Las integrantes de Asomujer, habitantes del municipio de San Bernardo, recibieron una capacitación para fortalecer su asociación y sus proyectos.
Luego de un año de consolidación, la Asociación Agropecuaria de Mujeres Emprendedoras Rurales de San Bernardo, Cundinamarca se ha convertido, en palabras de su presidenta y representante legal, Sandra Tunjuelo, en “un grupo muy cohesionado y un espacio para reunirnos y compartir nuestras metas y sueños y hacerlos realidad”.
Previo a Asomujeres, Sandra hacía parte de una asociación de cultivadores de mora junto con su esposo, pero nunca logró sentirse realmente apoyada porque, cuenta, “era como más de hombres”.
Por ello, y sabiendo que “las cosas en la individualidad no se dan, es muy difícil, pero trabajando en grupo, en unidad, sí se pueden sacar proyectos”, decidió crear la asociación, exclusivamente de mujeres productoras, que hoy reúne a 50 mujeres de las veredas Santa Rita y Santa Marta.
“Si somos capaces de sostener un hogar, de liderar nuestra casa, ¿porque no vamos a ser capaces de liderar un grupo de mujeres?”.
La mayoría de integrantes se dedican, principalmente, a la producción de moras y tomate de árbol pero, con la intención de diversificar su oferta para así robustecer sus ingresos, decidieron diseñar un proyecto de cría y comercialización de pollos y gallinas, así como de huevos.
El problema, sin embargo, era que no tenían muy claro cómo hacerlo, por lo que se acercaron a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de Cundinamarca, que respondió con un programa de capacitación para las mujeres.
Fortalecimiento del campo y de la mujer rural
“Es una sensibilización para motivar y empoderar a estas 50 mujeres productoras de moras y tomate de árbol como empresarias del campo, a través de la intervención psicosocial en sus organizaciones, así como en aspectos de formación, capacitación y desarrollo del bienestar de las mujeres campesinas”, cuenta Sandra Mahecha, secretaria de agricultura.
En ese sentido, por un lado, las mujeres recibieron formación tanto para robustecer y organizar su producción de mora y tomate, como para comenzar a estructurar su proyecto de pollos y huevos: “Cómo formular un proyecto, cómo tener un plan de manejo, saber contabilizar bien cuántos huevos salieron, con cuánta purina, de cuántas pollas, cómo hacer un registro de nuestras fincas y muchas cosas”, cuenta Diana Vergara, secretaria de Asomujer.
Por otro lado, además, tanto Tunjuelo como Vergara aseguran que la capacitación también contribuyó al fortalecimiento de la misma asociación, pues llegó en un momento en el que las mujeres habían perdido el ánimo porque no le veían mucho futuro.
“El apoyo de parte de la gobernación nos hace sentir respaldadas y empoderadas para salir adelante con esta asociación que tenemos de mujeres campesinas. Eso fue lo que más nos unió y nos dio fortaleza” comenta Vergara.
De la misma manera, la capacitación también sirvió para que las mujeres fortalecieran sus propios emprendimientos. Es el caso de Yurani Silva, también parte de la Asociación, quien tiene un emprendimiento de ventas de empanadas.
Ella cuenta que esa formación alrededor de temas contables y organizativos le ha servido para estructurar de mejor manera su negocio, así como el proceso también ha contribuido en su desarrollo personal al permitirle conocer nuevas personas y así encontrarse con diferentes formas de pensar que nutren la suya.
Por otra parte, Mahecha asegura que uno de los objetivos principales de la capacitación es también generar y fortalecer el tejido social en la comunidad.
Al respecto, Vergara y Tunjuelo sostienen que la capacitación y el proceso general se han convertido en espacios para salir de sus contextos tradicionales, muchas veces restringidos al hogar, para compartir entre las mujeres y charlar y aprender de otras cosas.
Además, las ha motivado a hacer un llamado a todas las mujeres de la vereda para que comiencen a crear sus propias asociaciones y a generar sus propios proyectos.
“Que vean que como mujeres sí se puede, no solo son grupos de hombres, nosotras también podemos salir adelante”.
Además, ambas dicen que la capacitación de la Gobernación, así como otras que han recibido de parte del Sena, han servido para consolidar mucho más sus proyectos y, en ese sentido, para demostrarle a sus hijos que en el campo sí hay futuro.
“Nosotras como mamás también debemos empoderar a nuestros hijos como líderes con lo que tenemos en el campo”, dice Tunjuelo.
Así, entonces, a partir de esta y otras capacitaciones, las mujeres de Asomujer esperan consolidar su asociación como una empresa con la que “de verdad nosotros podamos sostenernos aquí mismo y no tengamos que salir de nuestro territorio”, agrega la presidenta.
Con todo eso, Tunjuelo, Vergara y Silva aseguran que están felices con lo que ha surgido a partir de la Asociación, pues les ha permitido pensar en una mejor calidad de vida, tanto para ellas como para sus familias, que de a poco van construyendo con el apoyo de iniciativas como la de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.