En Viotá, víctimas y firmantes del Acuerdo de paz se unieron para apostarle a la reconciliación. Su primer proyecto: un recorrido turístico que ya fue reconocido por la Anato.
Viotá, Cundinamarca, es un municipio que tomó las riendas de su historia y se convirtió en un laboratorio de paz. Entre víctimas del conflicto y personas en proceso de reincorporación construyeron un proyecto llamado Asotourhepaz, justo en territorios que, a finales del siglo XX y principios del siglo XXI, sufrieron los estragos del conflicto armado bajo el control de Las Farc.
Esta es su historia.
De la guerra al agroturismo
El Cardenal, un sendero ubicado en la vereda del Alto Ceylán a 14 kilómetros del casco urbano de Viotá, es un camino que se cruza para conocer la fauna, la flora y la historia de Viotá.
Antes era un corredor que principalmente conocían los entonces militantes de Las Farc. Para ellos, era una ruta segura que conectaba a Viotá con Silvania y a lo largo del camino se encontraban varios campamentos de la exguerrilla.
La apuesta por resignificar El Cardenal vino de una idea mucho más grande: crear Asotourhepaz, una asociación de víctimas, firmantes del Acuerdo de paz con las Farc y otros habitantes del municipio que decidieron apostarle a promover el turismo local.
En ese momento, la idea parecía descabellada: «Que en Viotá son comunistas, que es peligroso. La gente decía que era loco pensar que acá podíamos hacer turismo; pero decidimos hacerlo y a nuestra manera, como campesinos», cuenta Luis Castillo, uno de los pioneros de esta idea.
Por eso, consolidar el proyecto no fue fácil.
Hacia la reconciliación
Luis Enrique Castillo es un hombre de 43 años que nació y creció en Viotá. A los 17 entró a las Farc, hasta que a los 24 fue a la cárcel. Allí permaneció durante seis años.
Cuando los diálogos de paz entre dicha guerrilla y el Gobierno colombiano concluyeron, inició su proceso de reincorporación en un campamento de Icononzo, Tolima. Y aunque vivió y militó la mayor parte de su vida en Viotá, cuando decidió regresar al municipio casi nadie lo recordaba.
El inicio de la reincorporación fue difícil. En Viotá viven muchas familias que fueron víctimas de las Farc, y cambiar la percepción que tenía la comunidad sobre los firmantes del Acuerdo tomaría tiempo.
La idea de promover el agroturismo en Viotá nació a principios del 2019. Luis Castillo, junto con otros compañeros suyos como José del Carmen Viracacha lideraron la conformación del comité de trabajo que puso en marcha el proyecto.
La gente se resistió al principio: si los firmantes organizaban un espacio público para conversar, las demás personas no asistían. Así fue hasta que pudieron dialogar con el entonces alcalde del municipio, Jorge Cante.
Como Cante fue víctima de Las Farc, los diálogos entre él y las personas en proceso de reincorporación hicieron que más viotunos estuvieran abiertos a escuchar el proyecto. Luego los 12 miembros iniciales de la asociación se convirtieron en 40, incluyendo víctimas, reincorporados y otras personas.
El sendero de paz
A pesar de que la pandemia pausó los planes de Asotourhepaz, durante 2020 los viotunos se prepararon con la ayuda de la Agencia Colombiana para la Reintegración y Normalización (ARN) para aprender sobre agroturismo.
El sendero El Cardenal es un camino semiempinado, dividido en cuatro etapas, y en cada una de ellas los visitantes aprenden distintas cosas sobre la historia del municipio y sobre paz.
La primera estación está dedicada a los Panches, la comunidad indígena que habitaba la zona de Viotá antes de la conquista española. En la segunda estación los visitantes pueden escuchar sobre la historia de la fundación de Viotá a finales de los años de 1700.
En este lugar los visitantes pueden plantar un árbol en un vivero que la asociación adecuó y también pueden degustar la cancharina, un tipo de pan frito que solían comer en las filas de Las Farc.
La tercera estación está diseñada para que los visitantes escuchen la historia de las luchas agrarias, de la resistencia campesina, de la tradición cafetera en el municipio y de las ideas comunistas en Viotá.
La parada final es un mirador. En este punto, los visitantes encontrarán una vista de la cordillera central, en la que se observan los nevados de Santa Isabel y los pueblos que rodean al municipio.
Pero sobre todo, el mirador es el punto en donde los visitantes junto con los viotunos hablan de postconflicto: en esta parada, Asotourhepaz abre un espacio en el que invita a los visitantes a que hagan reflexiones sobre el proceso de paz y retroalimenten el trabajo de la asociación.
Al regreso del recorrido, la asociación ofrece gallina criolla o cerdo a la plancha como platos principales, preparados con productos locales.
Durante todo el camino pueden avistarse musgos, árboles gigantes, cuencas hídricas, humedales, nacederos e incluso los proyectos de reforestación que la comunidad ha desarrollado.
En junio de 2021 Asotourhepaz participó en la vitrina turística de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo. Allí, fueron reconocidos como un “referente empresarial del sector turismo por su fortaleza, liderazgo, perseverancia y trabajo conjunto”.
Para Luis Enrique, “lo más lindo de este proyecto es que ha mostrado nuestra fuerza de voluntad. (…) A nosotros, los firmantes del Acuerdo, nos llegó primero el fusil que el balón de fútbol. Queremos que eso nunca le pase a la siguiente generación de Viotá. La paz empezamos a construirla todos juntos desde los territorios, y de eso se trata Asotourhepaz”.