Así es la peculiar especie de escorpión capaz de rociar su veneno, descubierta en Colombia

Se trata de la Tityus achilles, descubierta en La Vega, Cundinamarca. Además de poder inyectar veneno, tiene la capacidad de rociarlo; un comportamiento que solo se había registrado en otras dos especies en Sudáfrica y Norteamérica.

La única especie de escorpión con la habilidad para rociar veneno conocida hasta el momento en Sudamérica fue descubierta en La Vega, Cundinamarca, a finales de 2024. Su nombre científico es Tityus achilles y, además de marcar un precedente para la investigación de los artrópodos en el continente, reafirma la riqueza natural del país, abriendo la pregunta sobre cuántas otras, igual de peculiares, quedan aún por encontrar.

El hallazgo del escorpión fue posible gracias al trabajo de Léo Laborieux, un ecólogo francés especialista en la evolución de artrópodos, en particular los depredadores, que llegó a Colombia a través de un convenio de la universidad LMU de Munich (Alemania) con la Universidad del Rosario, con un objetivo totalmente distinto: estudiar el comportamiento de las mariposas del género Heliconius.

“Fui a Colombia en ese contexto. De hecho, no esperaba trabajar con escorpiones inicialmente (…) La ecología y la evolución de esos arácnidos son muy complejas y todavía queda mucho que no entendemos. Por eso tengo una motivación muy fuerte para estudiarlos a profundidad”, comenta Laborieux, quien ya había descrito al Buthus balmensis, un escorpión microendémico de una montaña ubicada en el sureste de Francia, que además pertenece a la misma familia que Tityus achilles.

La particularidad con la especie descubierta en Colombia radica en que, a diferencia de otros escorpiones, puede tanto inyectar como rociar veneno, un comportamiento que a pesar de demandarle una gran cantidad de energía, le resulta ventajoso a la hora de ahuyentar depredadores. 

De hecho, Laborieux encontró que el Tityus achilles puede rociar su veneno hasta a 36 centímetros de distancia. Este comportamiento solo se había registrado en otras dos especies de escorpiones, una en Sudáfrica y otra en Norteamérica.

El Tityus achilles es capaz de rociar su veneno hasta una distancia de 36 centímetros. | Foto: cortesía Léo Laborieux

“Creería que esta evolución de una estrategia defensiva tan única se debe a una presión de depredación muy importante en el entorno natural de esos escorpiones. La identidad de los bichos depredadores es una cuestión muy interesante que me gustaría explorar en el futuro”, explica el experto.

De acuerdo con el artículo del investigador francés ‘Biomechanics of venom delivery in South America’s first toxungen-spraying scorpion’, publicado en la Revista Zoológica de la Sociedad Linneana (Londres), pocos animales emplean sus toxinas a distancia, y el comportamiento siempre depende de los niveles percibidos de amenaza. El Tityus achilles es una de las tres especies de escorpiones conocidas capaz de hacerlo entre las 2.500 que existen en el mundo.

“Esa experiencia en La Vega fue mi primera vez en un entorno tropical. Después de días largos de trabajo en la estación, quise ver la fauna nocturna local y salí al bosque, solo, con una lampara UV. Descubrí un espécimen de T. achilles durante mi primera salida, pero fue más tarde que empecé a trabajar con la especie. Me di cuenta del comportamiento de proyección de veneno durante una salida con un científico de Bristol, Benito Wainwright, que nos visitó un par de semanas. Una noche, intentamos una trampa de luz que no funcionó, y en lugar de polillas le quise mostrar los escorpiones que había visto varias veces. Para demostrar su comportamiento defensivo, molesté a un espécimen de T. achilles, que proyectó veneno en el lado de la copa que utilicé para colectarlo. Inmediatamente comprendí la importancia de ese hallazgo”, recuerda Laborieux. 

De las 2.500 especies de escorpiones que existen en el mundo, solo tres, entre ellas el Tityus achilles, son capaces de rociar veneno. | Foto: cortesía Léo Laborieux

Inyectar y rociar el veneno, de acuerdo con el ecólogo, tiene sus pro y sus contra. Por un lado, al hacerlo con el telson (la estructura que contiene un bulbo lleno de veneno y un aguijón), el escorpión garantiza que el veneno sea absorbido por el depredador, pero queda más expuesto al contacto contacto directo. Al rociarlo, tiene la ventaja de mantenerse a distancia del atacante, pero sin garantizar que los efectos sean suficientes para su defensa. Para que el veneno haga efecto en este caso, el líquido debe llegar a tejidos muy sensibles del depredador, como la nariz o los ojos. 

Aunque Laborieux presentó una gran cantidad de respuestas en cuanto a descripción taxonómica y de comportamiento del escorpión, afirma que aún quedan varios interrogantes por abordar para entender a la especie en su totalidad, en las que espera que él u otro investigador puedan desarrollar: 

«Aparte de la identificación de la presión selectiva que explicaría la estrategia extraña de T. achilles, me interesaría ver estudios sobre la composición química de las diferentes secreciones venenosas producidas por la especie. Mas precisamente, el “preveneno” de T. achilles tiene que cumplir una función muy diferente del preveneno de otros escorpiones y, por esa razón, es posible que tenga propiedades intermedias entre el preveneno “clásico” (de otras especies) y el veneno propiamente dicho», agrega el experto.

De acuerdo con Laborieux este escorpión no debería representar un riesgo superior al de los otros escorpiones. La proyección del veneno solamente se provoca en casos de contacto directo con el animal y, en tal caso, una picadura es más probable.