El grupo de adultos mayores que se dedica a contar cuentos por todo Medellín

Abuelos Cuentacuentos es un proyecto conformado por voluntarios con el que se promueven la lectura, la escritura y el regreso a la tradición oral en Medellín. Sus protagonistas: adultos mayores apasionados por compartir sus vivencias.

El proyecto de los Abuelos cuentacuentos es un servicio de voluntariado que se realiza en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín y en otras bibliotecas públicas de la ciudad, desde hace varios años. Específicamente en el caso de la Biblioteca Piloto, el voluntariado esta cerca de cumplir su primera década. 

“Los Abuelos Cuentacuentos son un grupo que tiene como objetivo apoyar acciones de lectura, escritura y oralidad en las comunidades del radio de acción de la Biblioteca Pública Piloto en su Sede Central y en cada una de las filiales. De igual forma, se visitan orfanatos, asilos y colegios para realizar muchas acciones alrededor de la lectura, la escritura creativa y la oralidad.”, explica Ana Carolina Montoya, promotora de lectura de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. 

Los voluntarios se forman para poder recitar en voz alta y realizar talleres de promoción de lectura en poblaciones de distintas edades: primera infancia, niños, jóvenes y otros adultos mayores. 

Julio César Zapata, uno de los Abuelos Cuentacuentos, dice que prefiere escoger cuentos de otros niños que hayan sido premiados para compartirlos con los participantes. 

«Yo leo esas historias con música y toda la puesta en escena, para al final decirles que el cuento fue escrito por un niño, como ellos, y así incentivarlos a escribir sus historias, que también es uno de los objetivos de la Biblioteca. Siempre se ha creído que cuando los niños empiezan a escribir cuentos también se entusiasman por la lectura, porque no hay escritor que no haya leído novelas con valor literario”, agrega  Zapata.

Abuelos Cuentacuentos es un programa de la Secretaría de Cultura adscrito a la Red de Bibliotecas Públicas de Medellín, que promueve la lectura en voz alta entre diferentes generaciones, buscando crear y transmitir valores estéticos y educativos. / FOTO: cortesía de la Red de Bibliotecas Públicas de Medellín.

Zapata llegó al proyecto porque, después de pensionarse de su trabajo como docente, sentía que todavía podía dar muchas cosas a la comunidad. Fue así que encontró el programa de Abuelos Cuentacuentos, una experiencia que él califica como “demasiado satisfactoria”.

Otros que han disfrutado con los Abuelos Cuentacuentos ha sido los públicos de Medellín, interesados por la literatura. “Quienes hemos tenido la fortuna de tener abuelos vivos, sabemos la felicidad que se siente al preguntarles por una historia y pedirles que cuenten un relato de su vida de años atrás o cuentos que conozcan, mitos o leyendas. Esa sensación es la esencia que rodea a este proyecto”, aclara Montoya.

Los adultos mayores que quieran entrar a hacer parte de este grupo solo tienen que ir a la Biblioteca Pública Piloto los jueves a las 10:00 a.m. Allí, se reunen con la promotora de lectura, realizando sus procesos de formación para continuar implementando esas acciones.  

“Para ser un abuelo cuentacuento solo debes tener ganas de contar una buena historia y formarte para hacerlo de la mejor manera, para que el público que esté escuchando viva la historia a través de todos sus sentidos”, dice Montoya.

El programa convoca a personas mayores que deseen ser voluntarias y aportar al compromiso y el gusto por la lectura, compartiendo estos deseos con distintos públicos: niños, jóvenes, adultos y adultos mayores / FOTO: cortesía de la Red de Bibliotecas Públicas de Medellín.

Volver a la oralidad

Se decidió volver al concepto de la oralidad con los Abuelos Cuentacuentos porque esa es una raíz de la comunicación. Antes, cuando no existía la imprenta, los relatos se transmitían por el voz a voz y los narradores viajaban de pueblo en pueblo contando sus historias, cautivando con ellas y abriéndole el mundo a las personas. “Los abuelos simplemente regresan a esas raíces y no hay nada más entretenido que un abuelo contando una buena historia”, opina Montoya. 

Los cuentos que narran los abuelos pueden ser basados en sus vivencias reales, pertenecientes a algún libro célebre o creaciones propias. “No se restringen a un solo formato de texto, sino que se tiene el concepto de que toda historia, siempre y cuando sea buena, merece ser contada. Y ellos lo que hacen es ejercitarse en la forma en la que es abordada la narración”, cuenta Montoya.

En el momento los participantes se encuentran explorando la estrategia de bibliotecas humanas, inspirada en el trabajo de la Biblioteca de Vasconcelos de México. Por eso, en este momento el equipo está en un proceso de escritura de episodios de su vida personal que quieran que sean contados en una narración oral, que será ofrecida a los visitantes de la Biblioteca Pública Piloto y demás espacios donde usualmente trabajan.

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