Payasos, malabares, acrobacias y trucos con fuego… Así llega la recién constituida Asociación Circo en el Aire de Manizales a la versión 65 de la Feria.
José Fernando Usma, más conocido como Golo Volador, es payaso, bufón y artista callejero. El circo ha sido su vida y su pasión desde que, de adolescente, participó en la desaparecida Escuela de Circo de Manizales, donde consiguió su primer ‘juguete’ de circo: el ‘golo’ o ‘palo del demonio’, de ahí su nombre artístico.
Con 18 años comenzó a trabajar en la producción del Festival Internacional de Teatro de Manizales, el más antiguo del continente. Fue allí donde se dio cuenta de que el teatro y el circo podían ser una alternativa de vida. Tras bambalinas empezó a conocer y a mezclarse con payasos, malabaristas y otros artistas circenses y eso lo motivó a convertirse en uno.
Conoció a Pepe Picaporte, un reconocido payaso costarricense y maestro del teatro gestual quien, luego de una función que Golo había producido, le regaló su nariz: “Ahí mismo me fui para el espejo, me maquillé, me puse a jugar, y dije, esto es lo mío”.
Desde entonces comenzó a investigar y a formarse con grandes maestros del ‘clown’ como Antón Valén, del Circo del Sol; Andrés del Bosque, doctor en artes escénicas, y Fernando Cavarozzi, uno de los grandes referentes del ‘clown’ en Argentina. Además, cursó una licenciatura en Artes Escénicas en la Universidad de Caldas y se formó en la Fundación Teatromuseo del Títere y el Payaso en Valparaíso, Chile.
En la actualidad, Golo representa al sector circense en el Concejo de Artes del Instituto de Cultura y Turismo de la ciudad de Manizales, desde donde ha procurado ponerlo en igualdad de condiciones que el resto de las artes.
En ese esfuerzo, hace nueve meses, fundó la Asociación Circo en el Aire.
La Asociación de Circo en el Aire
El nombre, Circo en el Aire, viene de la idea de que ningún grupo de circo en Manizales tiene todavía una carpa, por lo que, dicen, están al aire. Comenzaron con un grupo informal que armaron a partir de un juego. Eligieron así su presidente, el tesorero, el representante legal y demás, y hace nueve meses se constituyeron de manera formal.
“Con la Asociación lo que buscamos es que todo el sector trabaje desde un mismo lugar. Porque me llaman a mí y preguntan cuánto cobro, luego llaman al otro y le preguntan lo mismo, y al que menos cobre, ese es al que contratan. No vamos a dejar precarizar nuestro trabajo, vamos a profesionalizarlo”, explica Golo.
Hoy, la asociación reúne a 25 grupos que, a su vez, están compuestos por 75 artistas. Estas son las historias de cuatro de ellos.
Jackson Cardona
Es asesor, gestor y desarrollador de propuestas dentro de la asociación, y es el director de la Escuela de Circo Social de la Casa de la Cultura de la Comuna San José, donde nació y creció.
Con ocho años, llegó por primera vez gracias a una convocatoria que hizo su escuela. Allí realizaba unos talleres de teatro que se fueron nutriendo con invitados especiales que traían de otras ciudades a enseñar alguna técnica o destreza teatral.
La Comuna, según cuenta, “ha estado siempre muy atada a una dinámica conflictiva, de delincuencia, pandillismo y consumo de drogas”. Por eso, cuando era niño acudía mucho a la Casa de la Cultura.
Esta trabaja con niños y jóvenes que se encuentran en condición de vulnerabilidad y los invita a involucrarse en las artes escénicas con el objetivo de generar alternativas para su tiempo libre y en sus proyectos de vida.
“Yo nací y crecí en la comuna, y desde niño fui involucrándome en procesos para volverme estudiante, después formador y ahora director de la Escuela”, explica Jackson.
Es, en palabras suyas, una muestra de que el teatro y el circo pueden transformar realidades.
David Gallego
Es zanquero profesional y es quien, usualmente, se encarga de la creación de los personajes y la escenografía que usan los grupos de la Asociación.
Cuenta que, junto con Golo, fue uno de los más interesados y activos en la creación de Circo en el Aire, con el objetivo de generar “una fuerza y unión cultural más grande para poder impactar más y llegar a nuevos espacios”.
