La religiosa que puso a reciclar a la comunidad de Argelia, Antioquia

En 2011, la hermana Gilma Montoya creó ‘A más reciclaje, más mercado’ como una iniciativa para promover el cuidado del medioambiente en el municipio de Argelia. Actualmente, recolectan entre 15 y 18 toneladas de material al mes.

Hace 11 años, la hermana Gilma Montoya llegó a Argelia, un municipio en el oriente de Antioquia, para apoyar en las tareas de la iglesia del pueblo. En ese entonces, recuerda, la iglesia donaba mercados a la población más vulnerable. Sin embargo, por el contexto social y de conflicto, era una responsabilidad que estaba desbordando económicamente a los religiosos que estaban en el municipio.

Como alternativa a esa problemática, cuenta, se le ocurrió una solución: que los mercados no se donaran, sino que fueran entregados como parte de un truque. Quienes necesitaran estos alimentos y demás productos de la canasta básica, podrían recibirlos a cambio de que llevaran material reciclable.

La idea empezó, sobre todo, desde la experimentación y desde el deseo de encontrar una alternativa que, a su vez, promoviera el cuidado del municipio. Por eso, la misma religiosa reconoce que en ese recorrido se han encontrado retos. 

Sin embargo, también se ha probado como una iniciativa exitosa. En poco más de una década, pasó de contar con la participación de ocho recicladores a 138. 

Y la meta de Montoya ahora es que esa idea sea replicada en otros municipios: que cuando sea el aniversario 12 de ‘A más reciclaje, más mercado’, el trabajo se pueda ver en otros 12 municipios de Colombia.

La modalidad del proyecto

Reciclaje en Argelia
'A más reciclaje, más mercado' empezó en 2011 con ocho recicladores. Hoy son 138. / FOTO: Cortesía

La forma de funcionar de ‘A más reciclaje, más mercado’ es sencilla: los recicladores llegan hasta la bodega de la organización con el material reciclado, donde también hay una tienda de alimentos. 

Allí, pesan el material y, según la cantidad, reciben unas fichas que tienen un valor monetario determinado. Con estos, se acercan a la tienda y los intercambian por los alimentos.

Esta forma de trabajar ha permitido que, mes a mes, se recolecten entre 15 y 18 toneladas de desechos reciclables, en un municipio que tiene alrededor de 8.900 habitantes de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). También, ha llevado a que, ahora, una persona trabaje de manera permanente en la organización para atender a los recicladores.

“’A más reciclaje, más mercado’ nació con la finalidad de detener la pobreza y la mendicidad en Argelia. Ahora es un proyecto que genera empleo, que está ayudando a crear mucha conciencia ecológica y que también combate la mendicidad”, dice Montoya.

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Pero también ha sido un proceso de aprendizaje. Este lo explica la religiosa con un ejemplo: cuando ya llevaba un par de años funcionando la iniciativa, Montoya envió un proyecto al Fondo de Solidaridad de las Carmelitas Misioneras (congregación a la que ella pertenece) para pedir presupuesto.

En cuestión de 20 días, recuerda, aprobaron su petición y con el dinero que recibió, adquirió una máquina compactadora de reciclaje. Sin embargo, dice, “uno tiene que hacer primero un diagnóstico de la comunidad: cuánto material entra, en cuánto tiempo se puede hacer, cuánto vale la energía y todo aquello, pero yo no sabía nada de eso”.

El desconocimiento tuvo un costo alto. Cuando llegó la factura de la energía, vio que debían pagar 700.000 pesos al mes. Una suma que superaba, con creces, lo que generaba la tienda con la comercialización de los objetos llevados por los recicladores. La decisión fue, entonces, no trabajar más con la compactadora.

Cuidar la casa común

Reciclaje en Argelia
La iniciativa funciona como una tienda. Los recicladores pueden comprar productos, como alimentos, según la cantidad de desechos reciclables que llevan. / FOTO: Cortesía

Sin embargo, el impacto de ‘A más reciclaje, más mercado’, va más allá de las anécdotas o dificultades de cada día. 

Cuando habla de reciclaje, es insistente en mencionar el cuidado de la casa común, desde el concepto que expuso el papa Francisco en su encíclica de 2015 Laudato si’, en la que explica y critica el consumismo y el desarrollo irresponsable.

“El Papa hizo un llamado a cuidar el planeta, la casa común. Nos pidió que todos apostemos algo para que esta catástrofe ambiental no siga creciendo, entonces este proyecto me parece ideal para lograrlo”, señala Montoya.

Y es un asunto que no tiene que ver solo con los recicladores, sino con todo el pueblo: “Aún hay gente que tiene, en estos momentos, el mismo reciclador que ‘adoptó’ cuando empezó el proyecto. Ellos ahora son personas con una conciencia mayor frente a temas como separar los residuos”.

La meta, insiste, es que la experiencia se replique en otros lados del país y cuenta, por ejemplo, que en Chocó ya está ocurriendo. “Yo tengo entre cejas que lo que se regala no se valora, lo que yo trabajo, lo aprecio”, añade para concluir el impacto que ha tenido su proyecto en la región. 

Antioquia se prepara para los próximos 20 años. La Agenda Antioquia 2040 es un documento estratégico territorial que, a partir de cinco pilares para la deliberación, busca establecer un modelo de desarrollo, una visión, una agenda programática y un sistema de seguimiento y evaluación para las siguientes décadas. ‘A más reciclaje, más mercado’ no solo hace parte de la Agenda, sino que también está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.