La iniciativa Ecoworks nació en Bogotá con el objetivo de dar una nueva vida útil a los plásticos desechables y reconocer la labor de los recicladores.
La idea de crear Ecoworks, una empresa social que hoy en día busca dignificar y promover el trabajo de los recicladores, surgió de la preocupación de dos jóvenes, que buscaban qué hacer con los residuos plásticos que producía su emprendimiento.
Se trata de Silvia Santos y Andrés Padilla, amigos que, desde la universidad, decidieron crear un emprendimiento en el que vendían máquinas para empacar los paraguas en bolsas de plástico.
“Ese era el residuo que nos preocupaba, porque ¿qué iba a pasar con él?. Empezamos a acercarnos al reciclaje y en el 2012 conocimos la Asociación de recicladores de Bogotá y a los recicladores de oficio. Tanto a Andrés como a mí nos apasionó el tema. Nos enamoramos del mundo de los recicladores y empezamos a trabajar en pro del medio ambiente”, cuenta Santos.
Al principio por medio de Ecoworks querían crear unas canecas donde la población pusiera sus residuos, pero entendieron que el trabajo debía ser más profundo y que tenían que crear una “cultura de separación de residuos y de entrega de esos materiales a los recicladores”.
Es en ese momento que optaron por cambiar el foco de Ecoworks y convertirlo en una empresa social que tuviera a los recicladores de oficio de Colombia como grupo de interés principal.
“Nosotros desarrollamos proyectos productivos y sociales para la población de recicladores en Bogotá y en el Pacífico colombiano, buscando generar una mejor gestión de residuos y apoyando a las empresas en el desarrollo de estrategias de reciclaje y de sostenibilidad a nivel interno”, comenta Santos.
De igual forma, Ecoworks quiere resaltar la labor de los recicladores, porque consideran que en Colombia, al igual que en muchos otros países, este es un trabajo infravalorado a nivel económico.
Pese al gran impacto ambiental que tienen, los recicladores en muchos casos prácticamente subsidian las cadenas de reciclaje.
“Hemos avanzado muchísimo en temas de reconocimiento de la labor de los recicladores. Colombia es un ejemplo a nivel internacional, porque reconoce el derecho al trabajo de esta población, con un fallo de la Corte, y aparte los recicladores reciben en muchos casos un porcentaje de la tarifa de aseo, que es una tarifa por aprovechamiento”, explica Santos.
Ecoworks trabaja arduamente en el reconocimiento y el apoyo a la formalización de los recicladores, porque consideran que esto, de la mano del crecimiento de la industria recicladora, como de la creación de una conciencia ambiental y de separación de residuos, ayuda a la protección del medioambiente.
Cultura del reciclaje
Tanto Santos como su socio han notado que en el país todavía falta mucha conciencia ambiental.
Aunque en las principales ciudades ven que se realiza la respectiva entrega de residuos aprovechables a los recicladores de oficio, en las zonas más apartadas del país, como, por ejemplo, algunos municipios del Pacífico, han encontrado que no solo falta cultura de reciclaje, sino también un mercado que compre esos materiales.
“De nada sirve hacer una separación si nadie puede transformarlos. Sí, hace falta cultura ambiental, pero esta tiene que ir de la mano del crecimiento de industrias que transformen los residuos, para crear un mercado sostenible”, explica Santos.
Por ahora Ecoworks se enfoca en lo que puede aportar, que es en incentivar un cambio en los hábitos de las personas, para que tengan una relación diferente con los residuos y dejen de verlos únicamente como basura que se debe tirar.
“Todos los residuos que generamos van a alguna parte, no se desaparecen. Por ejemplo, todos los plásticos que han sido creados, desde que existe el plástico, siguen existiendo, ninguno se ha biodegradado. Algunos se han quemado, lo cual es muy grave”, aclara Santos.