De niño le gustaba participar en grupos juveniles de pintura, dibujo y música, entre otros. Un día, a la Casa Cultural del Nevado, llegó una comparsa artística con personas disfrazadas de diablos y de ángeles que saltaban y bailaban con las personas a su alrededor.
Desde ese momento quedó enganchado con las artes escénicas y comenzó a hacer teatro, malabares y zancos. Más tarde entró a estudiar en el Sena, donde, con apoyo del Fondo Emprender, formó el grupo de teatro Santuario del Solar, con el que se dio a conocer como artista en la ciudad. Luego, en 2020 y acompañado por uno de sus compañeros, decidió crear la Corporación Saltimbanqui, que meses después se alió con la Fundación Circo Manizales, del Golo Volador, y otros grupos, para crear Circo en el Aire.
Jason Valencia
Jason también hizo parte de la Escuela de Circo Social. Ingresó en su adolescencia, luego de pasar por la Escuela de Circo de Manizales. Cuando esta se acabó, ingresó al programa de Circo Social, de la Casa de la Cultura de la Comuna de San José, donde estuvo hasta los 20 años.
Es acróbata y malabarista especializado en fuego, y también es el presidente y el representante legal de la Asociación. Comenzó de niño con el teatro y el parkour, y fue eso lo que lo llevó a interesarse por la acrobacia, que es lo que más le gusta hacer.
El fuego lo ha interesado siempre y cuenta que ha sentido una especie de llamado hacia él, por lo exótico y lo arriesgado. Cada vez que escupe combustible a una llama, en lo que se conoce como el dragón, siente felicidad y mucha adrenalina, que es, en últimas, lo que lo empuja a seguir haciéndolo.
Cuenta que, a través del circo, y en particular de la acrobacia y el malabarismo con fuego, ha adquirido la singular capacidad de dominar el miedo y de usarlo a su favor: “La primera llama y la primera acrobacia dan mucho miedo, pero una vez se hace, lo que da es emoción, y uno no quiere parar”.
Estefanía Patiño
Con 24 años, Estefanía es la única artista de circo en Manizales que practica hula hoop. Por eso, cuenta, fue particularmente difícil aprender a hacerlo bien, pues no había un entrenador que le corrigiera la postura o los movimientos, o que le enseñara nuevos trucos.
De hecho, ni siquiera comenzó a practicarlo en Manizales: “Yo siempre he sido un alma viajera, y comencé con los malabares por la facilidad que dan para viajar. En todos lados hay semáforos o parques donde se pueden hacer ruedos, que son espectáculos callejeros donde uno pasa la gorra”.
Así, hospedándose en casas de personas que conocía en sus trayectos, viajó por Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. En una de sus travesías y cuando pasaba por Cartago, Valle del Cauca, vio a una chica en un parque que practicaba hula, “y por la corporalidad que implica, me encantó”.
Fue ella quien le enseño las bases, y de ahí comenzó a hacerlo por su cuenta. Se compró un primer aro, se puso a entrenar, y de a poco fue mejorando y complejizando sus trucos, así como aumentando el número de aros a la vez.
Siete presentaciones para impulsar el circo
Habiendo cumplido con los seis meses mínimos que exige la ley para comenzar a licitar con recursos públicos, Circo en el Aire se prepara para su primer gran proyecto: su debut en la Feria de Manizales.
Para esta, la Asociación eligió el tema de las aves endémicas de la región, que es también un hilo conductor general en esta edición de la Feria. Todo el proceso de escenografía, montaje, caracterización de personajes y demás está enfocado hacia esta temática.
Tienen planeadas siete presentaciones, tres de ellas en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, que funciona en la vieja estación del cable que transportaba mercancía desde la capital caldense hasta Mariquita.
Cada una de esas presentaciones está relacionada con un elemento: aire, en donde tendrán presentaciones en disciplinas áreas del circo como la lira, el trapecio, la tela, los straps y el pole dance, entre otros. El agua, que estará enfocada en el malabarismo con clavas, pelotas, contact, hula y otros elementos. Y fuego, en donde tendrán espectáculos también de malabarismo y acrobacia.
Por otra parte, los otros tres espectáculos serán una serie de recorridos por la calle 23, la Plaza de Bolívar y, también, la vieja estación del cable, en donde tienen pensado realizar pequeñas funciones interactivas para involucrar a los espectadores.