul (hapalopsittaca fuertes)
La cotorra aliazul es un loro endémico de Colombia que solo se encuentra en la cordillera Central y es uno de los que vive a mayor altura. “Yo lo vi por primera vez en 2010. Estábamos a 3.600 metros sobre el nivel del mar”, comenta Miles, quien recuerda la experiencia con entusiasmo y un poco de amargura; pues, como vive en los páramos donde usualmente se presentan problemas de tala, la especie está amenazada al no poder conseguir frutas que comer.
Además, en esos mismo árboles la hembra suele poner los huevos que encuba durante 25 a 27 días.
5) El saltarín relámpago (machaeropterus deliciosus)
Miles menciona que el saltarín relámpago es un pájaro de las vertientes del Pacífico y que hace parte de la familia de los saltarines, cuyos miembros se caracterizan por ser pequeños y coloridos.
“Esta especie me gusta porque tiene un estilo de vida muy interesante. Los machos hacen un baile para atraer a las hembras, pero la mayoría nunca consigue una. Los machos alfa pueden tener como 20 o 30 hembras, y se mueren prácticamente de agotamiento al tratar de defenderlas a todas”, comenta el ilustrador.
Una de las particularidades que más resaltan de esta especie es el sonido mecánico que hacen con la punta de sus alas.
6) Paujil pico azul (crax alberti)
El paujil pico azul no puede avistarse en ningún otro país del mundo y se localiza desde el valle del río Magdalena hasta la cuenca baja y media del mismo.
Es una especie que requiere de grandes cantidades de bosque para sobrevivir y, a diferencia de las demás de la lista, su tamaño es mucho mayor: puede llegar a alcanzar los 92 centímetros de altura.
La caracterizan sus patas largas y el dedo posterior muy desarrollado, algo propio de la familia de crácidos (aves gregarias galliformes) a la cual pertenece junto con otras especies como las guacharacas y las pavas.
Esta especie se encuentra en grave peligro de extinción debido a la destrucción que sufre su hábitat, por la construcción de carreteras, la caza ilegal y la ampliación de la frontera agrícola, entre otros factores.