Desde hace 10 años, la Fundación Cunaguaro ha trabajado por conservar las poblaciones de osos hormigueros, llegando a más de 50 veredas del Meta y Casanare.
El veterinario Cesar Rojano, motivado por su interés científico por los osos hormigueros, decidió dedicarse desde hace una década a trabajar por la conversación de este mamífero en el país. Desde entonces, junto con la Fundación Cunaguaro, donde trabaja, han impulsado el ‘Proyecto de conservación de hormigueros’ en varios departamentos de la Orinoquía.
“Colombia es una potencia mundial en hormigueros. En el país se reportan tres géneros y por lo menos cinco especies: los osos meleros, clasificados en tamandua mexicana y tetradactyla; el oso palmero u oso caballo, las myrmecophaga tridactyla; y los ositos trueno o gran bestia, recientemente categorizados en dos especies: los cyclopes dorsalis e ida”, explica Rojano.
Según Laura Miranda, directora de la Fundación Cunaguaro, “la población de osos hormigueros ha disminuido en un 30 % y se han catalogado como especies vulnerables por la IUCN, lo que indica que se encuentran amenazadas”.
Es por eso que, durante los últimos 10 años, el Proyecto de conservación de hormigueros ha centrado su trabajo en la educación para la conservación, la mitigación de amenazas para el animal y la investigación sobre ecología y salud.
Los osos hormigueros se cuidan en la Orinoquia
Según datos de la Fundación Cunaguaro, por lo menos 1.200 osos palmeros mueren al mes en accidentes viales, solo en Casanare. “Esta es una cifra grave en una especie vulnerable a la extinción”, señala Rojano.
Es por eso que la fundación ha trabajado en pedagogía a conductores e insistido a concesiones viales para que se comprometan con generar soluciones que mitiguen el impacto ambiental de las carreteras. Durante los últimos siete años, la fundación ha llegado a más de 7.000 conductores en Casanare, Cundinamarca, Meta y Huila a través de pedagogía.
Además, Cunaguaro se encuentra trabajando con Covioriente para construir pasos de fauna en el corredor vial Villavicencio-Yopal, y así reducir el número de animales atropellados. Ya se encuentran construidos 30 pasos instalados, que la fundación se encuentra monitoreando actualmente.
“De hecho, creo que Covioriente está dando un ejemplo frente al manejo de biodiversidad en sus vías. Han adaptado, por ejemplo, puentes subterráneos como pasos de fauna que han sido efectivos tanto para los osos hormigueros como para otras especies como primates que se mueven por los árboles”, señala Laura Miranda.
Cunaguaro también ha llevado educación ambiental a niñas, niños y adultos de zonas rurales y urbanas de la Orinoquía y en parte de la región Andina también ha hecho parte. A través de este proyecto llegaron a 800 personas de 50 veredas de Casanare y Meta en 2021.
Y, aunque en muchas cosas es un ejercicio que no ha sido compatible con la conservación, la fundación ha creado una oferta turística que les ha permitido sensibilizar a más personas y financiar su labor.
“Es una iniciativa de turismo científico en la que los turistas participan en una captura de un oso para poder hacer análisis y seguimiento a la población. Mucha gente no conoce esta especie o no sabe que existe en Colombia, así que con ello visibilizamos la problemática y la biodiversidad que tenemos en Colombia. Muchos visitantes han coincidido, y una misma también, en que se les agua el ojo porque es muy bonito tener contacto con el animalito”, cuenta Miranda.
Conocer para conservar
Como señalan los biólogos: no se puede conservar lo que no se conoce. “Los osos hormigueros son especies que han sido poco estudiadas en Colombia, así que nos dimos cuenta que había un nicho por explorar en el país. El proyecto entonces también busca generar conocimiento sobre el grupo de los Xenarthra, del que hacen parte los palmeros, los armadillos y los perezosos, entre otros”, señala Miranda.
Para el estudio de estos animales la Fundación Cunaguaro ha utilizado radiotelemetría, cámaras trampa y drones para determinar sus movimientos, el estado de las poblaciones y de su hábitat. Además, monitorean la salud de los osos palmeros y meleros en Casanare, para determinar la presencia de parásitos, enfermedades, agroquímicos y metales pesados
Laura Miranda explica que han encontrado datos muy interesantes, aunque necesitan más información para establecer conclusiones certeras. Por ejemplo, siguieron a una osa en la reserva El Encanto de Guanapalo y descubrieron que a pesar de tener buena oferta ambiental para moverse lo hacía muy poco. Mientras que otros osos que estaban en terrenos mucho más afectados tenían recorridos más largos.
“Los Llanos son un territorio que ha vivido grandes transformaciones. El hábitat de los osos hormigueros se ha degradado con los cultivos de palma o de arroz. Esto genera una resiliencia por parte de la especie que se adapta a los nuevos entornos”, agrega la experta.
Sin embargo, Cunaguaro se encuentra trabajando una estrategia que llamaron «Expedición oso palmero Orinoquía«, con la que se encuentran identificando cómo los arrozales afectan o benefician al oso palmero. De esta forma podrán proponer medidas para hacer la producción más sostenible.