A través de la ruta turística Un café para la paz, víctimas y excombatientes se unen para realizar un recorrido de memoria histórica que, a la vez, reconoce la tradición cafetera de la región.
Con 5.800 hectáreas de cultivo de café, divididas en 3.509 fincas y 3.121 caficultores Algeciras se posiciona como un destino turístico que visibiliza la producción del grano y su historia en cada una de sus etapas. Historia que también narra las memorias de víctimas y excombatientes a través de estaciones orales que cuentan los sucesos violentos que ocurrieron en el municipio.
Con diferentes paradas que incluyen la iglesia principal, edificaciones antiguas y fincas cafeteras agro turísticas como La Perla y Miraflores, 15 emprendedores algecireños se unieron para formar un recorrido de memoria histórica del conflicto a través del papel de los caficultores y la siembra de este grano llamado ‘Un café para la paz’.
De los emprendedores que trabajan alrededor de esta ruta turística, siete pertenecieron a grupos insurgentes.
Según María Fernanda Lamilla, miembro de la ruta ‘Un café para la paz’, “esta iniciativa surge para recordar lo que se vivió en el conflicto armado. Es una medida también para luchar por la no repetición de estos hechos”.
Una ruta de turismo oral
Desde el 5 de diciembre del 2020 la ruta ‘Un café para la paz’ inicia en el parque principal con la visita de la Casa Yunda, la última edificación de bareque del municipio, sobreviviente a tres tomas guerrilleras. En esta, Martha Yunda, víctima del conflicto armado, “narra sus memorias de las tomas guerrilleras que ocurrieron en Algeciras con datos que nos dan contexto sobre el conflicto armado”, aclara María Fernanda.
Se continúa a la parroquia principal para ver la proyección de video de transmutación (restauraciones y cambios que vivió la iglesia tras las confrontaciones armadas) para después ingresar a las fincas La perla y Miraflores.
Tal como lo comenta María Fernanda, “en estos espacios cafeteros se puede ver el proceso del cultivo del grano, la cosecha, recolecta y el secado, mientras vamos conociendo la historia de estas familias que de generación en generación vivieron la bonanza cafetera y sobrellevaron el conflicto con este grano para culminar con una cata del café del Huila”.
Finalizando, se realiza una visita a la base de la Campaña Colombiana Contra Minas, asociación sin ánimo de lucro que ha estado en el proceso de desminado del municipio y cuenta con la participación de soldados víctimas de minas y excombatientes.
A través de charlas sobre los artefactos para el proceso de levantamiento de minas y el reconocimiento de las que se implantaron en el territorio, los visitantes aprenden sobre el proceso de reconciliación que se llevó a cabo entre los diferentes actores del conflicto en esta parte del país.