Luego de sus derrotas en el Abierto de Australia, la tenista cucuteña retomó su camino al ganar en su primer partido en el WTA 250 de Guadalajara. Además, llegó a su puesto más alto en el ranking de la WTA: la casilla 45.
En la semana del 24 de febrero, María Camila Osorio (20 años) llegó a la posición más alta hasta el momento en su carrera profesional en el ranking de la Asociación Femenina de Tenis (WTA, por sus siglas en inglés): el puesto 45. La cucuteña alcanza este puesto apenas un mes y una semana después de ubicarse en la casilla 50, tras su presentación, sin victorias, en el Abierto de Australia.
Ese impulso en su posición se debe a su triunfo ante la tenista de Bulgaria Viktoriya Tomova (puesto 105 en el WTA), en el primer partido del WTA 250 de Guadalajara. Osorio se impuso en dos sets con parciales 6-4 y 6-3.
María Camila empezó su carrera en el mundo del tenis cuando apenas tenía 6 años y vivía en Cúcuta. Caminando por las calles de la capital de Norte de Santander encontró un volante de la escuela de tenis de Édgar Muñoz, quien fue el entrenador de Fabiola Zuluaga, considerada como la mejor tenista colombiana de la historia con su ranking histórico en el puesto 16 de la WTA.
María Camila se inscribió en la academia que la llevaría al panorama mundial de este deporte. Sobre su llegada a la institución, Édgar contó en una entrevista al Comité Olímpico Colombiano en 2020 que su intención era la de emular la carrera de Zuluaga.
“Fue ganando torneos en cancha reducida y luego en grandes torneos. Tenía mucho carisma, energía, mucha ‘verraquera’ para jugar al tenis. Tenía fortaleza mental y se enfocó en que era la número uno. Ella y Fabiola son jugadoras con buena motricidad, enfocadas con lo que quieren hacer en la vida y con fortaleza mental”, aseguró en su momento.
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Recorrido victorioso
Era apenas esperable que la vida de María Camila transcurriera en el deporte. Es nieta del exfutbolista Rolando Serrano, quien hizo parte de la Selección Colombia en el Mundial de Chile (1962) y jugó con equipos como Millonarios y Deportivo Cúcuta. Su madre, Adriana Serrano, fue basquetbolista e hizo parte de las selecciones Norte y Colombia. Y su padre, Carlos Osorio, también jugó en el fútbol profesional en equipos como el Quindío y, también, el Cúcuta.
Su cercanía al deporte y su temprana iniciación en el tenis le han permitido consolidarse cada vez más. En 2019, por ejemplo, ganó el Abierto de Estados Unidos en la categoría junior.
María Camila dijo al Comité Olímpico que esa victoria era “algo asombroso, para lo que he trabajado mucho. Por eso le doy más valor y significa mucho para mí. Era uno de mis sueños, una de mis metas a cumplir y cuando lo logré gané mucha confianza y entendí que puedo alcanzar grandes cosas más”.
En 2021, cuando llegó a la categoría profesional, tuvo su primera victoria de la WTA en tierra colombiana. El 11 de abril de ese año, cuando estaba en el puesto 180 del escalafón global, ganó el Torneo WTA 250 de Bogotá (la Copa Colsánitas). Solo otras dos colombianas habían conseguido ese premio en individuales: Fabiola Zuluaga y Mariana Duque.
También en 2021 fue su estreno en los Grand Slam. Jugó en el Campeonato de Wimbledon (Londres, Reino Unido), en el Roland Garrós (París, Francia) y en el Abierto de Estados Unidos, pero ya no como junior sino como profesional. Su paso por Australia en enero de 2022 fue el cierre de sus primeras presentaciones en los torneos más importantes del tenis mundial.
Y aunque se fue sin ninguna victoria, se muestra optimista de lo que sigue para su camino profesional. Al perder ante la japonesa Naomi Osaka en las rondas individuales, María Camila calificó la posibilidad de enfrentarse a una campeona de Grand Slam como “una gran experiencia”. Osaka, por su parte, aseguró sobre María Camila: «La vamos a ver muchas veces jugando en esta cancha».
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