Por eso, insisten en la importancia de crear nuevos hábitos y fortalecer las cadenas de aprovechamiento de los residuos, para que haya un mercado de este tipo de materiales, que sea sostenible y que permita expandir la recolección.
“En la medida en que la gente aprenda a separar sus residuos se dignificará y facilitará el trabajo del reciclador, ya que evitarán que este tenga que meter las manos en residuos que a veces no son higiénicos o residuos orgánicos que se pueden pudrir”, dice Santos.
Y continúa, “por eso es muy importante tener como hábito la cultura de separación. De la misma forma que uno arregla el mercado cuando llega a la casa, también se debe organizar lo que quedó de este, lo que pueda ser reciclado, y no simplemente revolver todo en la basura, porque es lo más fácil y es a lo que estamos acostumbrados”.
Para la botella
Entre los proyectos que tiene Ecoworks se encuentra Para la botella, el cual nace de la alianza que tienen con la Asociación de recicladores de Bogotá.
La asociación, hace más o menos tres años, montó una planta de madera plástica en la que transforman y utilizan el plástico que nadie les estaba comprando, especialmente los de tipo 7, que se encuentran en los paquetes de las papas fritas, de los snacks o en los de café, y que son muy difíciles de reciclar, siendo un reto incluso a nivel mundial.
Pero, se descubrió que usar estos residuos en la creación de madera plástica es una buena forma de disponer de ellos. Por eso crearon la planta.
Como para producir esta madera necesitan botellas, la asociación, de la mano de Ecoworks, creó el programa #ParaLaBotella, el cual tiene dos funciones.
Uno, invitar a las personas a que, cada vez que tengan en sus manos un residuo plástico, lo pongan en una botella.
“Por ejemplo, terminé el contenido de la bolsa de leche: para la botella. El paquete de galletas que ya me comí: para la botella. La bolsa del arroz vacía: para la botella”, dice Santos.
Lo segundo es parar el flujo de botellas y así evitar que estos residuos plásticos sigan llegando a los ecosistemas y, en el mejor de los casos, a un relleno sanitario.
De igual forma, por medio de la madera plástica la asociación busca entregar soluciones de vivienda digna a los recicladores y vender productos hechos con estos materiales, para poder ser un proyecto sostenible.
Pimp my carroza
El otro proyecto que tiene Ecoworks es Pimp my carroza, una iniciativa en la que buscan darle visibilidad a los recicladores a través del arte y la participación ciudadana.
“Este es un evento donde convergen voluntarios del común, artistas urbanos y grafiteros. La idea es que a través de su arte hagamos visibles a los recicladores, que muchas veces pasan desapercibidos en las calles”, explica Santos.
La idea nació, porque empezaron a notar que las personas sentían que por sus casas no pasaba ningún reciclador, cuando en ciudades como Bogotá ellos tienen una red de trabajo que llega a casi todos los rincones de la ciudad, según lo registra Ecoworks.
“Por eso, queríamos volverlos más llamativos. Adicionalmente, en las jornadas no solo pintamos sus carretas, sino también sus corazones. Buscamos que se sientan reconocidos, decirles “gracias por su trabajo, usted no es invisible para nosotros” y así, cuando se vayan, no solo tengan una carreta nueva, sino también una actitud diferente”, cuenta Santos.
En el evento también se hacen arreglos, reformas y mejoras a las carretas, a veces se entregan llantas o se hacen procesos de carpintería, pero todo es temporal, ya que Ecoworks está buscando soluciones más sostenibles y efectivas, que funcionen a largo plazo, como una herramienta de movilidad eléctrica.
“Estamos buscando una solución permanente y llevar un modelo de acceso a este tipo de vehículos eléctricos a la población de recicladores de Bogotá y eventualmente del resto del país, para que, con ellos, puedan aumentar su capacidad de carga y realmente mejorar o cambiar la calidad de la herramienta más importante de su trabajo; la carreta”, concluye Santos.