Desde participar en el Festival de Cine de Cannes hasta ganar premios en Japón, estos colombianos se han hecho merecedores de reconocimiento global por la calidad de sus trabajos y sus aportes a importantes producciones.
Hablar de ilustración en Colombia no es algo nuevo. El primer cómic del cual se tiene registro, Mojicón, cumplió cien años desde su publicación, hecha el 19 de enero de 1924. Desde entonces, la industria de la animación y de la ilustración no ha hecho más que enriquecerse en técnicas, narrativas, programas de formación académica y ofertas.
Gracias a los esfuerzos de los artistas visuales que han plasmado la riqueza histórica, cultural y natural del país en cada trabajo, hoy los colombianos que se desempeñan en estas áreas son valorados y aplaudidos dentro de las grandes industrias alrededor del mundo. Por eso mismo, vale la pena preguntarse ¿qué tan retador ha sido hacerse un espacio en las mismas?
Para Sakura Kayama, ilustradora colombo-japonesa que ha trabajado como coordinadora de animación y productora en la industria nipona para títulos como Pokémon y Saint Seiya (Caballeros del Zodiaco), el reto número uno siempre será el de las barreras culturales:
“La comunicación y la colaboración es clave para los proyectos animados, porque son decenas de profesionales de diferentes campos trabajando juntos para lograr una sola toma. La cultura japonesa del trabajo, por ejemplo, es bastante estricta en comparación a la occidental (…) Para trabajar en la industria del anime en Japón debes ser rápido, pues los calendarios de trabajo son muy cortos y por lo general se trabaja en dos títulos o más simultáneamente”, explica.
Más allá de hacerse un nombre a nivel internacional, el panorama actual también exige pensar estrategias que fortalezcan la cultura local, de forma que el país pueda consolidarse como un referente en cuanto a ilustración y animación a nivel Latinoamérica.
Recuperar historias escondidas del país, incentivar la creación equipos de investigación en esta área y fortalecer la colaboración internacional son, para Sakura, tres caminos con potencial para lograrlo.
“Hay muchas historias no contadas en la cultura e historia colombiana que podrían inspirar animaciones preciosas”, agrega la experta, que actualmente trabaja en el departamento de producción de Twin Engine (estudio encargado de animes como Vinland Saga y Hell’s Paradise).
Precisamente, los trabajos de los colombianos que conforman esta lista se han centrado en explorar el país desde otras narrativas y estéticas, ya sea a través de obras independientes o de los aportes que ese ‘ojo latinoamericano’ le ha dado a las producciones en las que han participado, sea desde la autogestión o el trabajo para grandes estudios como Marvel o Sony.
Estos son apenas algunos de los nombres que vale la pena destacar:
Carla Melo: autora del único corto animado de orígen colombiano que ha competido en la selección oficial del Festival de Cannes
La artista visual y directora de cine bogotana Carla Melo hizo historia en 2023 al consagrarse como la primera directora colombiana en la selección oficial del Festival de Cannes —el festival de cine más importante del mundo— tras destacarse entre más de 4.200 postulados.
Lo logró con ‘La Perra’, un corto animado de catorce minutos que describe como «una producción híbrida entre lo narrativo y lo experimental». En él, la directora explora el cuerpo, la feminidad y la experiencia del tránsito de edad como mujer. Como artista dice que le interesa, sobre todo, hacer historias que alejadas de lo hermético, es decir, que dejen un universo abierto a la interpretación del espectador a partir de las emociones que estas les generen.
«Para mí la animación es una forma de hacer cine que logra llegar a lugares donde no llega la imagen real; a lugares más profundos e internos», comenta.
Los cortos animados en Cannes, asegura, suelen ser muy selectos, por lo que el espacio representa una gran plataforma para que los cineastas emergentes expongan su talento.
‘La Perra’ les tomó a ella y a su equipo tres años de arduo trabajo, ya que, explica, doce dibujos solo cubren un segundo de vídeo.
Simón Wilches: un payanés en la dirección de animación de WandaVisión, de Marvel Studios
Simón Wilches es un animador y director payanés que entre otras cosas, ha trabajado como supervisor de Animación y Storyboards para la compañía productora Titmouse en el desarrollo de la serie WandaVision de Marvel Studios. Adicionalmente, participó en el video animado de Hallucinate de Dua Lipa y en I’m Thinking of Ending Things, del guionista estadounidense Charlie Kaufman.
Para él, la animación es una de las formas de arte más versátiles que existen, ya que en ella confluyen el dibujo, la pintura, el cine, la música y la programación por computador: “La mayoría de la gente lo relaciona con programas infantiles, pero cuando uno se dedica a esto se da cuenta que las posibilidades de la animación son muchas”.
Simón también ha animado proyectos con Netflix, HBO, la Fundación Bill y Melinda Gates, a través de Titmouse, entre otros escenarios.
Su trayectoria es el ejemplo más claro de que la animación no se limita solo al contenido infantil. Es, en cambio, una herramienta tecnológica que cualquier disciplina puede aprovechar para aportar miradas distintas y procesos más creativos.
Andrea Roncancio: la bogotana que participó en la producción de Spider-Man
Andrea Roncancio es una artista de iluminación y composición nacida en Bogotá que, con 31 años, se desempeñó en un papel clave para la producción de ‘Spider-Man: a través de spider-verso’, la apuesta más ambiciosa de Sony Pictures en términos de animación para el 2023.
Según cuenta, se abrió paso en la industria gracias a su trabajo en Arcane, la serie animada franco-estadounidense basada en el videojuego ‘League of Legends’, como experta en lighting & compositing. Su trabajo, agrega, consiste en crear el ambiente luminoso de una escena digital de 3D. Una labor clave para garantizar que se transmitan las sensaciones que el director está buscando a través de sombras y colores.
«Si te gusta esto tienes que estar dispuesto a pasar horas y horas detrás del computador. Uno siempre tiene que estar haciendo imágenes. Los estudios sirven como background, pero igual es necesario tener un repertorio aparte para mejorar», comenta.
Aunque ha colaborado sobre todo con productoras extranjeras, desde afuera puede ver que en el país hay cada vez hay más estudios que le apuestan a proyectos ambiciosos en las artes digitales.
Este crecimiento, explica, requerirá de mano de obra local cada vez más capacitada a nivel artístico, creativo y técnico para un manejo adecuado de softwares avanzados.
Henry Díaz y Pablo Guerra: los únicos latinoamericanos ganadores del oro del Japan International Manga Award
El Japan International Manga Award es organizado por el país asiático con el fin de reconocer los mejores trabajos de ilustradores de manga por fuera del archipiélago. En 2017, por primera vez en la historia del concurso, los colombianos Henry Díaz (ilustración) y Pablo Guerra (guión) se quedaron con el oro para un país latinoamericano con Dos Aldos, un cómic que introdujo elementos «colombianizados» a este formato tradicionalmente asociado con la cultura oriental.
«Antes habían ganado bronce en México y Brasil. Desde nuestro oro, la participación de las obras latinoamericanas aumentó. Es bonito saber que de alguna forma contribuyó a que ahora sean más tenidas en cuenta», asegura el ilustrador Henry Díaz, quien confiesa que su mayor satisfacción es poder vivir de un don que descubrió siendo niño.
Para él, que no se pueda hablar de un gran estilo colombiano dentro del cómic es una de las mayores ventajas para los artistas nacionales, pues cada producción está ligada a las preocupaciones y puntos de vista del autor, por lo que las historias resultan infinitas.
Lo que sí es posible, en cambio, es encontrar temas en común dentro las obras. La violencia que ha atravesado el país durante años, concluye, puede ser uno de esos puntos.
Miguel Otálora: el colombiano que fue líder de animación en la serie Rick and Morty
Mientras aún trabajaba en el país, Miguel Otálora recibió la llamada de Bardel Entertainment, un estudio canadiense para vincularse a la serie infantil de Disney ‘Jake y los piratas del país de Nunca Jamas’. En ese mismo estudio, cuenta, se animaba la segunda temporada de Rick and Morty, una de las series de animación para adultos más vistas en la programación nocturna de Cartoon Network.
Su trabajo gustó tanto al equipo vecino que lo invitaron a unirse a la tercera temporada como líder de animación. En este rol (que desempeñó hasta la sexta temporada) era el encargado de supervisar la calidad creativa de la animación del proyecto y coordinar a los demás animadores.
Con una experiencia de más de 15 años en campo, Miguel señala que la industria está atravesando actualmente un proceso de transformación muy grande derivado del auge de la Inteligencia Artificial.
Según él, en un futuro no muy lejano se optimizarán y modificarán muchos procesos por lo que, incluso, puede que las compañías lleguen a necesitar menos personal para los trabajos.
Sin embargo, no cree que esto pueda afectar en gran medida a Colombia, pues destaca que los productos de locales se han mantenido independientes. Esto permitirá que los resultados sigan resaltando por factores que los diferencian de propuestas más comerciales e industrializadas.